Me cuenta lo que necesito saber y sabe que si estoy aquí no es por un buen motivo. No es un espía como afirma el General Weber, es alguien tan pobre que aceptó este tipo de misiones por dinero y en su mayoría no salen bien; él sigue vivo por todo el escándalo interno que se hizo con mi salida, cuando salí de ahí ningún soldado lo vigiló por dedicarse a criticarme y pensando que no tardaría en ser capturado otra vez, pero no sucedió. Mientras charlamos confío en él y no tengo razones para que sea mi enemigo, consumo contenido ilegal y él lo contrabandea. Logró llegar por medio de la Isla Gales, le llaman Gran Bretaña en el resto del mundo. Yo le cuento mi mayor secreto y queda muy impactado, el héroe ario y "nazi" amando contenido internacional e ilegal, pero ese movimiento pasó algo de moda y no todos somos así de extremistas. Ha estado sobreviviendo a base de sobras y de uno que otro robo. Es cuando me habla de escapar que no puedo dejar de escuchar cada palabra.
— ¿Estás seguro de que quieras ir? Podrían pensar que eres un espía y torturarte para sacarte información.
— No necesariamente deberían saber que era parte del escuadrón, no tengo el uniforme y ya tengo a mi reemplazo haciendo mi trabajo.
— Pero hacen revisiones a los que vuelven y sabrán que algo anda mal cuando la aguja se rompa al contacto con tu piel.
— Me las arreglaré para que no me vean como enemigo, les daré la información que quiera y me uniré a la sociedad y a testigos protegidos. Al no ser un objetivo para el régimen no están sobre mí —puede que el otro Alex tenga una manía conmigo, pero tiene mucho trabajo y poco tiempo.
— Estoy arreglando mi salida, veré si puedo arreglar la tuya si me das tu nombre actual. Me llamo Pete Morgan, pero si alguien pregunta por Hevanly Star se trata de un compañero, es mi apodo.
— Seith Evans, de Isla Gales.
— Veré qué puedo hacer, mañana te aviso.
Llego a la casa de Nico agarrando el pan de la parte del nudo, tengo miedo de no medir la fuerza y dejarlo como un tapete. Ya es muy tarde porque sólo está Nico, ya a punto de dormir y no se sorprende al verme.
— Jamás pensé que tardaría tanto por un pan —lo dejo en la mesa con gran delicadeza, jamás había estado tanto tiempo sin usar mis poderes—. No había de la marca me dijiste, me dieron lo más similar.
— Nunca tienen de esa marca, pero si la pides te dan algo mejor —se acerca y ve el hueco en mi suéter—. Alguien te atacó.
— No te preocupes, sabes que nadie puede lastimarme, el cuchillo se dobló.
— Sí, es quién te atacó lo que me preocupa, no es difícil saber que se trataba de ti y si descubren la realidad de esto, podría provocar un caos.
— No es peligroso, además, dudo que ese tipo pueda ir y confesar todo. Es… un extranjero.
— No quiero estresarme más, dime que no hiciste un trato.
— Claro que no, solo me dijo que no diría nada si no lo exponía y se fue, podría silenciarlo si suelta algo.
— Seith, ya no eres del escuadrón, no tienes protección y si haces lo mínimo para llamar la atención no dudarán en encerrarte hasta que mueras de hambre. No te lo digo como compañero ni como amigo, te lo digo como alguien que vive en esa línea entre la vida y la muerte, no quiero la cruces sin una razón.
— Sé que ya no soy del escuadrón, el General Weber lo dejó claro al echarme sin piedad.
— A ti te dio una oportunidad, a los demás nos echaron sin despedirse. Sé que tratas de acostumbrarte a la vida real, pero al arriesgarte así no conseguirás nada bueno.
El resto de la semana no sé nada de Pete y me conformo con ser una persona normal, usando mi fuerza en casos extremos donde no haya nadie. Nico me acompaña a declarar impuestos y hacer el papeleo para que pueda vivir con Nico sin que sea sospechoso, debemos aclarar que somos amigos para que no nos encierren o nos multen, la homosexualidad sigue estando prohibida y es clandestina; Nico vive del drag gracias a la reforma del arte, toda forma de expresión es válida siempre y cuando no sea propaganda enemiga. Lo hacemos y llegan a la casa una cama y una cómoda con ropa básica, Nico me aseguró que la puedo cambiar en un centro de ropa. Me da una ruta en la que estoy fuera de peligro y graban todo, no quiere que vuelva a desviarme y meterme en problemas. Pasa otra sin saber nada de Pete, pero un miércoles se asoma por ahí y me desvío sin decirle a nadie.
— ¿Y qué pasó al final? Pensé que te habían atrapado en el campo de la muerte.
— Tardé mucho, pero arreglé tu salida.
— ¿Lo hiciste? Soy un peligro potencial para ellos, no entiendo cómo.
— Créeme, investigaron tu archivo, tienen más espías de los que crees. Tienes un mes para decidir, después de eso tomarán un tiempo para que no haya una guerra.
— Sólo quiero asegurarme de unas cuantas cosas, pero en dos semanas estaré listo.
— Es un trato.
Soy invencible, así que parte de ese trato incluirá proteger a los que vuelvan al extranjero. Primero quiero saber qué es lo que pasa con el otro Alex y es fácil al venir seguido a La Grande Paloma (donde trabajo), tiene una extraña obsesión con el local. Le debieron haber hecho algo para "corregir" mis supuestos errores, el que conocí era muy dulce y atento, debieron educarlo para ser quién es hoy.