Capitulo 1: La chica del café

Levantarme en las mañanas es la parte que mas odio de mis días. Pero pues, ni modo, Me tocó ser una adulta responsable y profesional, o por lo menos es lo que siempre digo para mantenerme positiva en este mundo tan cruel (Y comenzamos con el drama). Paso por mi espejo y ¡Santa madre!, Pero que rayos...

Mi pelo parecía una enredadera, estaba totalmente despeinado como si hubiese luchado contra un tornado. Tengo mechones sueltos que se mezclaban con mi piel que es tan blanca, que parece que salí de ultratumba. Ojos café, cara de aborrecida por el sueño, en definitiva era toda una Morticia Adams, pero obvio que con el pelo del tío cosa. Me acerco un poco más al espejo y puedo ver con detalle las enormes ojeras que tenía, pero no me sorprende. Porque llevo días sin dormir bien después de lo que pasó hace 3 semanas. 

Tres mismas semanas que llevo viviendo con mi mejor amiga Tatiana. Desde que mi ex novio me dejo de la manera mas cobarde y cruel que se pudieron haber inventado en el manual de los hombres descarados. A veces la receta perfecta para salir de los momentos más difíciles es rodearte de las personas que más te quieren. En mi caso, vivir con mi mejor amiga ha sido la cura de muchos de mis problemas, aunque también el comienzo de muchos de ellos. 

Le doy una mirada al espejo por última vez dando un largo suspiro y me puse mis audífonos, para prender mi música favorita de los años 90. No hizo más que empezar la primera canción y claro que sucedió. Mi personificación perfecta de mis artistas favoritos. Pero es que señores me tengo que aplaudir, porque es que soy toda una artista, claro que sin fama, ni dinero y mi público son mis peluches de Harry Potter que me ven desde mi cama.

En fin, me fui al baño para terminar de prepararme porque tengo que irme a trabajar. Cuando abrí la puerta no pude evitar comenzar a bailar y cantar porque llego mi canción favorita de NSYNC. La coreografía va perfectamente bien, hasta que me voy a cepillar y siento una mano helada que tocó mi hombro. Brinco del susto y para mi sorpresa había un hombre en mi baño, muy apuesto con tan solo una toalla cubriéndolo de la cintura para abajo.

—Ahhhh!! Pero que mierd... Tatiana —grito desde lo más profundo de mis pulmones.

—Lindas pijamas —el chico dice mientras se pasaba sus dedos por su cabello, alborotándolo un poco.—Con que te gustan los dibujos animados ¿eh? —me extendió su mano— Soy Miguel.

Miro mis pijamas y sí, efectivamente señoras y señores tenía mis pijamas de Sailor moon puestas. Me fijo en su mano extendida y de momento siento una pequeña palmada en mi trasero que me hizo dar un salto

—¡Auch! —exclamó sarcásticamente

—Hola mi pequeña saltamontes, veo que ya conociste a Miguel. —pasa por mi lado mi mejor amiga como si no acabara de ver un hombre semidesnudo en nuestro baño.

—Si Tatiana, y de qué manera. —tuerzo mis ojos en frustración-. No hay, nada más encantador que encontrar un extraño en el baño, que para re-matarlo todo le dice a mis pijamas dibujos animados. Te corrijo hombre de poco conocimiento, esto es A-NI-ME y de los mejores que han hecho by the way.

—Ok tranquila amiga, no te molestes eres muy linda para estar de enojona por unos muñequitos. Lo que tú digas. —levantó sus manos en son de paz y me guiño un ojo.

—Pero no te acabo de decir que...—digo mientras que Tatiana se para frente a él para plantarle un beso. Sin pensarlo, él la abrazó con tanta fuerza que pude detallar los músculos en sus brazos. 

En ese momento solo agarro mi cepillo de dientes y salgo del baño cerrando la puerta, porque sabrá Dios qué otras cosas están pensando hacer estos dos seres. Voy a la cocina para cepillarme la boca y tomar algo de desayuno, pero me fui rápido a mi cuarto, porque no me interesa ver más chicos semi desnudos caminando por mi apartamento y besándose con mi mejor amiga. Que la realidad es que con Tatiana, nunca se sabe, puede que haya un chico en el baño y otro en en la nevera. 

Pero pues, digamos que Tatiana tiene sus manías como yo tengo las mías. Ella es una chica atractiva de cabello rojo largo hasta la cintura, su pelo es tan perfecto que de tan solo soplarle cae en su lugar. Ella tiene el cuerpo llenito, y unos cachetes tan adorables, que juro que nadie se puede resistir a ellos y cuando digo nadie es nadie. Los ojos color verde aceituna, piel blanca y pecas en sus mejillas. La realidad nose porque me sorprende encontrar un chico en el baño, debí haberle dado un high five y decirle te veo en tu próximo turno. La verdad, no es la primera vez que los "amigos" de Tatiana se quedan aquí con ella. Siempre sale con chicos diferentes, los típicos galanes de telenovelas. Y la verdad no los culpo, porque ella tiene un carisma que es imposible no quererla. Además como ella no cree en relaciones serias, pues se divierte con quien quiere y cuando quiere. 

Terminé de vestirme y me di un último vistazo en el espejo. Mis jeans acentuaban muy bien mis caderas y la camiseta muy bien mis otras curvas. La realidad no me gusta mostrar mucho de mi cuerpo ni andar con ropa pegada, pero como diría mi madre: "No puedo ocultar lo que Dios me dio." 

Observe mi Celular y eran la 8:10 (mierda otra vez tarde). Salí corriendo el cuarto tirando puertas detrás de mí (bien Soraya sigue personificando artistas, pronto terminaras como uno de ellos, pero cantando en las calles). Tiré la puerta de salida y pude escuchar un murmullo de Tatiana despidiéndose.

*

Aun en el tren de camino al trabajo, mire mi reloj y eran las 8:35am. Minutos después el tren se detiene en la estación que queda a tres minutos de la editorial para la cual trabajo. Salí y cruce la calle para entrar al café más popular de la ciudad. Es es exquisito y pues como voy más que tarde al menos debo llevarle a mi supervisor su café favorito como soborno y no me bote a la calle como un saco de papa.