La vida puede ser algo ruda con las personas a veces, puedes sufrir en silenció sin que nadie lo note, pero cuando el amor toca tu puerta sientes el leve impulso de ir corriendo hacia el como el mar atrae la arena, como la INEVITABLE necesidad de sentir protección por un ser que siempre estuvo destinado a hacerte feliz...
Así como la bella leyenda sobre el hilo rojo, ya que dice que tu persona destinada siempre estará amarrada a ti y ese hilo nunca se romperá...
Lamentablemente ese no es mi caso.
"—¿Te conozco?"
"—No, pero eso no impide que yo te ame."
"—No sabes lo que dices, ni siquiera sabes que es amar."
"—¿Y tú sí?..."
...........
INEVITABLE