La extraña sensación de que había dormido mucho más tiempo del necesario me obligó a abrir los ojos mientras me daba vuelta sobre la cama, me incorporé cuando tanteé las sabanas y no encontré el cuerpo de Kaden a mi lado ¿será demasiado tarde y ya abra desaparecido para ir a la universidad? Froté mis ojos y apoyé los pies en el piso para levantarme y dirigirme al baño.
Abrí los ojos de manera exagerada cuando me puse de pie frente al espejo ¡Tenía marcas rojas por todo mi maldito cuello! Y son mucho peores de lo que imaginé ayer que serían. Maldito Kaden y sus chupetones. ¿Cómo iba a conseguir cubrir eso? Me alejé para poder tener un panorama completo de mi cuerpo. Tenía los labios rojizos y algo hinchados por los besos de anoche, su camiseta caía sobre mi cuerpo pegando su aroma a mí, mi pelo rubio caía sobre mis hombros de forma desprolija y ahora mis mejillas habían adoptado un color rojo al recordar los labios de Kaden encima de mí.
Me quité su camiseta y verifiqué mis pezones, también tenían marcas rojas sobre ellos, cubrir eso sería sencillo pero mi cuello era otra historia. Salí del baño y me vestí con el uniforme, para después peinarme y tomar el pequeño porta cosméticos que se encontraba dentro de mi bolso, además de la escasa cantidad de ropa, y el celular con su respetivo cargador, era lo único que traía conmigo. Tomé la base y comencé a colocarla sobre las marcas que los besos de Kaden habían dejado sobre mi piel. Fue un trabajo duro, pero después de unos minutos y esparcirla bien, conseguí que dejaran de notarse, dejé la base a un lado para maquillarme con corrector de ojeras y un poco de máscara de pestañas, cuando terminé di por finalizado mi trabajo satisfecha con el resultado.
Bajé las escaleras y me adentré en la cocina, al parecer todavía era temprano porque no había nadie más que Kaden sentado sobre una silla. Sus ojos verdes cayeron sobre mí y yo le sonreí mientras me acercaba a tomar una taza para poder tomar mi café. Iba a acercarme a él para saludarlo, aunque no sabía cómo hacerlo, me incliné por besarlo, después de anoche creí que sería lo más certero. Estaba a punto de encontrarme con sus labios cuando suspiró, se paró y salió de la cocina ignorándome completamente ¿Qué mierda le sucede ahora? ¿Eso fue todo? ¿Así será a partir de ahora? ¿Solo me ignorará cada vez que nos crucemos? ¿Tan solo quería poder tenerme para después poder dejarme tirada? ¿Tan solo soy un nombre más en la lista de chicas que pudo conquistar?
Comencé a tomar mi café casi revoleando todo a mi paso. No pude comer nada, tenía el estómago cerrado. Minutos después, Jessie entró sonriente a la cocina, pero su sonrisa de esfumó de inmediato en cuanto mi miró. Se acercó a mí y clavó su mirada en la mía, pero la aparté de inmediato.
- ¿Qué es lo que ha pasado Caddie?- ¿tan evidente era mi mirada? Estaba enojada, y tal vez un poco decepcionada, porque llegué a creer que las cosas serían diferentes.
- No, claro no. Todo está bien- dije levándome de la silla- Creo que iré a mi casa a buscar algunas cosas. Regreso enseguida-
- De acuerdo... Escucha, no te pido que confíes en mi por completo, sé que acabamos de conocernos, pero es evidente que algo pasó, y si tienes ganas, puedes hablarlo conmigo- habló tranquila
- Claro, gracias- fue lo último que dije antes de salir de la casa
Recorrí las calles de la ciudad mientras me abrazaba a mí misma por la corriente de viento que golpeaba mi cuerpo, avancé por las calles con las lágrimas contenidas y los ojos vidriosos, pero me negaba a liberar una sola lágrima, no quería llorar, no iba a permitirlo. Caminé y caminé hasta llegar a un parque lleno de árboles y de niños jugando sonrientes con sus familias, respiré profundamente el aire puro mientras una sonrisa triste acompañada de una sensación de añoranza que crecía en mi pecho, me tomé un momento antes de seguir caminando, ahora sí, rumbo a casa.
Abrí la puerta y Jasy corrió a mi encuentro, me agaché hasta su altura y lo alcé para dejarlo abrazarme.
- ¡Has vuelto Caddie!-
- He venido a buscar algunas cosas pequeño, pero también te extrañé- dije para volver a dejarlo en el piso
- ¿Cómo ha ido todo?- preguntó mi madre a mis espaldas, me tomé un segundo para apartar los recuerdos de anoche y me di la vuelta
- Todo ha ido perfecto, de hecho he venido aquí para buscar algo de ropa, ayer no me he llevado nada-
- De acuerdo- dijo dudosa investigándome con la mirada- Jasy te extrañado mucho... y yo también-
En ese segundo me acerqué a ella y la envolví en un abrazo, no sé si fue porque realmente lo necesitaba o porque sentía que ella no se animaba a hacerlo, pero de todas formas me resultó tranquilizador, hacia demasiado tiempo que no abrazaba a mi madre. Sorprendida, colocó sus brazos alrededor de mi cuerpo para devolverme el abrazo mientras comenzaba a acariciarme la cabeza como cuando era pequeña, es uno de los pocos recuerdos alegres que tengo con mi madre, solía acariciarme así en las noches de tormenta, por un segundo volví a mi infancia, y noté que las lágrimas comenzaron a ceder.
Me permití por primera vez en años, llorar en el hombro de mi madre mientras sus caricias trataban de tranquilizarme. Continué llorando por algunos minutos más, pero nos habíamos sentado sobre el sillón y ahora yo me recostaba en sus piernas mientras ella seguía acariciando mi pelo como a una niña pequeña.
- ¿Qué fue lo que sucedió Caddie? Tú nunca lloras- pronunció tranquilamente sin detener sus caricias. Aún sollozando me incorporé para tenerla de frente. Es verdad, yo jamás lloraba, al menos no de esta manera.
- Nada, es solo que, estos últimos días estuve un poco estresada con el trabajo, solo eso- mentí. No podía decirle que la realidad es que lloraba porque Kaden ni siquiera me dirigió la palabra luego de pasar la noche acariciándome mientras yo me acurrucaba sobre su pecho. Patético.