En las playas blancas y limpias de Carianis, la ciudad Mítica, se respiraba la brisa salada del mar y se veía un hermoso paisaje de cielo azul, digna de una pintura al óleo, era un atardecer especialmente bello.
Se veían a lo lejos hermosas estructuras de piedra con columnas altas, eran los Palacios de Frytkos, hermosos edificios construidos de piedra blanca y marmol, todos a la vieja usanza, las columnas eran esculpidas usando solo un enorme bloque de piedra inmenso, por lo cual era sumamente conocida como la "Ciudad Mítica"
Carianis era una metrópolis con hombres y mujeres vestidos con túnicas de color verde pistache o blanco, y según decía la leyenda, descendían de una conocida unión entre el Dios de las profundidades del mar abismal y la primera Nínfula.
Las nínfulas eran criaturas mágicas que existian tan solo en los cuentos de niños, que eran mujeres capaces de convertirse en libelulas y volar libremente.
Sin dudas era una historia muy tonta a oídos de Stella, una hermosa princesa de piel rosada, con cabello rizado, cuyo padre llamado Akartkas era el Rey de la ciudad libre de Carianis, por siglos no había pertenecido a ningún reino y se mantenían como una ciudad estado libre, eso gracias a que los Carienenses habían librado sendas batallas para poder conservar su independencia, y lo habían conseguido a gran costo, las murallas de Carianis habían soportado asedios de los invasores de Alquitrán ya hacia bastantes siglos, también habían tenido sendas contiendas en contra de los saqueadores y piratas del mar de las Pléyades, y tambié ya hacía varias decadas cuando los navegantes alfgardianos habían sitiado la ciudad desde el mar y la habían asedidado, con grandes trabuquetes, pero la ciudad pudo vencer al final, se dice, que con la ayuda de los habitantes del bosque Elfen, aunque esto no es nada mas que una leyenda, Al final, el rey de Algard Agnar barba azul había hecho alianza con el rey de Carianis.
Stella se disupuso a bañarse en las aguas del mar de las Koanidas, , cuando regreso al palacio escucho a su padre decirle a su madre algo sobre la guerra, sobre una amenaza de invasión, del reino de Carcafaz, pero a ella simplemente no le interesaban tanto esas charlas de guerra, a ella solo le importaba tocar el Arpa, un instrumento en el que era sumamente experta, y hábil, aunque hace años, su padre habñia intentado entrenarla como Guerrera en el manejo de la espada, puesto que ella era su unica hija y el trono de su padre pasaria a ella, sin embargo ella prefería mil veces el arpa, y tomaba clases con sus profesores de musica.
Esa tarde Stella practico el arpa durante unas 3 horas con su profesor Alinius, un musico del consejo del rey, después de practicar sobre el arte de representar la musica en papel y tocar unas notas en el arpa, Alinius se sentó mientras tomaba unos papeles y pergaminos
-He escuchado que hay rumores de Guerra, tu padre me dijo que
-No me interesan esos temas ahora, no me gusta hablar de política o de guerra, entristece mi inspiración
-lo se niña- Dijo Alinius,- pero es que algún dia seras la reina de Carianis, debes de estar preparada para poder defender a tu pueblo, es la responsabilidad de un monarca
-Solo tengo 15 años, aún ni siquiera cumplo los dieciocho, por el momento solo quiero dedicarme a mi música- dijo Stella tratando de evadir el tema
-Tu padre me pidio que te diera esto pequeña.- Sacó de una inmensa gabeta de madera una espada brillante, , y se la entrego en las manos- Esta es la espada Sagaz
-Pero yo no...
-Ya se que no se lo habéis pedido, señorita, pero tu padre me dió ordenes estrictas de dártela, esta espada era propiedad del Rey Sigans, el valiente, tu bisabuelo quien logró defender la ciudad del ataque de los Alfgardianos, tu padre te la da para que puedas entender la importancia de ser la heredera al trono, y me pidió que te informara que prontamente estarás siendo instruida en el arte de usarla correctamente.
-Pero yo no puedo, es demasiado pesada para mi
-Eso lo se, por lo tanto solo tendras que practicar con alguna que sea mas ligera, cuando estes lista para usarla, podrás esgrimir esta hermosa espada
-Yo no se que decir
-durante que tiempo que he sido tu profesor, tu padre me ha confiado el poder ser como un tutor de la familia, tanto tu como tu hermana menor han sido parte de mi responsabilidad desde que el Rey ha estado como siempre atendiendo los asuntos del rey, por eso es que tu padre no ha podido dar este regalo o estas palabras personalmente,- Le entregó un pergamino con el sello del rey.
-¿Que es esto?
Es el decreto del rey que hace acreedora a ser la heredera del trono de Carianis, como sabrás, no tienes hermanos varones desde hace dos años, la fecha que sucedió la tragedia en la batalla del Mar del Aquironte, donde vuestro hermano falleció honorablemente, por eso solo quedáis vuestra hermana menor y tu, aunque vuestra madre está esperando otro hijo por el momento no sabemos si se trata de varon o mujer, por lo que el rey ha ordenado entregaros esto
-Esto es demasiado inesperado, entiendo que mi padre este muy ocupado para darme la noticia, pero el sabe que no me gustan estas responsabilidades, debió de hablarlo conmigo antes
-No debes preocuparos, cuando sea vuestro turno de reinar ya sereis toda una dama, y tendras mucha mas experiencia señorita, mientras tanto os aconsejo que no penséis tanto en este asunto y volváis a vuestras practicas mañana mismo,
Esa noche no pudo dormir pensando en el futuro, pensando en que no le gustaba nada la idea y que si pudiera saldria volando lejos de ahi con su arpa en la mano, pero no había nada que hacer, era una orden del rey, de repente comenzo a tratar de imaginarse las responsabilidades de ser monarca y participar en guerras, la idea por un momento le parecio emocionante pero muy dificil era tan solo una niña de quince años.