1. Decisiones

Me levanté de la cama, llevamos semanas sin hablar desde el malentendido del otro día, nos hemos dicho de todo. Sería mentira decir que no lo pensábamos porque si algo tenemos claro los dos, es que en caliente o en frío, las cosas que decimos es porque las pensamos, lo único que varía son las formas y el cómo acabamos absorbiendo la información que recibimos.

Nunca he sabido manejar las situaciones extresantes de mi vida, el accidente de papá, el abandono de la universidad... La tristeza de mamá... Tengo que lidiar con todo y Aralan no está haciendo las cosas fáciles. No le dije que me iba a dar de baja temporalmente en la universidad... Y el hecho de que tenga que volver a Arabia a retomar sus obligaciones, le obliguen a casarse y que su hermosa, despampanante y perfecta ex éste cada vez que puede por la universidad aumenta el tamaño del estress que tengo, y como todo ser humano, tengo tope y explotó.

Flashback

• Qué haces aquí?
• A quién le preguntas?- mira al rededor buscando a alguien
• A ti.
• Vine a buscar a Aralan- me dice con una sonrisa- hemos quedado para comer.
• Así?- ¿Y por qué no me había enterado de ése hecho?- qué raro, porque nos castigó a quedarnos con él.
• Imposible.
• Pues es lo que ha pasado, a no ser que coman en el salón de castigo- la verdad es que no nos ha castigado pero ya me voy a encargar yo de que nos quedemos castigados, al menos él y yo.
• Bueno niña, no deberías irte a clases?
• Sí, solo vine a dejarle las notas.
• Mmm.
• Hasta luego- digo tras soltar los papeles dónde me indicó anoche Aralan-.

Me fui hacia la siguiente clase que nos tocaba que era la de economía. No pude concentrarme ese día porque después de esa hora nos tocaba historia con Aralan y debía como fuere impedir que esa comida, merienda, cena o lo que fuere que tuviese en mente la psico-pivón se celebrase. Y no sabía cómo diantres iba a hacer eso. Sé que la primera clase me lo gané a pulso de lotería, pero conforme nos fuimos conociendo de apoco fui dándome cuenta que no era nada fácil uqdarse castigado si él no quería.

Como buen rey, sabía dominar sus emociones como si de llegar temprano al trabajo se refería. Siempre sonriendo cuando se debe, postura recta e inamovible, no levanta la voz si no es estrictamente necesario, denota peligro y poder con la voz calmada y semblante pasivo y conciliador que cuando la levanta.

He de reconocer que en toda mi vida solo he tenido miedo de un hombre y casualmente ese no es mi progenitor... Sino de mi hermano mayor, la primera vez que lo puse al límite me dijo lo siguiente: 

"Julie, ten presente siempre ésto cómo signo de peligro; cualquier persona, le conozcas o no, que te hablé con voz calmada aparente pero que en sus ojos no puedas descifrar nada... Huye, porque está acostumbrado a poseer el mundo y controlarlo todo, no le desafíes porque será un acto suicida, no le lleves al borde, ni mucho menos lo provoques... Porque una vez sacas al monstruo, no hay manera de saciar su hambre y que el cielo y los hombres se apiaden de ti porque no tendrás escapatoria"

Cuanta razón tenía y no me había dado cuenta... Ahora me encuentro en un dilema... Cuán peligroso puede ser ostentar la llave de Pandora?