―1―
La Madriguera
Eran aproximadamente las cuatro de la madrugada y Ron sólo había conseguido dormir aproximadamente dos horas. Se fijó en Harry y vio cómo éste parecía tener un sueño placentero, daba la sensación que era la primera vez que dormía bien, ya que lo había visto a lo largo de los años como sufría con las pesadillas del señor tenebroso. No podía dejar de pensar en Fred, no podía concentrarse en otra cosa, necesitaba de alguien. Se le cruzó por la mente ir con Hermione, la necesitaba a ella, pero no quería molestarla o incomodarla. Los minutos seguían pasando y cada vez la tentación de ir a buscarla era más grande. Salió del cuarto, y comenzó a gritar desde el pie de la escalera que conducía al cuarto de las chicas. Le gustaría subir y no hacer tanto ruido, pero si lo hacía, conocía perfectamente las consecuencias: las escaleras serían un tobogán.
En el cuarto de las chicas, Hermione se despertó un poco sobresaltada por los gritos, y éstos casi despiertan a Parvati. Ésta última se había dormido muy tarde, no dejaba de pensar en Lavender, quien finalmente había muerto a causa de las heridas que Greyback le había provocado y la castaña se había quedado con ella, consolándola. Al escuchar esa voz particular, se apresuró a levantarse e ir a verlo. Abrió la puerta y, al asomarse, se encontró con un pelirrojo que tenía grandes ojeras y ojos llorosos. Luego de analizarlo, sin pensarlo dos veces, bajó corriendo y se abalanzó sobre él, abrazándolo muy fuerte.
―No podría dormirme. Siento haberte despertado Herms.
―No te preocupes, te dije que no había ningún problema. ― Le tomó la mano y lo condujo hacia los polvorientos sillones. ― Tranquilo Ron.
―Me siento mejor contigo, ¿sabías? Siempre ha sido así y con sólo pensar… si te hubiese pasado algo… definitivamente no podría seguir.
―No digas eso, ya pasó, estamos aquí. ― Estaba muy sorprendida por ese comentario. ― Tranquilízate, trata de dormir ¿sí?
El chico la abrazó de nuevo y acomodó la cabeza de ella en su pecho lentamente, dándole un tierno beso en la frente y así se quedaron dormidos. A la mañana siguiente, Hermione fue la primera en abrir los ojos. Sintió cómo aún el brazo del pelirrojo seguía en la misma posición de cuando se durmieron. Lentamente, sin despertarlo, intentó sacar el brazo de su cintura, pues éste le impedía poder acomodarse para poder salir, pero su tentativa fracasó. Ron despertó y comenzó a sentir un fuerte calor que le recorría por toda su cara.
—Buenos días. — Lo saludó.
—Buenos días. — Saludó tímidamente. — Iré a despertar a Harry. Es hora de ir a casa. — Decía mientras se alejaba de ella. — Y… gracias por acompañarme. Nos vemos luego. ― Se despidió Ron, aún sonrojado y subió rápidamente a su dormitorio.
Hermione no pudo decir nada. Estaba ligeramente anonadada por lo sucedido. Ginny apareció con grandes ojeras. Al parecer, Ron no había sido el único que no podía conciliar el sueño. Sus ojos denotaban una pesada tristeza, y su cara no reflejaba ningún tipo de expresión.
―Ya debemos irnos, ¿no? — Inquirió la pelirroja.
―Sí Ginny. Es hora.
La pelirroja se dirigió a la salida, cuando inesperadamente volteó a mirar a su amiga, formándose una leve sonrisa.
—Me alegro por lo de ustedes. Tardaron bastante. — Ante la cara de confusión de su amiga, siguió. — Los vi durmiendo juntos cuando bajé en la madrugada. —Y sin más que decir, se fue.
En el dormitorio de los chicos, Ron seguía fracasando en despertar a su amigo:
―Harry despiértate, ya es hora.
―Eh…que… ¿qué, qué? Después compramos grajeas Ron.- El ojiverde estaba muy dormido y apenas había escuchado lo que su amigo le decía.
― ¡HARRY!— Gritó tirándole con una almohada por la cabeza. ―¡¡DESPIÉRTATE!!
―Sí, lo siento. ¿Qué decías?
―Que te prepares, ya es hora de irnos.
―Ah sí sí, claro, está bien. ― Harry comenzó a pensar y no pudo evitar preguntar algo que lo tenía preocupado. ― Eh… Ron…
― ¿Qué sucede amigo? ― Preguntó mientras se cambiaba.
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harry potter, ron y hermione, despues de la batalla de hogwarts
Editado: 12.01.2019