Entre las sombras

La "mala vida"

Ansiedad 
Sábado, 3:00Am.

Se dice que la prostitución es el trabajo donde se le paga más si no tiene experiencias previas Pero, ¿cómo se llega a ella?

Los sentimientos, ya sea para hacerte sonreír o inclusive llorar son una necesidad  humanauniversal  implantada por el tema "afectivo", el cual se suele decir que puede ser sentido en el corazón, pero realmente viene desde el cerebro. El corazón bombea sangre por nuestros sistemas sanguíneos y ayuda en infinidad de cosas de las cuales no tengo idea, pero no con los sentimientos. La relación que le damos a un sentimiento desde el corazón, me atrevo a decir que es porque cuando sentimos uno de esas famosas emociones no somos racionales con nuestros pensamientos. Porque uno tiene que culpar a otro.

Pero tu corazón no tiene la culpa de lo que siente tu cerebro. Y el cerebro no tiene la culpa de que culpemos al corazón. 

Cuando tienes dolor emocional duele como si fuera dolor físico, el pecho se oprime y derramamos lagrimas. De ese pecho oprimido me atrevo a decir que viene la relación entre sentimiento y corazón. Por qué allí duele, y duele mucho.

En el caso de la ansiedad, no es diferente a otro sentimiento, el problema es que una palabra como "ansiedad" tiene influencia en otros sentimientos: la preocupación y temor.

Scarlett con tan solo dieciséis años, estaba alistándose para su séptima noche de trabajo como prostituta en el pueblo. Ella no vivía en el aquel lugar, no la conocía nadie, y tampoco la recordarían si llegase a morir como su familia. Ella era una pequeña con una mente totalmente frustrada, sin terminar sus estudios y con una hermana pequeña de la cual tenía que cuidar desde algún tiempo atrás.

La angustia la llevó a que le llamaran "puta" para conseguir algo de comida, pero la angustia es lo único que la mantiene de pie, con vida.

Sus padres murieron en un accidente de auto. Murieron al instante, o eso le hicieron creer a ella. La pensión, la póliza, el seguro no puede ser reclamado hasta que cumpla su mayoría de edad o por otro lado, hasta que a sus abuelos les dé la gana de hacerse responsables de ellas, si es que pasa. No tienen un tutor aparte de ellos que pueda hacerlo, y el estado está "gestionando"

"Solo di que no te darás por vencida"

En aquel cuarto color rojo en el cual Scarlett se encontraba caminando de un lado para otro, buscando fuerzas y ánimos para seguir, era el lugar en donde una y otra vez su pesadilla se iba a repetir. 

Ese cuarto pintado por el hombre que consideraba el color rojo en relación con el corazón partido, pero que para el dueño demostraba pasión, le hacía recordar un libro que había encontrado leyendo a sus padres y la curiosidad le insitó leerlo unos años atrás.

Pero volvió a la realidad. Su cliente de hoy, Oscar.

Un hombre corpulento y desagradable, siempre con sudor en un cabeza calva bajando por toda su frente y pómulos grandes terminando en su bigote, con una panza enorme y velluda, dándole un aspecto parecido al de un horrible y desagradable oso viejo hambriento y a punto de comerte, en sentido figurado, o no. Su bigote tipo herradura vieja y desgastada, sus manos grandes y bruscas e inclusive su pequeño pene hacían todo más desagradablemente tenebroso.

Pero lo peor de todo siempre era la forma en la cual la miraba. Era la segunda vez que lo veía, y pedía jamás tener que saber de él.

Solo cinco minutos y el hombre entraba.

El tercer vaso de agua

Unas enormes ganas de salir corriendo.

Una hermana pequeña que la hacía quedar.

Tomo una profunda respiración, casi hasta que sus pulmones no pudieron aguantar más aire.

Y así fue como el momento llegó, lloró en silencio por más de una vez en toda la semana mientras "complacía" a un asqueroso y sudoroso hombre que se posaba encima de ella. Fuera él o fuera otro, la sensación era la misma: asco, repulsión, desprecio y necesidad.

"Muéstrame quien eres tu en la oscuridad

con tus miedos encima, las sombras que te persiguen

corriendo contra la corriente, con tus miedos presentes. 

Porque lo que viene, remedio no tiene." 

 

 

Cuando las ganas de vivir pelean contra la muerte, en algún momento alguna de las dos pierde. 

 




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