A ti, que sueñas con evorar el mundo.
Despiertame a mí, enterrado en la tierra.
Alejado de todos, cautivo en mi propia creación.
De lo que todo lo hermoso proviene, de lo que toda criatura nace.
Lo que está a tu alrededor, la belleza y esplendor del mundo.
Bajo la promesa de libertad absoluta, ¿vendrás a desencadenarme?
¿Romperás estas cadenas de pena y agonía?
Reanimame, te pido.
Rescatame, te suplico.
Asciende mi alma, y entrégate a mi, para descansar finalmente en mi creación.
En los escombros de la humanidad que alguna vez adore.