Enamorándome por error.

Capitulo 7.

 A la hora del almuerzo en la cafetería el tema del día parecían ser dos, el primero era sobre la pelea entre Sanie y Alicia que al parecer había sido porque mi mejor amiga había salido con el ex de Alis y lo dejo a los dos días de empezar su “relación”, hasta ahí no lograba comprender porque Alicia se había enojado, pero entonces dijeron que él había roto con ella para salir con Sanie. Por lo que el motivo de su enfado estaba más que claro, solo un ciego no lo vería, la verdad es que Marcus y Alicia llevaban saliendo dos años y medio, eran una pareja feliz, sólida y estable; o al menos eso parecía hasta que anunciaron su rompimiento un mes atrás. El segundo tema era Dylan. Nadie paraba de hablar de él, hacían todo tipo de conjeturas e historias sobre porque se había cambiado a esta altura del año, pero nadie le preguntó en realidad.  
  
       Estaba hundiendo mi tenedor en la imitación de croqueta cuando una bandeja choco con la mía.  

-Lo siento, creo que medí mal la distancia.  

    Levanté la vista sorprendida porque mis oídos habían reconocido ese timbre de voz pero mi cerebro no podía procesar que en realidad fuera él hasta que mis ojos lo comprobaran. Él se sentó e incluso así, era más alto que yo, nuestra mirada se junto y entonces me perdí en un azul profundo bordeado de unas espesas y negras pestañas.  

-¿Esta bien si almuerzo aquí? Te vi sola y creí que podríamos almorzar en la misma mesa. 

-Logan. Por supuesto, no hay problema.  

    A eso le siguió un silenció incómodo en el cuál solo se me ocurrió beber un poco de agua mientras miraba hacia cualquier lado menos a él.  

-Entonces… Sanie ¿Está en problemas? 

     Me tomó por sorpresa pero afortunadamente me recompuse rápido. 

-Si, bueno, puede que no. La verdad es que no la eh visto desde que la Sra. Harrys se la llevó está mañana.  

-Es Sanie, seguro estará bien. Es astuta e inteligente. 

     Sentí un pequeño pinchazo en el costado que logré identificar como celos. Así que el verdadero motivo de almorzar “juntos” era saber de mi mejor amiga. Debería estar contenta por eso ya que Logan estaba demostrando cierto interés y preocupación por Sanie, lo cuál me ayudaba con mi misión. Pero por alguna extraña razón no me sentía a gusto con la idea.  

-Si, ella es así de interesante y la verdad es que todos dicen que la primera en dar el golpe fue Alicia por lo que Sanie solo se defendió. De seguro utilizará el argumento “En defensa propia”. 

-Mmm tienes razón, Alicia fue quien dio el primer golpe.  

-¿Así? ¿Cómo sabes? 

-Porque yo estaba junto a Sanie cuando eso paso. Al abandonar el estacionamiento me tope con ella en la puerta así que nos fuimos juntos, estábamos caminando y charlando por el pasillo cuando Alis apareció de la nada gritando insultos a San y luego simplemente la abofeteo. Y así comenzó todo.  

     Por un lado sentía alivio al notar que mi misión sería más fácil de lo que había imaginado y por el otro podía sentir los celos asomando su fea cabeza.  

-Entonces es seguro que San va a estar bien.  

-¿Sabes? Hoy en la mañana te vi… 

-¡Oh! Estaba segura de que me habías ignorado por completo y que luego al subir simplemente me había imaginado que tu marcha era lenta… 

-¿De qué estás hablando? Por supuesto que no te ignoré; de hecho, iba camino a tu encuentro cuando esté chico rubio apareció y tu… parecían muy a gusto juntos. 

     <<Que estúpida, que estúpida.>>  
    
    Por un momento creí que se refería a temprano en la mañana cuando salimos de nuestras casas y casi quedo como una total acosadora.  

-Ah, te refieres al estacionamiento… si es Dylan O’Brien hoy es su primer día. Vinimos juntos en el autobús. 

-¿Viajaron juntos? 

-Si, él me cedió el asiento junto a él. 

-Mmmm claro, genial.  

*Debería haberme ofrecido a traerte como había pensado.* 
 
     No estaba segura de si había escuchado bien por lo que decidí no preguntar ya que fuera lo que fuera que hubiera dicho fue en un susurro y no quería meter la pata como antes. En su lugar decidí poner en marcha mi plan de Cupido para Sanie.  

-Oye, Logan. Esto, mira, no sé si San te comentó algo ya, pero ella había pensado en que podríamos ir los tres al parque hoy.  

-¿Al parque? 

-Si, darán una fiesta hoy y armarán una especie de feria con juegos y así, quieren recaudar fondos para un hogar de mascotas.  

-Ok, me parece bien. Supongo que será divertido.  

-Bien, entonces… ¿Quedamos a las 19:00? 

-Las veo ahí entonces. 

      Y con eso se fue segundos antes de que tocará el timbre indicando que la hora del almuerzo había terminado.  

    No volví a ver a Dylan durante el resto de la jornada, pero supuse que lo vería en el autobús, para mí sorpresa Sanie me esperaba en su coche con dos malteadas de fresa a modo de disculpas por dejarme tirada bajo la tormenta. 

-¡Oye chica! ¿Qué te tomo tanto tiempo eh? Creí que no saldrías más del edificio. 

   Tomé el vaso que extendió en mi dirección mientras habría la puerta del acompañante e ingresaba al coche.  

-También me alegro mucho de verte San.  

-Ay no seas tan seria Cami. 

-Lo que tú digas. Oye San, te tengo noticias. 

-¿Ah si? Dime. 

     Ella ya estaba maniobrando el coche y me ponía un poco nerviosa que su atención se dividiera entre su malteada y el volante, pero sabía que era una excelente conductora.  

-Al parecer hubieron avances con Logan hoy, le dije que tú habías pensado en que podríamos ir los tres al parque hoy, aceptó. Quedamos de vernos a las 19:00 horas en el parque. Ahora, este es el plan, yo iré contigo los acompañaré durante unos 15 minutos aproximadamente y luego me inventaré una excusa para fugarme y dejarlos solos.  

-Mmmm me parece bien, es bueno que haya aceptado tan fácil y rápido. 

-¿San, estás bien? ¿La directora fue muy dura contigo? 

-¿Qué? No, por supuesto que no, solo estuve las últimas horas en retención lo cual me vino bien ya que logré saltarme las clases. Y si, estoy bien. 

-Pues díselo a tu falta de entusiasmo por la gran noticia. 

-Muy bien se lo diré, pero primero, creo que tú señorita me debes una explicación junto con una historia con todos los detalles. 

-¿De qué estás hablando?  

-Oh, vamos Camil soy tu mejor amiga creo que me merezco esto.  

      Habíamos llegado a mi casa y estábamos abriendo la puerta de mi casa cuando comprendí a que se refería ella o mejor dicho a quién.  

-Hablas de Dylan. 

-Oooh ¿Así qué se llama Dylan? ¿Dylan cuánto? 

-Dylan O’Brien.-Dije mientras dejaba mi mochila junto a las escaleras y me dirigía al fregadero de la cocina para lavar mis manos.- Nos conocimos está mañana en el autobús, él me cedió el asiento junto a él y comenzamos a hablar, luego de que evitará un choque entre mi cara y la barra de seguridad del asiento de en frente.  

     Sanie se sentó sobre la mesada de granito negro cruzando las piernas entré sí y adoptó una pose digna de modelo de portada. Con su muñeca pasando por debajo de su melena (ahora de un color cobrizo) la blandió en el aire y está calló en una lluvia de bucles. 

-¿Cómo lo haces? 

-¿Hacer qué?  

-Ser siempre tan… siempre pareces una modelo, cada cosa que haces es… simplemente perfección.  

-Oh, gracias, lose cariño pero ni creas que esos halagos te ayudarán a zafar del interrogatorio. Ahora ¿Tienes algo de beber? 

-De hecho, creo que mamá dejo un jugo de limón en el refrigerador y hay unos olímpicos si te apetece. 

-¿Bromeas? ¡Por supuesto que sí!  

       Iba camino al refrigerador cuando Sanie bajo de la mesada para ayudarme pero a medio camino se mareó casi cayendo al suelo, pero afortunadamente logró sujetarse a la mesada.  

-¡San! ¿Estás bien? 

-Si… solo fue un mareo, de seguro es por hambre. 

-¿Segura que estás bien? Ven, siéntate. 

       La tomé del brazo y la conduje a una silla, la verdad es que se veía pésimo. Su rostro estaba pálido, su frente arrugada como si algo le doliera y en ese momento noté las grandes ojeras que asomaban desde debajo de una capa muy generosa de maquillaje.  

-San. ¿Haz estado durmiendo lo suficiente?  

-Si, mis 8 horas de sueño reparador. ¿Por qué? 

-Porque tus grandes ojeras no dicen lo mismo, pareces un mapache. Además, el no dormir suficiente podría ser otra explicación del mareo repentino. 

      Ella me miró pero enseguida desvío la mirada y entonces comenzó a sonreír mientras hablaba para quitarle importancia al tema. 

-¿Sabes qué? Quizá tengas razón, anoche puede ser que me haya desvelado más de lo normal. Ya sabes, el tiempo pasa y una no lo nota, se me fue la hora haciendo algo y cuando quise ver, era tarde.  

-¿Haciendo algo? 

-Si, cosas. 

-¿Qué cosas? 

-Solo cosas sin importancia. 

-Solo cosas sin importancia… ¿Y aún así esas “cosas sin importancia” te hicieron perder la noción del tiempo al punto de trasnochar?  

-Exacto, ya me conoces Camil, soy muy distraída y cuando me concentro en algo no paro hasta terminar. Ahora, ¿Dónde está ese jugo que me prometiste? 

    Y así dio por zanjado el tema y yo no le insistí, simplemente fui al refrigerador.  Pero algo estaba claro, estaba mintiendo. Lo noté cuando desvío la mirada y fingió una sonrisa para distraerme y quitar importancia a lo sucedido, es lo que hace cuando miente, pero quería darle el beneficio de la duda; el cual ya revocó. Era innegable, ella estaba ocultando algo.   

       Unas horas más tarde ambas íbamos caminando al parque para encontrarnos con Logan. La verdad es que habría esperado a Sanie con un outfit más sofisticado o sexy, pero en su lugar fue simplemente casual, incluso yo iba mejor que ella y eso ya era decir demasiado. 

-Entonces, ¿Segura que no hay nada entre tú y ese chico… cómo se llamaba? 

-Se llama Dylan O’Brien y si, estoy más que segura de que no pasa nada entre nosotros. Si lo hubiera, tú serías la primera en saberlo, somos mejores amigas y las mejores amigas se cuentan todo.  

     La miré significativamente para que supiera exactamente lo que significaba eso. Desvío la vista del camino solo un instante para verme y luego la regreso mientras aclaraba su garganta. 

-Si, claro, no existen secretos entre mejores amigos, pero siempre pueden o no existir ciertas excepciones.  

-Entonces ya no sería válido el “no existen secretos entre mejores amigos”.  

-Depende del punto de vista que uno decida verlo.  

-No Sanie, aquí no hay puntos de vista, si existen secretos entonces ya no tiene sentido el decir esa tonta frase si una de las partes va a infringir esa regla.  

-Ay, por dios Camil. ¿Me vas a decir que nunca tuviste un secreto solo para ti?  

-No, no para ti.  

-Ah, está bien. Llegamos, al fin.  

      En efecto, habíamos llegado. Las luces de colores en la entrada indicaban lo obvio. Eso sin contar la enorme rueda con sillas que asomaba por entre los árboles con personas de todas las edades gritando y riendo de la emoción. Cuando bajamos del coche la silueta de alguien salió de entre las sombras de debajo de un árbol, al principio sentí un hormigueo subirme por la espina dorsal reemplazando el sentimiento de enojo de hacía unos segundos por nervios, hasta que la luz nos indico que se trataba de Logan. 

-Hola chicas, llegan unos 15 minutos tardes.  

-Si, bueno, puedes culpar a Camil por eso, se demoró más de lo normal. 

    Él me miró con una ceja elevada y una media sonrisa, algo que provocó un sonrojo en mi rostro.  

<<Agradezco a cualquier deidad por la oscuridad de este sitio así tapa mi vergüenza.>>  

-¿Entonces qué? ¿Entramos o simplemente nos quedamos aquí?  

-Tienes razón Camil, pero chica, dilo con más sutileza.  

-Muy bien Sanie. Chicos, ¿Que les parece si entramos?  

    Ambos se rieron mientras avanzábamos hacia la caseta de entrada del parque donde Logan pagó por los tres a pesar de nuestras objeciones.  

-Si hay un chico, entonces lo mínimo que puede hacer es pagar sus entradas, es una regla básica de caballeros mis jóvenes damas.  

-Pero mira tú Camil, nos ha tocado un caballero andante, solo le falta su corcel.  

      Ambas nos reímos y él se sonrojó, se sentía bien el hecho de que está vez fuera él quién se avergonzara. El primer juego al que fuimos fue al de “Dispara a los Patos” en el cual Sanie le atino a 3 en el centro y a uno apenas en la cola fallando en el resto de los tiros por lo que cedió el lugar a Logan. Él se tomó su tiempo para apuntar al blanco (a diferencia de San, quién tiro casi sin apuntar y aún así tuvo la suerte de dar a tres) logró 5 aciertos antes de decidir rendirse.  

-Camil, te toca. 

-Chicos, simplemente no puedo. 

-¿Cómo que no puedes? 

     Dijeron a coro mientras se miraban con el ceño fruncido al ver que dijeron lo mismo y a la vez.  

-Es que simplemente no puedo apuntarles. ¿Qué no ven sus caritas?-dije al tiempo que señalaba a los patos de cartón sonrientes.- Están felices y ustedes simplemente les dispararon ¿Qué no sienten pena por ellos? 

-Hampton vamos, no puedes estar hablando en serio.  

-¿Ni un poquitito? 

     Insistí una vez más mientras el dueño del juego perdía la paciencia sin decidirse si correrme o dejarme continuar con el show que al parecer había atraído más clientes a su puesto.  

-Camil mujer, simplemente tira y ya; te aseguro que esos patitos no sienten ni una pizca de dolor. ¡Maldición son de cartón! 

-Ay ustedes seres sin corazón, son unos cascarones vacíos sin alma ni sentimientos. Pero ahora obtendrán su merecido. Sr. ¿Podría darme municiones?  

-¡Por dios Sanie! ¿Estás viendo lo mismo que yo? ¡Hampton le va a disparar a esos patos, se convertirá en una asesina! 

-Oh, si Logan, lo estoy viendo está a punto de ser una asesina de cartón. ¡Que atrocidad! 

-Ya basta chicos, dejen que me concentre.  

       El dueño del puesto puso en marcha la cinta para que los patos comenzarán a moverse, cada cargador del “arma” tenía 10 municiones, eran 10 oportunidades. Coloqué la culata en el hueco que había entre el cuello y el hombro derecho, baje el ojo y lo puse en la mira mientras tomaba aire para soltarlo lentamente. Cuando calculé la velocidad a la que viajaba la cinta moviendo los patos me concentré en apuntar al blanco y disparar. Primero uno, luego otro y otro y otro y así hasta vaciar el cargador. Cuando baje la mira la alarma del puesto sonó anunciando que había ganado, la gente reunida a nuestro alrededor comenzó a silbar y aplaudir.  

-10 de 10 ¿Cómo lo hiciste Hampton? 

-Hombre, ¿Y tú eras la que decía no querer disparar a los patos? Menos mal que éramos nosotros los que no teníamos piedad, no teníamos sentimientos y bla bla bla. 

-Sanie tiene razón ¿Cómo lo hiciste Hampton? 

-Es simple chicos.- Hice una pausa mientras aceptaba mi premio que resultó ser un pato gigante de felpa.- Soy hija de mi padre, mi padre como un gran miembro de las fuerzas armadas me enseñó a disparar desde una muy temprana edad y por supuesto tengo una excelente puntería también.  

-De eso no hay duda pequeña Hampton. 

       Unas dos rondas más tarde dónde siguieron probando mi puntería, ya teníamos un peluche de Willy la ballena y una ardilla con una nuez en su bolsillo. Estaba a punto de darle la señal a Sanie de que iba a marcharme cuando ella se me adelantó.  

-¡Carajo chicos! Acabo de recordar que debo hacer algo importante. 

-¿Quieres que te acompañemos? 

-No Logan, está bien, les agradezco igual pero ustedes simplemente sigan divirtiéndose. Ah, y por cierto Camil me llevaré a Willy; técnicamente es mío por derecho ya que te cedí mi lugar en el juego. ¡Baaaay!  

<<¿¡Qué carajos!? ¡Se suponía que yo debía ser quién usara la excusa para irse, no ella!>>   
 




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