Hilos del destino

17.

Capítulo 17

El amor es cómo una mariposa

"He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos.”

ANTOINE DE SAINT EXUPERY

Terminé de leerle el capítulo a Emma, y mire el reloj, ya eran pasadas las 7 de la noche y tenía varias llamadas perdidas de mi padre.

- Debo irme Emma, he estado tan agusto contigo que se me ha hecho muy tarde- ella estaba igual, inmóvil con todos esos aparatos conectados a su cuerpo... ¿Me preguntaba si ella podría volver ? ¿Si me podia escuchar? ¿Si podría despertar algún día ?

Le acaricio el rostro con suavidad, luego le arreglo un poco sus cabellos rubio como el Sol, se parece mucho más a Chris que a Skay físicamente. Siento un nudo en el pecho al imaginar lo mucho que también debe extañarla...

Dos lágrimas se deslizan por mis Mejillas, las limpio rápidamente al escuchar a Skay abrir la puerta. - ¡Ya es tarde! Te he pedido un taxi, no puedo llevarte porque Matilde no cuida a Emma los Lunes por la noche- agrega avergonzado.

-no pasa nada, lo entiendo - le sonrió y caminó hacia él.

-Muchas gracias Anabelle...- me dice con la voz quebrada. Siento la necesidad de darle un fuerte abrazo y no la reprimo.

-Todo estará bien, ya nunca más estaremos solos....vendré todos los días a leerle a Emma y a tomar el té ¿Te parece?- le digo y me separo de él.

-Todos los días hasta diciembre... Mike B saldrá libre dos días después de navidad - musitó con una mezcla de tristeza y rabia.

- ¿Por qué le dejan libre?- cuestionó con el ceño fruncido, no entiendo como funciona la justicia.

-Buen comportamiento, además de que reabrieron el caso, su abogado a dicho que mi madre se cayó, que fue un accidente...-

-¡Eso suena a que hay dinero de por medio!-

-Si, alguien lo está ayudando... Me preguntó ¿quién ?- Skay me miró confundido, la conversación fue interrumpida por su el sonido de su móvil. -Tú taxi - agrega y me vuelve a dar un abrazo corto y me acompaña hasta el taxi.

-Adios Skay- le dejo preocupada.

-Gracias otra vez...- me dice y yo le sonrió -Escribeme cuando llegues por favor - asiento, el cierra la puerta y el taxi arranca.

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Llegué a casa luego de una hora de camino, mi padre estaba esperando en el salón con cara de pocos amigos.

-¿Donde estabas Anabelle? ¿¡Mira la hora que es!?-

-Lo siento... Estaba con Skay, se me hizo tarde -

-Podrias haber avisado al menos... Estábamos todos preocupados - El estaba exasperado. Yo simplemente no quería discutir, camine con mis muletas hacia el y lo abracé.

-Lo siento mucho, se que debí avisarte, pero es que estaba haciendo algo importante - mi padre baja la guardia y me mira confundido.

-¿Como qué? ¿Estás buscando piso ya?- pregunta preocupado. Christopher aparece de la nada.

-¿Quién busca piso ?- se incorpora a la conversación sin ni un poco de decencia.

-Annie... - mi padre contesta entristecido, Chris me mira exigiendo respuestas, estoy segura que va a preguntarme algo pero Bumblebee aparece y corre hasta mi alegremente.

-Hola mi bolita de pelos, te extrañe tanto- le digo mientras le doy muchos besos. El perro corre luego hacia Chris para que esté le haga cariño también. -¿Y esto que es? ¡¿Como le quieres tanto a Chris?!- le digo de forma juguetona.

- Pues Chris siempre le saca de paseo, inclusive más que tú - mi padre me reclama y yo le miró ofendida.

-Soy un adulto responsable, solo he tenido un par de días malos, pero mamá te sacará a pasear de ahora en adelante- cojo al perro entre mis brazos. Chris sigue mirándome con evidente confusión, pero por respeto a mi padre no se atreve a preguntar nada.

- Dame al perro, te ayudaré a subirle - dice buscando una excusa perfecta para acercarse a mi y susúrrame - Te veo en mi habitación- Toma a Bumblebee y de marcha rápidamente.

-¿Verdad que es un buen chico?- mi padre musita mientras lo ve subir las escaleras con orgullo. Se nota que le quiere mucho también, y me siento mal de haberme liado con Chris, no quiero que la relación de ambos se arruine por mi culpa.

- Si, lo es...- contesto casi que con la voz quebrada.

-¿Quieres que te lleve en brazos como cuando eras pequeña?- mi padre me pregunta.

-Estoy bien, no te preocupes. Ve a descansar- le doy un beso y subo las escaleras lo más rápido que puedo.

Mientras caminó por el pasillo me encuentro con Leticia de frente. Está me mira con el mismo desprecio de siempre, pero yo en cambio ahora le miro diferente.

-Ya te has pasado la puerta de tu habitación - me dice mientras se cruza de brazos.

-Voy al baño- le contestó y le sonrió de forma espontánea. Ella me mira extrañada, y hasta asustada.

-Si piensas que siendo amable conmigo apoyare lo que le estás haciendo a mi hijo, estás muy equivocada, jamás permitire que ustedes dos estén juntos - me dice de forma amenazante.

-Lo quiero mucho y me importa tanto que se que lo mejor que puedo hacer es alejarme-

- ¿Me estás vacilando verdad niña?- Leticia me mira incrédula, está visiblemente alterada.

-Voy justo a su habitación, hablaré con él seriamente, y le diré que es imposible, que no podemos estar juntos, así que no te preocupes y ocúpate de que mi padre no moleste mientras hablamos - Ella no quiere creerme, pero elige hacerlo porque en el fondo sabe que no solo estoy siendo honesta, sino que Christopher no va alejarse de mi a menos que yo se lo pida.

-Bien...- contesta tragándose su orgullo y caminando en dirección al estudio de mi padre.

Yo sigo mi camino hasta la habitación de Chris, doy un sólo golpe, el abre de inmediato, toma las muletas primero, me hala con rapidez hacia él y luego cierra la puerta con seguro.

-¿No estás siendo exagerado? Con este pie es difícil que pueda ir rápido a algún lado- le digo intentando restarle pesadez al ambiente. Él me no le da ni un poco de gracia mi chiste, está serio.




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