Hoy es el día ¿por qué mierda no puedo apartar mis nervios de una buena vez?
Salgo de mi casa a paso apresurado y comienzo a caminar, opto por colocarme los auriculares y de esa forma escuchar otra cosa que no sean mis pensamientos, creo que jamás he estado tan nerviosa por un estúpido trabajo en toda mi vida, ni siquiera cuando fui a la entrevista estaba así. Normal, no sabías de la existencia del Playboy. No, no estoy nerviosa por ver a Kaden, solo quiero que todo salga bien, además, hoy conoceré a sus padres y quiero gustarles. Pues, claro que quieres gustarles, son tus futuros suegros. YA BASTA, ES SUFICIENTE. Kaden sal de mi maldita cabeza.
Comencé a caminar aún más rápido acelerando mis pasos, lo único que espero es que Jessie me dé la bienvenida, o la amable señora de la cual aún no se el nombre, con un poco suerte, Kaden no se encuentre en casa y podré tener un primer día de trabajo tranquilo y sin distracciones.
Me saqué los auriculares y los guardé con manos temblorosas en mi bolso, estoy temblando desde ayer y eso no ayuda a que me tranquilice. Respiré hondo y agité un poco las manos para desprenderme de los nervios. Acerqué mis dedos al portero cuando escucho el sonido de la puerta de entrada, alguien iba a salir. Alzo mi mirada y como no, ahí se encontraba Kaden, con una pequeña sonrisa en su cara y una actitud por demás despreocupada, volví a tomar aire porque ni modo desmayarme en la entrada de su casa, había una especie de magnetismo que él me trasmitía que hacia que una corriente eléctrica me recorra con solo mirarlo, casi parecía flotar a su alrededor.
Él comenzó a acercarse hasta tenerme en frente, lo que hizo de la reja nuestra única barrera de separación. Después de mirarme detenidamente, abrió la reja permitiéndome el paso.
- Buenos días Caddie- ¿ya mi nombre tan temprano en la mañana? Esto va a ser más difícil de lo que pensé
- Buenos días Kaden- seguí su ejemplo cuando él se adelantó y me indicó que lo siguiera. Entramos en la casa y mi asombro seguía intacto, era tan hermosa que parecía irreal.
- Caddie, has llegado- dijo Jessie apareciendo detrás de la puerta de la oficina cuando se acercó para darme un pequeño abrazo, me sorprendió pero lo tomé con gusto, necesitaba algo para olvidarme de la presencia del señorito que tenía detrás
- Buenos días Jessie- dije sonriendo
- Kaden, ¿tú no tenías que irte?-le preguntó su hermana antes de que yo me diera la vuelta para mirarlo, él alzó su mirada y se encontró con la mía ¿acaso ha estado mirando mi trasero todo este tiempo? Su sonrisa pícara me decía que sí, volvió la vista a su hermana.
- Sí, pero han atrasado las clases, tengo una hora libre. Puedo guiarla en un recorrido por la casa si quieres- propuso volviendo sus ojos a mí. ¿Qué estará estudiando? ¿Un recorrido por la casa? ¿Con él a mi lado todo el tiempo? ¿Sin nadie más? La verdadera pregunta es ¿podré resistirlo? Mejor que sí porque pasarás todos tus días con él. Es verdad, lo mejor sería empezar con la práctica desde ahora
- ¿Tú que dices Caddie?- preguntó Jessie a mi lado
- Claro, sería estupendo- respondí
- De acuerdo- respondió ella
- Perfecto- dijo él más como un pensamiento en voz alta
- Kaden, comportante ¿sí?- al parecer su hermana lo conocía muy bien
- ¿Yo? - preguntó señalando a sí mismo fingiendo indignación- Soy inofensivo- contraatacó. Su hermana lo miró de tal forma que parecía, no solo no ser inofensivo, sino que incluso demasiado peligroso.
- Compórtate- volvió a decirle antes de desaparecer por la puerta de la oficina. Hubo un silencio que denotaba tensión y tragué duro conteniendo mis nervios, necesito que deje de mirarme.
- Sígame señorita Duval- dijo sonriéndome, al tiempo que me incitaba a caminar ¿no te bastaba con mi nombre? ¿ahora también mi apellido?
Comencé a caminar detrás de él y para distraerme, mi mirada fue siguiendo cada mínima parte de esa maravillosa mansión, no me molesté en ocultar mi asombro, a cada paso que seguíamos caminando todo parecía ser más hermoso, el piso, algunas pinturas que colgaban de la pared. La planta superior donde se encontraban las habitaciones y los baños era magnifica, todo parecía haber salido de una película. Antes de darme cuenta y volver a tierra me encontré con la mirada brillante de Kaden ¿me había mirado así todo el tiempo? Volví a sonrojarme.
- Creo que te ha gustado la casa- comentó divertido
- ¿Pues cómo no iba a gustarme? Es soñada- él me sonrió, y estoy segura de que si yo fuera un hielo me hubiese derretido ante esa grandiosa sonrisa.
- Tengo un último lugar por mostrarte, te gustará- afirmó
Nos dirigimos hacia una escalera que estaba más oculta que la principal, además esta iba hacia abajo, ¿un sótano? ¿Por qué iba a mostrarme un feo sótano? Callé todas mis palabras cuando abrió la puerta, definitivamente era mi lugar favorito de toda la casa. No era un sótano común, perfectamente podría ser una sala de estar, estaba decorado de tal manera y me transmitió tal energía que no me apetecía salir de ahí. Solté un suspiro de asombro sin darme cuenta y comencé a recorrer el lugar. Los rayos de luz provenientes de la puerta iluminaban todo el lugar. Había un hermoso sofá, una estantería con cientos de libros a un costado, una televisión, era gigante para ser un sótano.
- Me atrevo a decir que te ha gustado- dijo Kaden detrás mío. Me di vuelta con una sonrisa intachable
- Claro que me ha gustado, es precioso-
- Wow, tienes otro gesto que no sea fruncir el ceño, estoy impresionado- no pude evitar sonrojarme otra vez, maldito Kaden y sus comentarios.
- Te dije que no me conocías- dije acercándome a él inconscientemente
- Tienes razón. Permíteme decirte que te ves linda cuando sonríes- mierda ¿Qué haré ahora? Finjo desmallarme, si, es una buena idea. La tensión se sentía en el aire, ¿acaso acaba de coquetear conmigo? Esto no estaba pasándome ahora- ¿Estas bien Caddie?- MI NOMBRE AHORA NO