3. Verdad detrás

El auditorio estaba en estado quietud, pero el murmullo amortiguado de la curiosidad, entre aquellos que se notaban desubicados, se percibía.

Una voz moderada salía por los altavoces. Hace diez minutos habían empezado.

»Durante mucho tiempo esta Compañía ha existido, y solo con un propósito: reclutar a seres humanos con características especiales y orientarlos. Estos rasgos en algunos humanos, llamados en el argot de la Compañía "peculiaridad", "talento singular" o "don", son aptitudes que en algunos evolucionan de formas inconmensurables, dotándolos del título del que somos poseedores todos en esta nave; especiales, y con preparación nos convertimos en incógnitos.

»Algunos que se quedan sin hogar o nacen huérfanos y otros que se ven obligados a dedicarse a controlar sus peligrosas peculiaridades son reclutados aquí. Después de graduarse perfeccionando sus aptitudes y realizándose múltiples tests y pruebas para explotar al máximo sus capacidades; reciben este título.

»Ahora les contaré el pasado detrás.

»Hace milenios, cuando el ser humano estaba dando su primeros pasos hacia el conocimiento y la tecnología, varios empezaron a exponerse al mundo con talentos singulares que se consideraban satánicos en esos tiempos.

El hombre de porte neutral mostraba imágenes en las que exponía los hechos que hacían explotar los cerebros de los nuevos reclutados. Una hoguera alrededor aldeanos furiosos se evidenció en la pantalla.

»Tal fue la destrucción de esa raza de humanos, que algunos preocupados por el destino de los especiales, decidieron crear una fuerza que resultara protectora para nosotros. Así nació la primera legión de los incógnitos.

»Años tras año, fuimos superando nuestras defensas.

Otra imagen se mostró: modelos de diseños tecnológicos, máquinas y dispositivos que los sin-don nunca imaginarían.

»Especiales con grandes mentes decidieron que aislarnos de los sin-don, esas personas sin ápice de singularidad; era lo ideal. Muchos se opusieron a esta causa porque tenían familias y una vida formada, por lo que no querían asumir el sacrificio. Así fue como la legión perdió especiales, pero aun así éramos una etnia poderosa y grande.

»Cientos de ellos después de graduarse regresaron a sus antiguas vidas, rehusados a separarse de ellas. Se decidió crear una vía para estar cerca de humanos comunes y así mezclarnos cuando nos aqueje el corazón. Se construyeron naves como esta, que se asentaran cerca de los sin-don, mientras que otros formaban poblados adyacentes a ciudades, con barreras invisibles en las que solo se permitía el paso a los especiales.

»Pero un día, esas poblaciones comenzaron a destruirse. Algunos especiales, considerándose superiores a los sin-don decidieron organizarse para seguir sus propias reglas, la siguiente peor que la anterior.

»Una batalla épica se desató, y las poblaciones de incógnitos cayeron en escombros. Los siniestros, así llamamos a los corrompidos, decidieron esconderse débiles y en poco número. Especulaciones cuentan que su objetivo era convalecerse de la guerra, para atacar más fuertes. Así  quedaron para nosotros  las naves, dejándonos casi sin poblaciones; la de Hawái y un par más. Desde ese entonces, nuestro objetivo en esta Compañía no solo fue el control y estimulación de nuestros talentos singulares, sino prepararlos como una raza de guerreros únicos, algo que solo ustedes consideraban como educación para peculiar.
»Esta es la verdad de la Compañía.

Se quedó estupefacta, pero lo que dirían a continuación causaría más conmoción. El murmullo se acrecentó hasta que el narrador continuó con su discurso.

»Y todo esto es contado, ya que hemos detectado presencia de siniestros. Una joven incógnita lo ha detectado en persona primero que nosotros.

Selene tragó en seco. O era muy paranoica o lo que estaba pensando era cierto; aquella vez en el tejado estaba viviendo un peligro real.

»Cálculos nos dicen que se han dirigido hacia aquí. Una ciudad que anteriormente albergaba docenas de asociaciones siniestras. Todos estamos a la espera y por eso esta información es crucial para ustedes. Los superiores saben que esta noticia es difícil de digerir; pero si así lo prefieren, pueden retirarse de sus obligaciones ahora mismo y desligarse de su destino como incógnitos.

Nadie se levantó, o más bien, muchos no se atrevían a levantarse.

—Bien, entonces; bienvenidos a la Compañía —finalizó el narrador.

La pelirroja se quedó boquiabierta, al igual que todos en la habitación.
Tenía referencias sobre que los siniestros eran sus enemigos, pero no conocía con tanta explicación la historia de los incógnitos. Ni cuando se graduó esa información le fue conferida. ¿Por qué su padre se lo estuvo ocultando hasta ahora? Seguro para protegerla, pero ¿de qué? ¿De un peligro que todos deberían enfrentar en su momento? ¿O de algo más?
Después de puro silencio con matices de susurros, el moderador insinuó un mensaje otorgando una mirada sagaz a la audiencia y enseguida todos reaccionaron, rumoreando en lo que salían de la habitación.

Ella se fue con rapidez puesto que la habían requerido en el escuadrón de exploración.

Cuando terminaron la conversación era de noche: debía hacer un estudio de campo todavía con el mal sabor de boca producido por la reunión de bienvenida.

Era un trabajo sencillo que podía desempeñar porque no requería poderes; una tarea que le encomendó su padre y que su ejecución sería a la mañana siguiente. A ella le sorprendió esa acción de Gerald, pero le gustó notar que ya la estaba reconociendo como alguien capaz de tomar decisiones aunque no fuera mayor de edad.

Su padre tenía razón para preocuparse, tampoco era un neurótico. Selene pasó la carrera de incógnito a muy temprana edad, la más joven. Como la pubertad era una etapa inestable de por sí, si se conjugaba con sus díscolos dones; eso daba como resultado la rebeldía de su parte especial, la cual no tenía control del todo. Pero aun así quería probarse a sí misma, aumentar un poco su autoestima.