El avión a Venezuela salía a las nueve de la noche, sería un viaje algo largo, así que aliste lo que pensé que necesitaría, mi ropa, algunos libros de ficción otro prestado de comedias románticas, aunque me comentaron que era un libro para chicas, quizás entienda un poco su comportamiento con ese libro. Se llama “el club de los corazones rotos”, ya hace diez años que deje mi país Venezuela cuando me vine con mi padre a Argentina, tenía apenas doce años cuando partimos de allí, cuando subí al avión entre en un sueño profundo en lo que me senté, dormí al menos una hora.“celineDion” de ella era la hermosa voz que escuchaba en el avión, era primera vez que viaja en primera clase y las atenciones eran muy buenas me senté al centro del avión ya que le tengo algo de pánico a las alturas.
Pensé que me sentaría bien volver a mi país, aunque no fuese a mi ciudad directamente Caracas, esta vez me quedaría en Anzoátegui, en el centro lo que llamaban Tronconal Barcelona, el avión fue directamente al aeropuerto Jose Antonio Anzoátegui, al entrar en el espacio aéreo de Venezuela puede observar las hermosas playas del estado donde pasaría un largo tiempo de mi nueva vida. Al ir llegando fui apagando mi laptop, y me moví a una de las ventanas para ver mejor. El avión comenzó a descender y sentí como la presión recorría mi cuerpo.
Aquí comenzaría una nueva vida, comenzaría mis estudios de teología, siempre me gusto esto sobre todo molestar a las personas creyentes. Al pisar suelo Venezolano me llene vida sentir el aire limpio del aeropuerto, supongo que esta ciudad seria como cualquier otra, contaminada por los autos y la gente. Salí del gran lugar buscando un taxi una fila de carros viejos y nuevos estaban allí, algunos malibu clásicos, algún Fiat 2006 estacionado, me monte en una gran Camioneta Toyota Explorer 2012 negra que parecía estar esperándome.
Al cabo de unos minutos el carro se estaciono frente a una gran casa, me baje y el chofer me ayudo a sacar mis maletas del carro, se despidió de mi con ese gracioso tono oriental, yo me despedí sin pensar que mi tono debería sonar totalmente Argentino. A diferencia de mí ya viejo hogar los Venezolanos eran tal y como los recordaba, cariñosos, cálidos en su bienvenida y hogareños.
Pasaron algunos días mientras que termine de instalarme y arreglar mis cosas, en hora buena llegue en la temporada de vacaciones, me dedique a recorrer la ciudad con el dinero que tenía compre un coche un BMW M3 del año 2010 era fácil comprarse un carro si tenías un buen trabajo.
Pasó casi un mes y decidí comunicarme con mis viejos amigos de la infancia que Vivian en Caracas, los busque por las redes sociales y bingo quedaron en venir a mi casa durante el mes de agosto yo comenzaría ya mis estudios. En el fin de semana decidí conocer a mis vecinos, sería algo para mi conocer a gente nueva, conocí a Jonatán y Janeth, me los encontraba muy seguido en la será de la calle, siempre pasaban en una moto, pasadas un par de semanas de haberlos conocido me invitaron a una pequeña tasca cerca de la casa, acepte cordialmente, llegue a mi casa y me metí al baño, me duche con agua caliente sin necesidad de calentador, que salía así por la presión en las tuberías. Aunque hubiese deseado agua fría en este estado, el calor era increíble, ya faltaba media hora para que me pasaran buscando.
Tome un pantalón de jean negro muy bonito, una camisa fucsia un tono oscuro y me coloque un chaleco negro de cuero, junto a unos mocasines negros, me mire en el espejo mi cabello negro alborotado para todos lados estaba algo largo. <<Ya será para mañana que me afeite>>, pensé me peine de forma casual tenía un extraño brillo en mis ojos marrones.
Salí de la casa y justo llegaban mis anfitriones esta noche, pasaban en su motocicleta, iban vestidos muy sencillos, me avergoncé cuando me miraron y rieron. Fui a mi auto y los seguí por la vía, no muy lejos hasta una pequeña tasca “bar” donde vimos un show en vivo muy chistoso de dos hombres uno que imitaba a una mujer y el otro como si fuese su pareja. Se acercaban a las personas de manera graciosa haciendo “escenas algo pasadas, pero muy cómicas” Se hizo media noche y mis vecinos fueron a la pista de baile. Insinuándome que sacara a bailar alguna de las chicas que estaban en el bar, no tenía intenciones esta noche de andar de galanazo.
Logre captar el sonido del mar, se escuchaba muy cerca. Salí en lo que se descuidaron y les deje una nota de donde estaría. Me quite los zapatos y los hundí en la arena fría, refrescando el calor que tenía, solo a mí se me ocurría utilizar una chaqueta de cuero aquí, en el horizonte la gran luna se posaba dejando que su luz bañara el mar de esplendor, el aire frio de la playa fue lo más puro que llegue a oler desde que volví, olía a sal y a libertad, sentí una paz y una harmonía que nunca antes había sentido, paseando mi mirada por la playa en lo lejos visualice la silueta de lo que creí que era una chica, la seguí por un momento hasta que me halle cerca de ella, tenía un pantalón blanco y unas zapatillas negras a un lado de ella, se cubría con las manos los brazos descubiertos. Me quite mi chaqueta y se la ofrecí sin decir una palabra nuestra miradas se cruzaron y parecen haberse entendido perfectamente, ella la acepto y se cubrió con ella.