Gritándole al cielo

Soñando contigo

Siete meses de embarazo, estos dos meses han sido muy difíciles para mi, ya que todo lo que me estaba pasando lo quería pasar con Dennis.
De pronto el aire me empezó a faltar, y solo sentí un fuerte golpe en mi cabeza.

-Cariño ¿Qué haces aquí? -pregunté a la figura que sabía perfectamente que era de Dennis.
-Esperándote -contestó con alegría, para seguidamente extender sus brazos.

Me lancé a ellos como salvavidas, llorando en su pecho, necesitaba ya este abrazo suyo en este momento, era lo necesitado, lo que tanto he añorado y he esperado.
Mis lágrimas brotaron al sentir su calor de nuevo.

-Ya mi chica -susurró en mi oído.
-Te echo de menos -sollocé en su hombro mientras lo abrazaba.
-Lo sé -sonrió con ternura- siempre te estoy observando y sé por lo que estás pasando -confesó con una sonrisa.
-Amor... -no podía decir nada más que eso- joder te he echado de menos Dennis -sollozaba sin parar.

Notaba como poco a poco Dennis se desvanecía, le miré con los ojos llenos de lágrimas "ya nos veremos mi niña" despareció entre mis manos, yo solo asentí con fuerza y le abracé con fuerza hasta que desapareció del todo.

Abrí mis ojos con lentitud, los enfermeros me miraban con curiosidad "¡Está despertando!" Gritó una enfermera mientras me quitaban la máscara de oxígeno, estaba aturdida, no sabía bien que había pasado, solo recuerdo un ataque de ansiedad y despertarme en el hospital, también recuerdo haber visto a Dennis, mis ojos estaban húmedos, volví a llorar del mismo estrés que llevaba encima.

-Tranquila vais a estar bien -sonrió una de las enfermeras.
-Mis niña -susurré- ¿que tal esta mi niña? No quiero perderla -dije al borde de la desesperación.
-Tranquila la estamos controlando y todo va bien -me tranquilizó la misma enfermera, yo solo asentí.

Me llevaron a una habitación, en la cual esperaba mi madre, mi padre, Gina y Jaime, los cuatro al verme me sonrieron aliviados.

-Fina su hija y su nieta están bien -le comentó a mi madre.
-Gracias Lizya -le agradeció a la enfermera.
-No es nada Fina -esta sonrió y nos dejó a solas, con mi familia y amistades.

Mi madre se acercó a mí y besó mi frente con cariño, mi madre temblaba de los nervios, se le notaba a leguas la preocupación, mi padre siempre ha sido muy reservado, pero sus ojos estaban húmedos, había llorado y se le notaba con estrés.

-Me alegro que estés bien hija, estaba muy preocupado -comentó mi padre secamente, sé que se pone así cuando está bastante mal, yo solo sonreí.
-He visto a Dennis -comenté llena de ilusión- me estaba esperando y estaba contento de verme -sonreí con alegría e ilusión.

Llegó la noche y mis padres se marcharon, dejándome con Jaime y Gina, los cuales se ofrecieron a vigilar que todo me fuera bien, y que no me pasara nada.
A mitad noche, empecé a soñar.

-Amor no me dejes -supliqué con desesperación.
-No lo he echo nunca -contestó su voz.
-Te echo de menos -sollocé.
-Yo también mi niña, pero yo te esperaré siempre -contestó alegremente.
-¿Enserio amor, me esperarás? -sonreí con esperanza.
-Laia por tí haré lo que sea -sonrió con entusiasmo y me besó con pasión, le necesitaba.
-Amor te necesito en mi vida -confesé con tristeza.
-Lo sé pero tú puedes -sonrió- y dile lo bueno que ha sido su padre -confesó con una sonrisa.
-Eso es seguro -sonreí y prometí a la vez.

Volví a abrir los ojos y me encontraba en una sala de quirófano, no podía moverme apenas, ni sentía nada, todo era doloroso en mi cuerpo y todo me dolía, a los segundos empecé a escuchar un llanto de bebé, no lo podía creer, ya había nacido, ese llanto me ablandó el corazón.

-Quiero... Cogerla -susurré, rápidamente las enfermeras y Lizya me pusieron a Sinndey en mis brazos apoyándose en mi pecho.

Las lágrimas de la emoción brotaron por mis ojos, rápidamente aparecieron mis padres, estos se quedaron de piedra al verme con mi niña en brazos.

-Mami a sido prematura, sietemesina y tendrá que estar un par de semanas en la incubadora -suspiré con tristeza.
-Que alegría mi niña -mi madre se acercó rápidamente a conocer a su nieta, a mi padre le faltaba llorar.
-Felicidades hija -me felicitó mi padre.
-Gracias -sonreí alegre, ya tengo un motivo más en esta vida.

Y por fin vuelvo a tener otro motivo para vivir, Gina y Jaime me vieron entrar en camilla y suspiraron aliviados de que este bien, pero se extrañaron al no verme la tripa.

-Ya ha nacido -sonreí emocionada- es preciosa -añadí super ilusionada, Jaime se acercó a mí y me abrazó con fuerza.
-Pensé que os había pasado algo y que no me había dado cuenta -suspiró echándose la culpa, su acto me sorprendió bastante.
-Tranquila estamos bien -sonreí sorprendida.
-Tía me habías dado un susto -confesó Gina la cual parecía la más tranquila, aunque ella es así, mantiene la calma en cualquier momento por muy crítico que fuera.

Tocaron a la puerta y mi madre salió, al momento entró y me miró dubitativa "han venido tus suegros y tu cuñado" me quedé de piedra, pero acepté que entraran, rápidamente entraron Marisa, su madre, Guillermo, su padre y Logan, su hermano pequeño.

-Nos quedaremos con la niña -espetó sin rodeos Guillermo, mis ojos se abrieron de golpe- no estás preparada para este cargo -añadió sin cortarse.
-Perdona Guillermo -interrumpió mi madre bastante enfadada- tú no sabes si está preparada o no, además nunca habéis ido a verla en su periodo de embarazo -dijo desafiando a mi suegro- además como no os vayáis juro que llamo a la policía y os denuncio por intento de extorsión y secuestro -amenazó y los padres de Dennis se marcharon refunfuñando, pero Logan se quedó.
-Me alegro de que hayas cumplido el sueño de mi hermano de tener una niña -comentó con alegría- ¿Cómo se va a llamar? -preguntó emocionado.
-Sinndey -sonreí con añoranza- es el nombre que elegimos tu hermano y yo cuando empezamos a salir -añadí recordando aquellos momentos tan bonitos.




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