-Alfa, espere, alfa!.- Me detuve a mi pesar, llegaba tarde a una reunión con mi padre y los socios de la empresa y ya me anticipaba el dolor de cabeza que tendría por la regañina de mi padre.
Pensando que el omega no tiene culpa de mi tardanza y que cinco minutos más al retraso ya no importa, me doy la vuelta, quito mi cara de mafioso y le incito a que hable.
-Dime Andrew.- El muchacho se remueve nervioso, toma una bocanada de aire y empieza a hablar.
-Alfa, yo quería pedirle si le puedo acompañar al viaje a Brasil, por favor, necesito seguir buscándola.- Sus ojos de cachorro me convencen y estoy a punto de aceptar, pero algo me frena, ¿Ir a Brasil?, ¿Cuándo acepté eso?. Le miro incrédulo.-
-Andrew, yo no iré a Brasil,¿De dónde sacaste eso?.- Ahí es cuando el muchacho se da cuenta de que habló de más y retrocede, la cara se le pone roja, hace una reverencia ridícula y sale disparado.
- ¿Pero qué mierda?.-exclamo en un vago intento de saber qué pasó. Con eso rondando mi cabeza reanudo mi camino, me subo al coche y manejo a toda velocidad hacia la ciudad.
Llego con casi 30 minutos de retraso. Mierda, va a matarme!.
-Esa reunión fue un asco.- Murmuro, al parecer no lo suficientemente bajo ya que mi padre me escucha y me da un codazo en las costillas.
-!Auch, eso dolió!, no tenías que ser tan agresivo.-Le reprocho a mi padre pero él no hace ni caso, bufo, odio que me ignoren.
-¡Ah! Se me olvidaba, dentro de una semana irás a Brasil. Necesito que estés en la reunión con la manada de Brasilia.- Ah..de eso hablaba Andrew.
-Bueno, que más da.- Acepto con resignación.
¡A viajar se ha dicho!.