Hill's Mortem: The Dungeon

Run to the hill's

Alastor despertó, escuchando el constante goteo del agua, la cual se filtraba a través de las paredes, su cuerpo le pesaba, recordó que llevaba puesta la armadura y debajo su cota de malla, su cabeza daba vueltas, llevó sus manos a ella, retirando su casco con dificultad, tenia el casco dañado, asustado pasaba su mano por su melena negra, encontrando sangre. Los recuerdos eran muy confusos, gritos y alaridos venían a su mente, el corría despavorido por unos pasillos de piedra, estos eran iluminados solo por antorchas colgadas en las paredes, luego de ello no venía nada más a su mente, miró alrededor pero solo para darse cuenta que seguía atrapado en el calabozo.

—Los.. los calabozos de Hills Mortem... Yo vine aquí... con... con mis compañeros...—trataba con fuerza de recordar lo ocurrido, pero nada volvía a su mente.

Un dominante olor a sangre, humedad y oxido reinaba el ambiente, el aventurero se sintió atosigado por ello, así que decidió ponerse en marcha.

—Tal vez pueda encontrarlos buscando la salida — pensaba aún mareado, sentía una extraña presencia cerca de él, como si fuera vigilado.

Al andar Alastor se apoyaba en la pared, la cual empezó a perder orden ya no era lisa, la naturaleza parecía haber desgastado el lugar, era bastante normal dado su tiempo abandonado.

—Los rumores eran ciertos —dijo con lentitud —la antigua fortaleza fue construida sobre la montaña para aprovecharla en su totalidad, eso no es bueno... No para mi. 
Risas sonaban detrás del guerrero, el miro estupefacto, por un segundo pensó en ir en donde sonaba, pero escucho con atención, la carcajada era demencial, camino con apuró, nada bueno podía ser, aún podía sentir aquella perversa presencia, su mente se llenaba de gritos desgarradores y varias personas llorando, era algo tan sofocante que hizo a Alastor correr a toda prisa, el era incapaz de percibir alguna otra cosa más que los llantos y lamentos de personas que sentía no haber conocido, era tanto su desesperación que incluso se tapaba los oídos, pero eso no le impedía seguir oyéndolos.

—¡Basta! ¡Es suficiente! ¡PARÁ! — exclamó en su desesperación, solo entonces las voces se detuvieron.

—Este lugar me da una mala sensación — expresó con angustia en su corazón.

Unos pasos sonaron delante de Alastor, intento tomar su espada, pero no llevaba ninguna en su funda, él la había perdido. Frente a él aparecieron un grupo de seis goblins, los cuales apenas se podían apreciar ante la luz de las antorchas, su estatura no superaba a la de un niño de seis años, pero su desagradable apariencia distaba mucho, su tono verdoso, junto a sus largas narices les daba una apariencia perversa, las arrugas no los ayudaba, al igual que sus sobre salientes dientes amarillos, eran calvos y tenían ojos tan negros como sus intenciones, al notar sus dagas Alastor tomo el escudo que colgaba de su espalda.

—Me gustaría pensar que son el único peligro que habita en estás catacumbas — hablaba intentando quitarse el miedo, sin ser efectivo, sabia que su situación no era la mejor.

Con un chillido amenazador los goblins fueron tras el hombre de armadura, al no tener su espada, golpeo con el filo de su escudo la cabeza de una de las criaturas, matándola en el acto, dos mas tomaron su brazo, Alastor estiro su otra mano a la pared intentando tomar la antorcha, tres goblins golpearon la armadura con sus cuchillas, por suerte no dieron en un punto blando, lo que le hizo salvarse, el hombre atizo con la antorcha el cráneo de uno de sus enemigos que detenían su brazo, el otro fue levantado ya que aún sujetaba su brazo, siendo arrojado contra la pared de piedras irregulares, sus enemigos verdosos notaron que no lograban hacerle daño así que treparon en el humano para alcanzar su cuello, este desesperado se lanzo contra la pared, logrando quitarse a dos de encima, el tercero fue tomado por la cabeza y azotado contra el piso en repetidas ocasiones, la brutalidad del acto hizo que los demás goblins se retiraran temerosos del implacable adversario. Alastor cayo al suelo sin aliento, su corazón latía con fuerza, parecía que saldría de su pecho.

—¡Odio a esos enanos! Son tan escurridizos.. — exclamo con alivio al ver que se fueron, pero ese alivio se fue, Alastor miraba atento a todos lados, volvía a sentirse hostigado por  una mirada sobre él — ¿Magia?

Apurado volvió a caminar por los tenebrosos pasillos del calabozo, una presencia maligna le había notado y eso era peligroso, un extraño ruido resonaba por los pasillos, el sonido parecía venir de todos lados, lo que le hacia imposible prevenirse.

—¿Sera por la magia? ¿El usuario pretende encargarme de frente? El estaría en desventaja si decide atacarme así —se preguntaba atento de su alrededor, sujetaba con fuerza su escudo y la antorcha prendida —¡Sal cobarde! ¡Da la cara de una buena vez!

Un cadáver decadente apareció, tenia restos de lo que aparentaba ser una armadura, lucía fornido e intimidante y lo mas alarmante, traía el arma de Alastor, se trataba de su espada corta con un grabado de ondas por toda la hoja del arma, aparentaba ser fuego según el guerrero, este arremete contra el ser sobrenatural, pero el monstruo reacciona rápido chocando la espada contra el escudo, un estruendoso golpe resonó por los pasillos del calabozo, el aventurero conecto la antorcha contra el cráneo de su enemigo, por un segundo ambos se quedaron de pie en la misma posición, el anormal ser no caía tras el golpe limpio, lo que alarmo al hombre.

—¡¿Acaso no siente dolor?! —se preguntaba angustiado.

Pero sin darse cuenta es golpeado en la cara por el puño putrefacto de su enemigo, cayendo al suelo con la sangre derramándose por su corta barba. La espada cae en su contra, pero pudo interponer el escudo, la entidad anormal golpea con mas fuerza el escudo, cada golpe sacude los brazos de Alastor, su adversario era formidable pese a no tener vida.

Un sentimiento de desesperación envolvió al guerrero, sentía que su vida llegaba su fin, miraba como las cosas sucedían lentamente, sus brazos comenzaban a ceder, como rayo volvió a su mente la imagen de una joven mujer de fino rostro, ella reía junto a el.



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En el texto hay: paranormal, medieval, fantasiaoscura

Editado: 16.03.2020

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