Ella es mía

CAPÍTULO 17

Entra al chat, por la parte superior del celular toca la camarita con la intención de hacerle una videollamada. El pálido esperó, y mientras ella se dignaba a responder, Gi brotaba suavemente su vista con la yema de los dedos.

Por otra parte, Laura no supo que hacer ante el momento, en cuanto entró la llamada de Min, extrañamente la invadieron los nervios dominandola por completo. Lo más veloz que pudo, acomodó su cabello suelto peinandolo con los dedos, y buscó una posición mejor lo cuál pueda hablar con el.

---¡Stitch!--- lo buscó desesperadamente ----¿Dónde está Stitch?---- al encontrarlo tumbado en el suelo junto a su cama, le proporciona leves golpes deshaciéndose de cualquier suciedad que se le haya pegado. Al ya estar lista, con su peluche abrazado como costumbre, la pelinegra deslizar su dedo sobre el celular aceptando la llamada.

Nerviosa moja sus labios un poco pasando la lengua. Gi no le estaba viendo, tenía puesta su mano sobre aquel rostro palidezco.

---Hola Min --- empieza ella primero regalandole una sonrisa, que importa que aún no la mirara --- ¿Cómo estás?.

----Laura, no es por nada, pero.... estoy muy cansado ----decide acortar---- No me estás preguntando pero hoy fue un día súper difícil para mí, lleno de problemas por todas partes.

---¿Sucedió algo malo?.--- se preocupó.

Min no quería entrar en detalle, simplemente consideró que sus dificultades en el trabajo, y el conflicto que tuvo hoy con uno de sus compañeros, es algo que no debería involucrarla. Siempre ha tenido bien en mente que su estrés provocado allá, debe de quedarse justo dónde lo dejó, no traerlo a casa.

---No es nada ---- evitó ---Mejor dime ¿Qué querías hablar conmigo?.

---¡Ahm! Pues...--- con las claras señales que le estaba dando de no tener ganas de hablar con ella, ¿Entonces para qué seguir insistiendo?---- Era una bobería, nada importante, pero si estás muy cansado, entonces hablamos cuando tú estés dispuesto, ¿Te parece?.

---Laura, no vayas a pensar que no quiero hablar contigo. Entiende por favor, estoy que me duermo aquí sentado ---- si ella entendiera las verdaderas razones del porqué evita verle directamente al rostro--- Si quieres, mañana en la mañana muy tempranito te marco, tu me dices a qué horas y podemos hablar todo lo que quieras.

---Tranquilo Min, mejor dejemos así. No pasa nada , tu sólo descansa, ¿Está bien?, cuídate, adiós---- cuelga la llamada. Se molestó, no quería que el se diera cuenta pero fue casi inevitable--- ¿Ese es el supuesto gusto que tiene hacía mi?--- respira hondo. Muy profundo ----Ni siquiera me vió a los ojos....¡¡Claaroo!! Seguramente si tiene tiempo para la Rouz esa, como trabaja todo el día con ella, seguramente la bruja esa ya le calentó el oído ----no era consciente, pero estaba aplastando a Stitch ---¿Será que Yoongi ya se la follo?---- sacudió su cabeza borrando cuya imagen obscena que creo ella solita---- ¡¡Ash!!! Pero por supuesto, eso ya debió pasar entre esos dos.

***

Yoongi deja su celular de lado en el mueble y camina hacia el baño, al entrar, detalla su rostro derrotado enfrente del espejo, y después de ver esos ojos rojos tan irritados, busca entre el cajón donde tiene guardado sus utensilios de aseo personal, el botiquín que no le puede faltar. De ahí saca unas gotitas, solo espera que con este medicamento se le calme el ardor que tiene en su vista.

Por culpa de su descuidado e irresponsable compañero de obra, que sacudió sin miramientos un mugroso trapo cubierto por cemento seco, todo ese polvo le voló a Min en la cara. Lo hizo con toda la intención de prejudicarlo, ya que sabía muy bien, que el pálido estaba ahí descargando un material pesado.

Discutieron bastante feo, casi y se van a los golpes por tal incidente, pero en cuanto su jefe intervino, decidió ponerlos retirados el uno al otro. Min debió ser más cuidadoso también, conociendo que clase de alimañas tiene por compañeros, debió usar siempre sus lentes protectores.

----Estoy que ya no puedo más.

Se tumba en la cama boca arriba, con las piernas abiertas, y los brazos extendidos, ahí cierra sus ojos dejándose llevar, de un momento a otro, solo se oyen sus ronquidos.

***

A la mañana siguiente Laura se levanta con su frágil cuerpo todo mayugado, no tiene fuerza para nada, ya que toda su energía la dedicó a acomodar esas pesadas cajas que su tía le dejó como tarea. Al bajar a desayunar, no encontró a su madre por ninguna parte, pero sin falta, estaba su papá sentado sólo en el comedor bebiendo su café bien caliente.

---Hola papá, buenos días.

Se va acercando al vejete lentamente. Este ni la mira, solo continúa en lo suyo como si nadie le hubiese dirigido la palabra.

---¿Mamá me dejó desayuno preparado?.---- preguntó. Inmediatamente el hombre enfoca sus ojos en ella. Casi la fulmina.

---¿Acaso creés que tú madre es sirvienta tuya?--- réplica con enfado--- ¡Haz tú, tu propio desayuno! Y no se te olvide, que antes de irte para la tienda a trabajar, tienes mucha ropa que lavar.

---¿Ropa?.

---¡Oh, ¿Qué creyó la señorita?---- se oyó tan irónico ----¡Que tu mamá va a venir bien cansada de comprar las cosas de la casa, para también ponerse a ponerse a lavar ropa? ¡Pues no!--- palmeo la mesa---- Quiero está casa bien limpia para cuando ella llegue, y dónde vea a tu mamá lavando un solo plato sucio por no hacer bien tu trabajo, te la vas a ver conmigo, ¿Te quedó claro?.

Laura Cross ya no tiene descanso alguno. Mejor dicho, su papá la tiene peor que Cenicienta, ni a la ventana a respirar aire puro puede hacer sin antes tener su consentimiento. Se mata aquí en su casa, y se mata en el trabajo; cuando pensó que al obtener su primer salario entre las manos todo valdría la pena, pues no fue así, porque su pago lo recibió fue su cucho. Él es el administrador de todo..




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