Inefable

Capítulo 16

A excepción de las veces anteriores, esta vez yo abrí mis ojos antes que Kaden. Moviéndome lo menos posible a causa de que su brazo me aferraba contra su cuerpo y, digamos que me tenía atrapada, logré pispiar la hora en el reloj. Tengo que levantarme ahora si quiero comenzar con mi trabajo en el horario estipulado. Realmente estoy demasiado cansada para empezar el día, pero al igual que siempre, no me queda de otra.

Eso no me impidió observar a Kaden mientras dormía, su pecho desnudo subía y bajaba al ritmo de sus respiraciones profundas. Mordí mi labio y acaricié su pelo suavemente para evitar levantarlo. Dejé un pequeño y rápido beso en su mejilla para después comenzar a desenredarme de su abrazo y poder salir, no fue tarea sencilla pero luego de removerme un poco sin hacer el más mínimo sonido logré salir de la cama, suspiré levemente y lo escuché murmurar algo entre sueños, se veía tan hermoso que tuve que apartar mi mirada para evitar quedarme allí parada como una estúpida observándolo hasta que se despierte, podría estar así durante horas infinitas, solo observándolo.

Mis ojos bajaron a sus manos vendadas y una puntada atacó mi pecho ¿Qué había pasado ayer para que tuviera que meterse en una pelea? No quería tener que pensar en eso, sería algo de una vez, de seguro no volverá a repetirse.

Luego de mirarlo por una última vez, abrí la puerta silenciosamente y salí de allí camino a prepararme de forma adecuada e iniciar con mi trabajo.

No han pasado ni veinte minutos desde que he abierto los ojos y ya deseo desesperadamente volver a acostarme en la cama junto con Kaden, aferrarme a su pecho y seguir durmiendo, a decir verdad con su compañía duermo más en tranquilidad, su delicioso aroma junto con sus caricias logran relajarme de una forma que no había conseguido en un largo tiempo.

Estuve lista en tiempo record y me dirigí a la cocina para preparar el desayuno a paso acelerado. Me detuve en seco cuando me encontré con la señora Nicolson, la madre de Kaden, sentada en la mesada a tres pasos de distancia, tragué duro tratando de que no se notara y puse una sonrisa en mi cara.

- Buenos días señora Nicolson- dije a medida que me acercaba a los estantes de la cocina

- Buenos días querida- dijo segundos después.

Me pregunto qué es lo que está haciendo aquí, es obvio que es su casa y puede estar en donde quiera, pero jamás me la he encontrado en la cocina tan temprano en la mañana. Yo me encontraba alcanzando una taza del mueble cuando ella volvió a hablar.

- Los he escuchado anoche- la taza se resbaló de mis manos y calló al piso rompiéndose. Estúpida.

¿Nos había escuchado? No, no, no y no. Esto no puede estar pasándome, ¿es por eso que está en la cocina ahora? ¿Por qué sabe que podría interceptarme estando sola? Comencé a temblar de cuerpo entero sin darle crédito a lo que acababa de escuchar.

- ¿Te encuentras bien?- preguntó cuándo me agaché a juntar los pedazos de cerámica rotos que había esparcidos sobre le mármol.

- Claro, sí. Solo se me resbaló de las manos, enseguida lo limpio- Actúa normal Caddie, solo normal, tal vez así ni se entere de que su sexy hijo te está follando.

- Como decía- continuó mientras yo continuaba arrodillada en el piso- Estuvieron aquí en la noche, ¿no es así?- todavía hay esperanza, no ha mencionado gemidos por ahora. Con ese pensamiento en mente, dirigí mi mirada, lo más relajada que pude lograr y le sonreí.

- Sí, yo estaba aquí porque no podía conciliar el sueño, así que bajé para hacerme un té que siempre consigue relajarme y me encontré con su hijo de pura casualidad- me parecía demasiada confianza llamarlo Kaden enfrente de ella. Bien, al menos no es mentira. Evadir información no relevante no es mentir ¿cierto?

- Claro. Espero que puedan llevarse correctamente, no los he visto conversar mucho- es que lo que menos hacemos es hablar señora, créame.

Al menos no desconfía de que algo pueda estar pasando entre él y yo, aunque es difícil saber qué cosa está cruzando por su mente ahora si usa esa cara de incógnita, al igual que su hijo.

- Por supuesto, nos llevamos bien, se lo aseguro. Tiene un hermoso hijo- dijiste hermoso, estúpida, no se supone que usarías ese adjetivo para referirte al hijo de la mujer que puede mandarte de patitas a la calle. Mierda.

Ella me sonrió, así que voy a deducir que no le molesto mi comentario idiota. Kaden apareció en la puerta de la cocina sacándome de todos mis pensamientos, hasta casi sonrío ante su presencia como cualquier babosa. Si estaba nervioso por la situación que vio, no lo demostró ni un poquito, su mirada cayó de mis ojos a mi mano izquierda.

- Caddie, estás sangrando- dijo mientras se acercaba a mi rápidamente para tomarme la mano e inspeccionar la herida.

Ni siquiera me había enterado de que me había cortado con los pedazos de taza rota. Mierda que ardía. La mirada de su madre observó la situación como si fuera una espectadora, sus ojos miraban cada uno de los movimientos de su hijo, como si estuviera calculando las acciones de Kaden alrededor mío.

- Estoy bien, no es nada- dije cuando aparté mi mano de su alcance. Su madre podría no haberse enterado de lo de ayer, pero tampoco es ciega y la forma en la que me miro no me gustó.

- Hay que curar eso. No puedes seguir sangrando- volvió a hablar Kaden. Mi mirada se unió con la suya, y traté de comunicarle que su madre estaba mirándonos, al parecer no me entendió- Ven aquí Caddie- dijo cuándo se adelantó tomando el camino para ir hacia el baño.

La advertencia en su voz me hizo mirar a su madre por una última vez, bajar la mirada antes de salir de allí y seguirlo. Al salir de la cocina Kaden me tomó de la mano que no estaba cortada y prácticamente me arrastró hasta el baño, cerró la puerta y me dijo que me siente, tal como había hecho yo ayer.




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