---¡No puede ser!---Cross choca la palma de su mano en la frente--- Dime que es mentira, por favor Min Yoon Gi. Yo no te puedo gustar.
Min se queda viéndola en silencio, y por el tono que utilizó mientras ese gesto que le daba más lo empeoraba, le dió a entender de una maldita vez que Laura no tiene el más mínimo interés por el. Eso lo desánimo bastante, de un solo jalón lo hizo regresar a la realidad bajandolo de las nubes de una sola estocada.
No sé atrevía a decir nada, presentía que nada de esto iba a funcionar por más que lo intentara, la chica está muy tragada de Tae Hyung todavía, y aunque su relación ya terminó, hay que reconocer que han transcurrido muy pocos días como para pretender conquistarla. No se lo puede sacar del corazón de la noche en la mañana, eso hay que entenderlo, y Min podrá hacer de todo por ella, menos presionarla.
---Laura, yo sería incapaz de comprometerte en una situación incómoda para ti. Yo solo te estoy diciendo que me gustas, más nada---- se apartó de su lado para servir un vaso de agua fría directo del grifo ----Quedate tranquila, que yo sé más que nadie que aún estás muy enamorada de Kim Tae-- bebió un sorbo cerrando la canilla.
La pelinegra se sintió muy apenada. Recordó que justo esto mismo, le pasó cuando despreció aquella vez al nerd del colegio en cuánto él le confesó sus sentimientos hacia ella; la diferencia, es que su compañero de aula la arremetió contra la chica véngandose por el dolor del rechazo. Todo el tiempo estaba encima de ella haciéndole cosas feas, y cuando Laura decidió hablar con los directivos al respecto sobre lo que le estaba pasando, expulsaron al muchacho del plantel. Cross no lo volvió a ver nunca más, por lo que le contó sus amigas, su familia junto con el se mudaron yéndose a otra ciudad.
Obviamente esto no le va a pasar con Gi. El pálido es un hombre con toda la extensión de la palabra, y no creo que se preste para algo tan inmaduro.
----Lo mejor para los dos, es que yo me vaya de tu apartamento, me consiga un trabajo y comience a pagarte todo lo que te debo.
Susodicho de la muchachita ocasionó que Min casi se ahogase.
---¿Te volviste loca?--- eso sí lo ofendió ---Yo a ti no te estoy diciendo que te vayas, mucho menos que me devuelvas algo que yo te di con tanto aprecio.
---Es mejor así.
---Escucha Laura ----dejo el vaso vacío dentro del lavaplatos ----Yo siempre traté de hacerte entender que en mi puedes confiar, que aquí tienes un verdadero amigo, pero si hacer eso te devuelve tu tranquilidad, adelante, yo te apoyo cuál sea tus decisiones. Pero eso sí, tu a mí, no me tienes que devolver nada, porque cuando uno hace las cosas con el corazón, no hay manera alguna de que eso pueda pagarse---- pausa ---Ahí está la puerta, cuando tu quieras, te puedes ir, yo a ti no te estoy obligando que estés aquí conmigo, pero si en algún momento deseas volver, sabes que aquí puedes encontrarme que yo con mucho gusto te recibiré. Sea cuál sea la hora...
***
Sus palabras la dejaron pensando toda la noche, y debido a eso, casi no pudo dormir. Laura toma su celular, le envía un mensaje a su madre, esperanzada a que a la una de la madrugada ella le conteste, esperó.
La chiquilla ya tomó una decisión, no puede permitir que esto le vuelva a suceder. No importa que Yoongi sea un buen chico, no está nada bien que ella esté aquí complicandole la vida, siendo una carga más cuando no tiene ninguna responsabilidad, no tiene porqué estar pasando por esto por culpa de sus malas decisiones. Su madre se lo advirtió pero no quiso entender razones, ahora sea como sea tiene que enfrentar las consecuencias de todo, no estar recostadose en la persona menos indicada. Una persona que no tiene nada que ver aquí...
A la mañana siguiente leyó la respuesta de mamá. De un brinco, se bajó de la cama, corrió al baño, detalló su rostro hinchado de tanto llorar enfrente al espejo, y buscó remediarlo echándole agua.
Gi ya se había ido para el trabajo; el apartamento estaba limpio, y como no había nada que hacer aquí, Laura empacó todas sus cosas en la misma mochila con la que salió de casa. Como pudo las organizó metiéndola a la fuerza en su interior ya que eran más de lo que trajo. Al terminar, se dió un baño, se vistió, peinó, y al ya estar lista, colocó su morral atrás de la espalda...
Agarró a Stitch envolviendolo entre sus brazos, y antes de salir de la habitación, le echó un último vistazo a la carta que le había escrito a Min Yoon Gi. Carta que le dejó encima de la cama totalmente organizada. Antes de marchase, verificó que todo estuviese en orden, y al cerrar la puerta tras su espalda, se le escapó un suspiro triste. La embriagó la nostálgia, es primera vez en toda su cochina vida, que alguien se muestra tan interesado por su bienestar como lo ha hecho el pálido; sus padres lo hicieron precisamente por eso, porque son sus padres, pero Min es un total desconocido, sin embargo, le dió todo de sí para que fuera feliz.
Regresó a casa como perro regañado, con la cola entre las patas y las orejas gachas. Haya lo que le haya dicho su encopetada madre, al fin y al cabo la recibió de vuelta en su hogar con los brazos abiertos, con los ojos húmedos, feliz de tener de vuelta a su única hija.
Las cosas ya no serán como antes, y eso lo tiene bien presente. Que se olvide definitivamente de los estudios, su papá aún estaba tan molesto con Laura, que la forzó a trabajar con su tía en la misma tienda. Ella debe de aprender a pagar sus propias cuentas, si tuvo valentía para marcharse de casa con un hombre, que tenga las mismas agallas de valerse por sí misma. Lo duro no es tanto trabajar en ese lugar, a decir verdad le resulta bastante sencillo atender a la clientela cuando le toca, lo complicado es soportar a la hermana de su mamá, esa mujer nunca le mostró tenerle el más mínimo cariño.
----Laura, deja eso ahí, y ven conmigo.
No ha transcurrido ni medio día y esa señora ya la tiene loca volteando de aquí para allá. Poniendo a su cargo lo más complicado mientras ella resuelve lo más fácil.