No tengo idea de cómo lo logré, pero después de caminar por más tiempo del que puedo contar, llegué a mi casa, y ya no estoy hablando de la mansión Nicolson, la que por un momento consideré mi hogar porque Kaden estaba ahí, hablo de la casa en la cual vive mi madre y mi hermanito.
Entrar allí hace que yo me quiebre otra vez, me gustaría que mi padre me pudiera dar un abrazo, Kaden me ha ayudado a superar esto, pero me ha traicionado de la peor manera, y no puedo hacer nada más que lamentarme, gritar y llorar desde hace unas cuantas horas.
Mi cabeza está completamente dada vuelta, y el dolor punzante en medio de mi frente no me ayuda pensar con mayor claridad, pero no quiero pensar.
Kaden, Kaden, Kaden…es lo único que está ahí, con pensamientos un poco contradictorios, pero allí está. Tengo ganas de golpearlo y maldecirlo por horas para intentar descargarme, tengo ganas de que me esté abrazando en este momento proporcionándome tranquilidad entre la calidez de sus brazos, quiero que desaparezca de mi vida y al mismo tiempo mi corazón se estruja ante la idea de no volver a verlo nunca más.
No entiendo lo que me pasa, y de lo único de lo que estoy segura, es que quiero que pare porque no puedo soportarlo más.
Me encuentro llorando entre los brazos de mi madre sin explicación alguna, tan solo he entrado a la casa en medio de la noche y he ido a su cama para acostarme a su lado como una niña pequeña, haciendo todos mis esfuerzos por no despertar a Jasy. Luego de pegarse un gran susto, y de asegurarle que solo necesitaba que me abrace, ella comenzó a acariciar mi pelo delicadamente mientras yo estoy apoyando mi cabeza sobre sus piernas.
- Caddie, cariño ¿qué es lo que está pasando?- preguntó mi madre dulcemente mientras seguía con las caricias sobre mi cabello, respiré profundamente pretendiendo calmarme.
Me senté sobre la cama y la observé durante unos segundos, las ojeras bajo sus ojos delatan que no ha dormido en días, está más delgada que la última vez que la vi y hasta noto su aura apagada, casi si estuviera desconectada, su estado no ayuda a que me sienta mejor, pero la comprendo, de verdad lo hago, parece... vacía desde que papá se fue.
La abracé otra vez, me prometí ser fuerte por ella y por mi hermano, y lo primero que se me ocurre hacer es venir llorando como una niña inútil, soy lo demasiado adulta como para al menos tratar de lidiar con mis problemas yo sola. Le doy un beso en la mejilla y le sonrío levemente.
- Estoy bien mamá, duerme- le indiqué.
Me miró durante unos segundos, no muy convencida pero al parecer estaba tan cansada que apoyó la cabeza en la almohada y se quedó dormida a los pocos minutos, sé que mi compañía la reconforta.
Dejé un pequeño beso en su mejilla antes de salir de la cama sin hacer demasiado ruido, me adentré rápidamente en la habitación de Jasy y lo observé durante un rato sonriendo, parecía un pequeño angelito cuando dormía, besé su frente y salí de casa.
Es demasiado tarde como para caminar sola en la oscuridad, y el frío está comenzando a resultarme insoportable, pero no puedo dormir y debo volver, no estoy lista para ver a Kaden otra vez pero mis pasos comienzan a caminar en dirección a su casa. Como si mis pensamientos lo llamaran escucho las ruedas de un auto a mi lado, giro mi cabeza y Kaden me mira a través de la ventanilla baja, sus ojos verdes me observan, solo eso, como si intentara hablarme a través de ellos.
- Sube al auto Caddie, por favor- pidió, y casi me sonó a una suplica.
- No quiero verte, vete Kaden- respiró frustrado ante mis palabras.
- Lo sé, pero hace demasiado frío, no tienes que hablarme solo quiero llevarte a casa, por favor… por favor Caddie, sube al auto-
Mi casa está donde tú estés, tú eres mi casa.
Detengo mi paso frustrada, estoy comenzando a odiar a mi cabeza. Kaden detiene el auto mientras continúa mirándome, me acerco lentamente como si todavía no estuviera muy segura de mis acciones, sin embargo me resigno, abro la puerta y me siento a su lado, la calidez llena mi cuerpo por completo, cierro la puerta y él arranca sin emitir palabra.
Fijo mi vista hacia adelante y su aroma me da la bienvenida, respiro profundamente sin poder evitarlo al tiempo que cierro los ojos y los recuerdos me invaden, lo hemos hecho tantas de veces en este mismo auto que he perdido la cuenta.
Como desearía que todo vuelva a ser como antes, ser nosotros, pero todo ha cambiado tan repentinamente que aún siento que no caigo del todo, aunque mi corazón duele en mi pecho constantemente, sin darme cuenta unas lágrimas dejan mis mejillas nuevamente, toda ha cambiado tan rápido... en tan solo un instante todo mi mundo se ha desvanecido...
Giro mi cabeza hacia la ventilla para que Kaden no lo noté, pero resulta estúpido porque él me conoce demasiado bien, estaciona el auto en la casa con una delicadeza que no he visto nunca y él se acerca a mí para tomarme del mentón con delicadeza, me observa con detenimiento mientras mi mirada recae en la él, su mano acaricia mi mejilla como acto reflejo deshaciéndose de mis lágrimas con ternura… siento que estamos tan conectados mirándonos que todo lo demás parece perderse.
- Jamás llores por mí Caddie, no valgo una sola de tus lagrimas nena-
Bajo la mirada porque lo extraño y lo tengo justo enfrente de mí, ¿cómo es posible eso? Quiero besarlo hasta que el dolor en mi pecho desaparezca, quiero permanecer junto a él, pero lo ha arruinado todo…esto no va a ser fácil.
- Mírame Caddie-
- No puedo - … no quiero perderme en tus ojos otra vez.
- Tan solo mírame cariño- dijo las palabras tan dulcemente que mi cuerpo reacciono por si solo y mis ojos verdes y rojizos se encontraron con los suyos - Todo va a estar bien- aseguró mientras acuna mi rostro con sus dos manos acariciándome, a pesar de todo sus palabras me dan cierta tranquilidad.