02.
En la actualidad
2023.
—Ese día era mi boda —respondió viéndola —yo estaba inseguro de todo, estaba realmente nervioso y no mentiré, también estaba inconforme. La iglesia en la que me casaría estaba a unas cuantas cuadras del Central Park y yo me había refugiado ahí, en ese parque, caminando por todo el lugar con un traje de color negro delgado, con solapas estrechas que mi madre había mandado a hacer para la boda; sabía que tenía que casarme, pero estaba asustado, tenía solo 19 años, debía preocuparme por formar y mantener una familia, que en ese momento no era algo que buscara.
»... Recuerdo haberme dicho a mi mismo reiteradas veces: No eres el único que ha pasado por esta indecisión y duda; de cierta forma, me sentí ridículo.
»... Recuerdo que era invierno y recuerdo a la nieve estar más blanca que nunca, estaba tan distraído que choqué con una persona, haciendo que nos cayéramos duramente al piso; mi primera reacción fue llamarlo "Asno" —dijo soltando una sutil risa —seguido de eso lo escuché protestar, sin embargo yo solo me levanté del piso limpiándome, pedí disculpas y me marché, sin siquiera mirar de quién se trataba.
»... Caminé como un tonto durante un tiempo más hasta que me cansé, y luego me dispuse a buscar una banca para sentarme a fumar un cigarrillo, que en ese instante me servía de gran ayuda contra el estrés que estaba padeciendo —se quedó en silencio por unos segundos —fumaba con mucha frecuencia en aquellos años —aseguro antes de continuar—, no pasó mucho tiempo cuando un hombre de pelo castaño oscuro, casi negro, vestido formalmente y con una gabardina que le llegaba poco más abajo de las rodillas, se sentó a mi lado sonriéndome y me preguntó con una seguridad inigualable:
»—¿Por si acaso usted no raptó al novio de la boda que está cerca de aquí?.
»Inmediatamente me puse en alerta, ¿Cómo es que lo sabía?, ¿Acaso se había dado cuenta por mi vestimenta? No parecía tener poco más que mi edad.. ¿Era un acosador?, ¿Quién demonios era y por qué me hablaba como si me conociera?.
»—Pasé por la iglesia de aquí cerca, hace unos instantes y lo supuse, tampoco se haga de ideas incoherentes —me explicó, como si hubiese leído mi mente.
»Traté de ignorarlo buscando mis cigarrillos en mis bolsillos, sin embargo recuerdo no encontrar la cajetilla, pensé que quizá lo había dejado en casa y no me había dado cuenta, hasta que aquel hombre metió sus manos en sus bolsillos, la sacó y me la mostró.
»—¿Buscaba esto? —dijo riéndose un poco.
»—¡C-cómo es que lo tiene usted, en q-que momento me asaltó? —Le había preguntado aturdido y un poco asustado.
»—Vaya, primero me golpea, me llama "Asno" y ahora cree que soy un ladrón, magnífico —contestó irónico, lanzándome el paquete de pitillos.
—Oh ¿Él era la persona con la que chocó antes? —preguntó la entrevistadora, con una sonrisa disimulada en los labios.
—Exactamente, había sido esa persona, había estado tan metido en mis pensamientos que no me percaté del momento en que mis cigarrillos se habían caído del bolsillo.
»Ciertamente, ese hombre quiso devolverme la cajetilla y quizá por eso se había sentado a mi lado, así que con vergüenza, me disculpé unas cuantas veces por el insulto que le dije; realmente creí que era lo único que quería y pensé que luego de eso se iría, pero no.
Él se quedó a pedirme un cigarrillo.
—¿Quería fumar con usted? —le preguntó Grace frunciendo las cejas y tomando apuntes en su libreta, muy metida en el relato del Señor Lyam.
»Titubeante se lo di y él lo agarro gustoso, entonces yo también saqué uno para mi y busqué, otra vez entre mis bolsillo vacíos, el pequeño mechero que siempre traía conmigo, pero tampoco lo encontré, quizá se me había caído también, no lo supe en ese momento. Él se dio cuenta de mi frustración, entonces buscó entre sus bolsillos y me ofreció el suyo, ahora es cuando me pregunto el por qué traía un encendedor ese día y sobre todo, ¿Por qué me había pedido un cigarrillo?, pues tiempo después me confesó que a comparación de mí, a él no le gustaba fumar…
»... Después de que él dio su primera calada, me preguntó:
»—¿Por qué está aquí? —cuestionó viendo en dirección de unos niños jugando con la nieve—Es decir, ¡Es el día de su boda!, debería de estar allá, sin embargo aún está aquí sentado, enfriándose por el clima, ¿Por qué?.
»—¿En qué le incumbe esto a usted? —pregunté yo, un poco molesto. No terminaba de comprender qué es lo que buscaba.
»—Lógicamente —se hizo al pensativo por un momento —En nada —aseguró —Pero justo ahora se me antojó tener una conversación —dijo girando su rostro, esta vez mirándome.
—¿Una conversación? —preguntó Grace también confundida.
—La misma pregunta hice yo —confesó soltando una risa —me contestó diciendo que sabía que yo tenía una problema y dando otra calada me dijo que le contará cuáles eran.
»—¿Por qué le contaría mis problemas? —contrataqué.
»—Entonces lo admite —aseguró él sonriente.
»Vaya que era un hombre muy entrometido e insistente, yo no entendía el porqué de su curiosidad y en vista de que vio que no quise contestarle, volvió a hablar: