-Hay un pequeño jardín en la parte de atrás del lugar, puedes ir ahí en lo que el personal hace la comida, solo camina por el pasillo y encontrarás una puerta al final-
Dijo Abraham y sin decir nada más Dulce salió de aquella sala comenzando a caminar por el pasillo, cuando se encontró con aquella puerta la empujó con todas sus fuerzas y finalmente sintió una corriente de aire que comenzó a mover su cabello a lo cual rió levemente.
- ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?
Se escuchó una voz a sus espaldas, ella volteó algo asustada, pero se relajó al ver que era aquel chico de cabello azabache y ojos rubíes
-M i nombre es Dulce, te vi llegar en la mañana, sé que no quieres estar aquí, pero... supongo que ya no regresaremos con nuestras familias, es por eso que me gustaría saber tu nombre, ya que podríamos ser amigos-
El azabache dudó antes de extender su mano hacia Dulce
-Mi nombre es Lucas y tengo cinco años... pero creo que tú también-
Dulce asintió y estrechó la mano de Lucas con una sonrisa
-Vi que tienes unas alas con plumas negras, ¿Son reales? ¿Puedo tocarlas? ¿Por qué están heridas? ¿Vivías con una familia antes de venir? –
Preguntó Dulce bastante entusiasmada
-Bueno... mis alas si son reales, no me gusta que las toquen, pero a ti te dejare, están heridas porque me dispararon y si vivía con una familia antes de venir, pero los oficiales los asesinaron por tratar de protegerme... eso es todo-
Dulce se quedó callada para después mirar las alas del contrario
-Trataste de proteger a tu familia ¿verdad?
Lucas asintió con la cabeza
-Pero no sirvió de nada...y tú? ¿Qué pasó con tu familia? –
Dulce tomó la mano de Lucas y ambos fueron a sentarse al pasto cerca de las flores
-No sé cómo es una familia... crecí en un orfanato, pero me divertía mucho... aunque tengo recuerdos de una mujer, creo que ella fue mi mamá-
Lucas se recostó en pasto
-Probablemente sí, pero no lo sabrás hasta investigarlo... de cualquier manera no creo que salgamos de aquí en mucho tiempo, si tenemos suerte saldremos talvez cuando tengamos veinte años-
Ambos rieron y Dulce también se recostó
-Bueno, me gustaría que fuera así, tengo la esperanza de que podremos salir de aquí-
-Si quieres un consejo, será mejor que nos resistamos a lo que hacen; así talvez se cansen de nosotros y nos dejen ir, por cierto ¿Qué fue lo que te pasó en la mejilla y en las rodillas? -
- Oh, es solo que Abraham me aventó y caí al suelo-
Dijo Dulce haciendo un puchero y poniendo sus manos en sus mejillas
-Bueno, hay que seguir el plan de resistirnos y así podremos salir-
Se escuchó la puerta del patio abrirse y después la voz de aquella mujer que los había llevado a ambos a sus cámaras
-Lucas ven, te llevaré al comedor!
-Ugh no molestes Lucy! –
Se levantó y sacudió la camisa blanca que llevaba para luego mirar a Dulce
- ¿Vienes conmigo? -
Extendió su mano hacia la pequeña y esta la tomó para después levantarse y de igual forma sacudió la camisa que llevaba. Ambos caminaron hasta donde estaba Lucy la cual al verlos suspiró, hizo una seña para que la siguieran y comenzó a caminar en dirección a una sala bastante grande donde había varias mesas y una barra donde las encargadas servían la comida en unas bandejas.
-Este es el comedor, aquí vendrán todos los días en la tarde cuando se les indique, estamos viendo la posibilidad de que también vengan a cenar, pero por el momento solo vendrán aquí para comer. Las encargadas les servirán la comida y les entregarán la bandeja así que quédense aquí-
Ambos pequeños asintieron y miraron a las encargadas quienes ya estaban sirviendo la comida; después de unos momentos le entregaron a cada uno su bandeja y fueron a sentarse uno al lado del otro.
Comenzaron a comer tranquilamente y al terminar suspiraron.
-Supongo que ahorita que salgamos de este comedor seguirán haciéndonos pruebas-
Dijo Lucas mirando a Dulce.
-Bueno, es mi primer día, aunque no se controlar lo que muchos llaman mi "don" así que no hay mucho que pueda hacer-
-Bueno, no sé cuál es tu don, pero lo único que tengo yo son mis alas... ¿Puedes mostrarme tu don? –
Dulce asintió y miró la bandeja tocándola esperando a que esta se congelara, pero lo que pasó fue completamente diferente en cambio al momento en el que las yemas de sus dedos tocaron la superficie de la bandeja esta salió volando estrellándose contra la pared tan fuerte que hizo que se doblara mientras un fuerte estruendo resonó en todo el comedor.
Las encargadas miraron aquello asombras al igual que Lucas.
-Wow ¿Ese es tu don? Si es así es increíble ¿Viste cómo salió volando? Incluso se dobló-
Dulce miró sus manos para luego mirar a Lucas.
-Se supone que debió de congelarse... no tenía que salir volando... pero es increíble-
Ambos charlaban animadamente de lo que había pasado, mientras que por una cámara Abraham los miraba y anotaba sus observaciones en su cuaderno.
-Entonces también puedes congelar las cosas, definitivamente es genial-
Dulce se levantó para ir por la bandeja y después regresó a su lugar nuevamente dejando la bandeja en la mesa.
-Veamos si esta vez puedo congelarla-
Volvió a tocar la bandeja logrando esta vez un resultado bastante diferente a la vez anterior; la bandeja comenzó a arder en llamas y la pequeña, asustada, aventó la bandeja al suelo congelándola en el momento.
-Bueno, al menos esta vez si la congelaste, pero fue increíble cuando se incendió ¿También puedes hacer eso de encender las cosas en llamas? –
Tomó las manos de Dulce y esta rió levemente.
-Al parecer sí, pero eso lo acabo de descubrir al igual que tu-
Se escuchó la puerta del comedor abrirse bruscamente y entró Abraham al lugar tomando bruscamente el brazo de Dulce separándola de Lucas para luego llevársela a una habitación algo obscura. Ató las manos de la pequeña y la aventó haciéndola caer al suelo raspándose nuevamente su mejilla derecha.