En vasto mar del Aqueonte, varias decenas de leguas marinas hacia el noroeste de la costa oeste del continente había una isla enclavada en el mar, muy poco conocida por el resto de los reinos, pero que mantenía un contacto casi exclusivo y secreto con los habitantes de la ciudad libre de Carianis, éstos habían hecho un pacto en el cual se comprometían a mantener la exclusividad de las relaciones diplomaticas con la ciudad libre de Carianis, ya que estos veían como un as bajo la manga haber descubierto la isla y sus habitantes primero que los demás reinos, teniendo un monopolio del intercambio comercial, la princesa Stella, despues de la batalla victoriosa que tuvo en contra de los Aluces del desierto, fue mandada por su padre en una comitiva diplomática y cultural a la isla que llamaban Alquitran, por que abundaban los pozos naturales de alquitran en la region desertica., pero el nombre que se daban asimismo los habitantes de este lugar se llamaban a si mismos Mevtlitlán, a veces abreviado de forma coloquial Mevtli un país en una isla que era conocido por sus suntuosas piramides, observatorios astronomicos, escrituas legadas por los antiguos dioses y su sistema de canales donde navegaban un sistema de pequeñas veletas y canoas, era un pueblo tambien on muchos guerreros y una tradicion mistica, tanto por hombres como por mujeres La comitiva de Carianis estaba acompañada por su padre, la princesa Stella, y tambien musicos y escribas que fungían para escribir los tratados comerciales entre ambos reinos, los mejores musicos de todo el mundo, eran de Carianis, o al menos eso se decían las personas luego de oir sus melodiosas armonias de arpa,
Alquitron, era un reino donde habían grandes pirámides escalonadas con escalinatas a los lados de la piramide, todas pintadas de color azul, culturalmente era completamente diferente del resto de los reinos mas diferente inclusive que los reinos alejados del sur donde habitaban los prosperos Danxi, estos eran aun mas enigmaticos y demasiado diferentes del resto, tenían construcciones casi todas de piedra y casas de chozas de paja y madera, tenían grandes avances en matematica e ingenieria, pero no conocían el cómo forjar instrumentos de acero,
Viimti, era parte de la guardia real del emperador, un grupo selecto de élite que se encargaba de proteger al monarca de los rebeldes o de los enemigos, estaban en un palacio de Piedra color gris, custodiando el acceso al palacio mientras el emperador celebraba una comitiva con la princesa Stella, y el rey de la ciudad de Carianis, mucha gente veía con recelo esta visita, puesto que como eran tan diferentes sospechaban de sus verdaderas intenciones, algunos decían que venían a robarse a los niños, otros que a robarse las riquezas, pero casi nadie tenia una opinion positiva de estos extranjeros, se vestian muy raro, con telas de una sola pieza y un traje debajo, pensaban algunos. Sin duda, era un espectaculo muy diferente.
En medio del tumulto y de las charlas con sus traductores, el rey y su hija Stella, acordaron con el emperador, un tratado comercial de exportacion de perlas y de articulos de plata, a cambio de instrumentos de cobre y bronce, El emperador estaba junto con Vimti y otros siete guardias, cuatro hombres y tres mujeres, con lanzas y escudos de madera en cada mano, a lo lejos se vislumbraba el templo del Colibrí, a lo lejos pintado de color azul, mientras el tumulto de gente en la plaza principal estaba en sus actividades y trabajos cotidianos, era una inmensa plaza llena de muchos estantes de productos, desde comida hasta perlas, reunidos en torno para ganarse el pan del dia, la mayoria de gente se vestia con ropa sencilla de algodon que cubria el torso y las piernas, las mujeres tambien se vestian igual, solo que con diferentes colores, mas extravagantes, ver un espectaculo tan colorido sin duda fue una experiencia muy interesante para los Carianios, que estaban acostumbrados a los ambientes tranquilos y de colores poco diversos.,
Mevtli era un reino como ningun otro, pero se respiraban ya los tambores de batalla entre los dos allegados, y Viimti lo sabía,