La Biblioteca de los sueños

Enahkant

Enahkant, a quien primero habían raptado junto con su hermana y vendidos como esclavos , ahora era el liberto que habían comprado y liberado de la esclavitud hasta hace unas dos semanas por Zafiria y la familia del rey Fäsir Mutämer, del que su verdadera casa se hallaba a una isla cruzando las aguas del océano a muchas millas al sur, pasando el mar de Aku Aluof, ahora él y su hermana se hallaban miles de kilometros al norte de su hogar lejos de sus padres a los cuales extrañaban, no sabían lo dolidos que podrían estar sus padres al volver de un largo viaje y enterarse que no estaban sus hijos, debía de ser devastador y demoledor para su ánimo, estaban ahora en una "terra incógnita" es decir algo completamente desconocido en todos los ámbitos positbles para él y su hermana,, a pesar de que habían actuado valerosamente de manera fortuita estaba teniendo de manera silenciosa su propia contienda alejado del campo de batalla principal, había tenido constantes pesadillas y malos sueños,en medio de la prerrogativa de la batalla que se desarrollaba entre los dos bandos de la guerra por la ciudad de Carianis constantemente mientras aún estaba incosciente por la flecha que le atravesó el cuello, con un gran dolor punzante como si un pedazo de hierro al rojo vivo le entrase en el cuello como un cuchillo caliente en la mantequilla, era una sensación agobiante que lo había llevado a la incosciencia, había estado en gran peligro pero se resistía a morir mientras tanto había estado incosciente casi todo el tiempo perdido en un torbellino de sueños aterradores donde estaba en una mesa, y varias personas le rebanaban como a un  simple trozo de carne de buey pero el no podía hacer nada para evitarlo, ni siquiera era capaz de gritar o emitir sonidos en el sueño, pero si era capaz de sentir angustia y dolor, en otro se vio a si mismo siendo un pequeño grillo, siendo persegido por ratones y arañas todos los sueños que tenía hasta ahora, eran meras representaciones de su estado de salud actual, era su mente que trataba de acomodar las ideas mienrtas su cuerpo trataba de pelear para sobrevivir a la herida de flecha acaecida durante la primera confrontación contra las fuerzas de la ciudad de Carianis, el no era ni siquiera un militante de ningun bando, su hogar estaba muy muy lejos de aquí y se había visto en fuego cruzado en una batalla que no era suya. Aún no había despertado del todo, solo de manera intermitente, tenía fiebre alta y ocasionalmente le faltaba la respiracion, el galeno a su cargo no había dado muchas esperanzas, pero algo dentro de el le inspiró, aún solo en sueños, no dejarse atrapar por los ratones, ni por las arañas, de la misma forma que el cuerpo de Eni, o Enahkant, se resistía a morir del todo, seguía huyendo y no dejandose atrapar por esas figuras que siempre trataban de atraparle en sus sueños, todo era un complicado laberinto surrealista dentro de su ambiente en sus pesadillas, su hermana Fivsala, deprimida en gran manera por no poder hacer nada por su hermano y por la paupérrima condición en que se encontraba, no hacía casi nada de caso del aspaviento de batalla que se desarrollaba fuera del pabellón, entre el ejército aluz y la ciudad de Carianis, tampoco prestaba mucha atención al desarrollo de los acontecimientos, estaba como ausente, sentada junto a la cama donde estaba postrado su hermano, También recibian la visita de Zafiria y Fadric quienes trataban de mostrar su apoyo moral, Fadric había rebuscado en el libro que había traido de casa en su viaje usando el poder de transportarse a voluntad, algun remedio para poder curar tanto a Enahkant como a Zafiria, pero todos los remedios no eran efectivos cuando la herida era de muerte, si había habido una mejoría pero una de las cualidades de la magia es que no era omnipotente como se suele creer, era mas una ayuda, pero no una salvacion garantizada para un herido, era por esa razon que se sentía tan impotente, a pesar de que se había recien encontrado con Zafiria y sus libertos, les había tenido una simpatía de inmediato, pasaban las horas, y Fadric tanto como el galeno seguían intentando con todo tratar de curar a Enahkant o hacer que despertase, estaba rojo de la cara debido a la alta temperatura y sudaba, lo trataban con ungüentos de pastas herbóreas y con tratamientos con sanguijuelas, pero no parecía mejorar, Fadric trató de usar unas palabras sagradas escritas en los capítulos finales en el libro que tenía para curarlo, con poca fé de que resultaría, pero contra toda teoría, Enahkant, comenzó a bajar de temperatura y a despertar por momentos, aunque no era demasiado común, era ya un avance, el galeno se abjudicó la mejora que había tenido lugar, le dió el crédito a sus pastas de hierbas que habían comenzado a curar a Enahkant, por otra parte, nunca realmente se supo si fue gracias a las palabras del libro o a los ungüentos herbolarios del médico, pero por lo pronto Enahkant mostraba singnos de mejoría de su herida, aunque el dolor era completamente agobiante y exhasperante, tenía que estar en cama casi todo el día con una infusión de hierbas para poder tolerar el dolor medianamente porque era muy fuerte, su hermana se alegró sobremanera de que él estuviera mejor de salud y mejoró su ánimo, pero a su alrededor seguían sonando los cuernos de batalla en las lejanías y preparandose las escuadras de ambos bandos, para reanudar la batalla, Zafiria había estado muy ausente escuchando las pláticas de su padre, y según lo que había escuchado, sus temores se habían confirmado, aún no había terminado la prerrogativa para castigar a la ciudad de Carianis, habría un bloqueo a la ciudad, con el ejército aluz, y la armada de Fäsir Mutämer.



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En el texto hay: magia fantasia

Editado: 31.08.2021

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