Han pasado ya año y medio desde que nos vinos por última vez, me he centrado en mis empresas, en mi vida.
Necesitabas poder centrarme un poco en reorganizar la, reconducir la hacia un rumbo porque no soy la misma de siempre, me volví más áspera, menos tolerante, no me reconozco y mis más allegados tampoco. Pero no soy así con todo el mundo, no podría ser así con Anikka ni con Axel, mis pequeños son lo más bonito y sagrado que tengo en el mundo entero.
Sé que su padre y la familia de él los hubieran querido incluso más de lo que los quieren mi familia, pero ya tomé una decisión en su momento. Debo mantenerme firme porque mi decisión y los secretos que trajeron consigo pueden hacer tambalear naciones enteras.
La simple existencia de los niños puede hacer que un monarca que maneja millones, la persona más cuerda, considerada, amable y sensible, pierda toda razón y comience una cruzada solo por tenerlos con él, pero no estoy dispuesta a bloquear la libertad de mis hijos. Antes me matan.