Halftime Show

CAPITULO 25

Elijah.

La mirada de Louis sobre mí me estaba jodiendo más de lo que debería, porque había mas allí que recriminación, él sabía que algo iba mal, lo supo desde el momento en que entró a la planta y no vio rastro de Vanessa por ningún lado.

Ni siquiera en una hora que llevábamos hablando sobre la fusión obtuve otra mirada, ni de aprobación ni de amabilidad. No. Él creía que yo lo jodí como siempre. Y en este punto no tenía idea si estaba o no en lo correcto.

Dos semanas. Catorce días sin saber nada de ella, y no por falta de intentos. Quise hablar, quise traerla de vuelta a mí y no obtuve respuesta. Su celular llevaba apagado desde esa noche, y de no ser porque Elena llamó y me dijo que la vio en casa de su padre, me estaría volviendo loco sin saber como estaba.

Devastada y perdida.

Esas fueron las palabras que la esposa de mi hermano usó para referirse a su estado cuando la vio. No obstante, ella se estaba encargando se cuidar a su padre. El hombre estaba bien y no había rastro del supuesto infarto según Elena, así que no fue para tanto como le hizo creer a Vanessa.

Eso me hizo odiarlo más. Lo consiguió tal y como me lo dijo, la alejó de mí. Bueno, yo contribuí a ello con mi falta de honestidad, pero el resto fue cosa suya. A estas alturas yo debía ser un monstruo para ella.

Plantarme en su casa no era una opción, por muchas ganas que tuviese de verla, ella a mí no. Me echarían nada mas llegar.

— Elijah. —levanté la mirada directo a la puerta. La sonrisa nostálgica de Tam me recibió, ondeando un sobre en sus manos. —Te llegó esto.

— ¿Es importante? —no miré mas allá de ella. Benson no iba a sacarme información de ningún tipo el día de hoy.

— Tiene el sello del abogado de los Campbell. —me tensé, la idea del idiota de Jeremy queriendo joderme la existencia de nuevo cruzó por mi cabeza. Luego de que Vanessa estuvo en Boston me intentó hundir ante el resto de los accionistas usando mi matrimonio como base para destituirme de la mesa. Agradecía que Louis se quedara con parte de las acciones que compró, porque de no ser así lo hubiese conseguido.

Eso alimentó mis ganas de vengarme. Tenía muchas cosas en su contra. Lo que le hicieron a Vanessa, lo que hicieron con Brown Enterprise. Esa mierda. Pero lo que mas me consumía era el hecho de que ese maldito le soltó la verdad a Vanessa y con ello la alejó de mí.

— Quémalos. —solté de mala gana. No quería saber mas de ese par, lo único que me interesaba en este punto era saber como iba a hacer para poder hablar con ella.

Sus palabras se repetían una y otra vez en mi cabeza como una cinta que no dejaba de ver. Ella creía que fue un error casarnos, y estaba dolido, pero eso no dejaba de lado que la extrañaba mas de lo que mi orgullo quería tomar el control.

— Viene firmado por Ness. —me puse de pie nada mas las palabras salieron de su boca, caminando directamente hacia ella y arrebatándole el sobre. Lo abrí en cuestión de segundos, aferrándome con fuerza a los extremos cuando mis ojos se encontraron con los documentos dentro.

Demanda de divorcio.

— Fuera los dos. —mi voz fue un susurro inaudible que solo fue escuchado por Tam debido a la proximidad de su cuerpo con el mío. Sus pasos resonaron a medida que se alejaba, dejándome solo en mi oficina con Benson. —Lárgate. —dije un poco más alto, aún aturdido por lo que estaba a punto de leer.

Mi corazón bombeaba con rapidez y mis pensamientos iban a mil por segundos. Ni en mis malditas pesadillas le daría el divorcio, no sin que me lo pidiera de frente y mirándome a los ojos. No sin tener la certeza de que ella en verdad quería dejarme.

Dejarme.

Ella me estaba dejando. No. Ella ya me había dejado. Hace dos malditas semanas.

Louis pasó por mi lado sin mediar palabra alguna y apenas pude registrar como mis manos cerraron la puerta con fuerza con seguro. No quería ver a nadie hasta no saber de que iba esta mierda.

Me senté en el sofá, sacando todos los papeles dentro. Uno diferente a los demás llamó mi atención porque no estaba impreso, la inconfundible letra de la mujer que amaba estaba plasmada allí llamándome a leer.

Elijah,

No sé si te tome por sorpresa recibir esto o tal vez no lo haga, en este punto solo quiero decirte por este medio lo que de frente nunca podré hacer.

Pensé en volver, te extraño como no tienes idea, pero tomé la decisión luego de días en vela de que esto era lo mejor para ambos.

No puedo seguir en un matrimonio en el cual por tu parte no soy tenida en cuenta. Pensé que luego de lo que sucedió, tu deseo por estar conmigo sería mucho más grande que tu ansía de venganza, pero me equivoqué. Seguiste jodiendo la constructora y sabes lo difícil que será levantarla. No te importó que nuestro matrimonio pendiera de un hilo para hacerlo. Dejaste que tus diferencias con mi familia fuesen más grandes que tu amor por mí.

Ya no me molesto en preguntar tus motivos, porque no obtendría respuesta certera de ellos.

Estaba dispuesta a dejar de lado a papá y a Jeremy, quería hacerlo por ti. Hasta que ya no más. No por ellos, sino por mí. La noticia del retiro de los inversionistas llegó antes de que tomara mis maletas y volviera a Atlanta tras decirle a papá que me iría.

No es tu culpa, y en caso de serlo, sería culpa de ambos.

No me arrepiento de haberme casado contigo, me diste las mejores experiencias de mi vida y me enseñaste a vivir, pero también me mostraste lo poco que significo para ti en comparación con tus deseos de ganar y ser el número uno.

No voy a escoger entre tú y ellos. No hay oportunidad de que lo haga tampoco. Porque en todo caso, no los escogería a ninguno de los dos. Me escojo a mí, escojo a la persona que siempre debí escoger en primer lugar.

Entiendo que tu deseo de protegerme estaba allí, pero debes entender tú también que no era la manera. Por mucho odio que tuvieras, al final estabas consciente de que la más afectada con esto sería yo. Y lo que duele no es que lo hayas hecho, porque te amo y yo intentaría protegerte a ti a mi manera. Lo que me duele es el hecho de que seguiste esta guerra cuando yo ya estaba en el otro extremo, o al menos pensaste que lo estaba, porque nunca escogí a nadie. Hasta ahora.




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