En la llanura que daba en el punto cardinal del este de la ciudad, el clima era lluvioso y había caído granizadas durante varios días, había varias charcas de agua en el suelo y se habían formado lodazales y había surgido una plaga de mosquitos por los estanques de agua que se formaron debido a esto, el aire se respiraba con humedad, y el clima era entre frío y fresco, abundaba el olor a pasto y tierra mojada y a humedales. pantanosos, además las nubes presagiaban una temporad de lluvias torrenciales, había formaciones nubosas grises y un clima bastante lleno de nubes que nublaban la luz del sol y hacían el clima más húmedo de lo normal.
Mientras tanto en medio de los dos batallones del ejército de los soldados que se habían dispuesto a ser los defensores del camino, entre los tres ejércitos de tres diferentes reinos, que habían formado un conjunto para poder ejercer el socorro a la ciudad que se veía bajo ataque, se encontraba el diezmado pero heroicamente valeroso ejército de Alfgard. Los escuadrones, ases de batalla se encontraban en medio de la campiña,, se distinguían por su altura, nobleza y su color de pelo, tanto hombres como mujeres tenían cabello desde rojizo hasta rubio portando grandes escudos de metal, algunos cuantos tenían barba o cabello negro pero era la minoría, estaba la escuadra de los hombres del norte al mando del líder Nelson Agnarsson el rojo, terco y contundente como tenian fama de ser los hombres del norte, se resistía a apartarse de la batalla, la fiereza la la batalla había mermado el espíritu y las ganas de combatir, los músculos se empezaban a ser víctimas de desgarres y esguinces por el esfuerzo sobrehumano, pero era menester seguir en la batalla, pensaba, ya que la recompensa sería grande, y formando un muro humano con sus amigos y amigas de batalla que vinieron en embarcaciones navales desde Alfgard, junto con los alabarderos de Purias que se le habían unido a su escuadra como refuerzos prestados por el rey de Purias, formaban una defensa tipo cangrejo, para evitar que los aluces rompieran el ejército en dos usando su carga de caballería, pero los caballeros aluces en vez de cargar frontalmente como al parecer iban a hacer, amagaron y antes de chocar directamente contra los caballeros de Stella y de el reino de Purias, se desviaron hacia los lados, y en su lugar, una lluvia de flechas comenzó a caer sobre el campo de batalla, Stella rapidamente, reorganizó a su escuadron junto con el rey de Purias, y se compactaron en formacion cerrada en las montañas, casi habían caido en una trampa mortal, en ese momento los ballesteros del lado defensor, comenzaron tambien a lanzar sus flechas como arpones hacia los aluces, quienes amagaron de nuevo, al parecer querían provocar al ejército de los reyes del Norte para caer en una trampa y cerrarlos como una pinza entre una lluvia de flechas y proyectiles de catapultas, para luego rodearlos y atacarlos desde atrás con una carga de caballería pero los tres líderes de los ejércitos fueron avisados de que estaban a punto de cometer un craso error al avanzar y presentar una batalla directa con los aluces, fueron avisados por el rey de Purias, quien fué avisado a su vez por sus consejeros de batalla, se dieron cuenta de la maniobra antes de que fuera demasiado tarde, mientras tanto, los ejércitos aún no chocaban de manera frontal, solo mediante flechas y jabalinas, mientras en las catedrales de piedra blanca de la ciudad de Carianis había una multitud rezando en silencio sepulcral, esperando que Agnostos Deos le diera la victoria favoreciendo a la ciudad, las tabernas de la ciudad estaban tambien llenas de ciudadanos amigos y charlas sobre la batalla, y sobre todo acerca de la suerte de la ciudad, la guardia tuvo que cerrar las apuestas ilegales que apostaban por determinado ganador de la batalla por considerarlas indignas, las familias de la ciudad, varios padres y madres de familia a veces por momentos abrazados junto con sus hijos aguardaban con gran consternación por el resultado de la contienda. Mientras tanto, los miembros del Alto Consejo de la Ciudad Estado, y miembros de las órdenes de caballería Desde lo Alto, y el sello de la espada se reunieron en el Parlamento y la asamblea del alto mandatario para poder discutir a brevedad las medidas para proteger las rutas de abastecimiento, y proteger la ruta del acueducto que proveía agua a la ciudad, así como el plan de emergencia en caso de que sucediese lo peor en la batalla, por eso urgieron rápidamente proteger a los niños y a las niñas, reclutar nuevos ballesteros defensores que eran todos voluntarios para la defensa de las personas indefensas de la ciudad, así como un gran numero de herreros de la ciudad se pusieron a trabajar para forjar espadas de gran calidad de acero tanto como de hierro, armaduras y espadas para equipar a los nuevos miembros de la orden de caballeros, en los campos de entrenamiento había tambien entrenamiento para hombres y mujeres de arco y flecha, ballesta, lanza y como fabricar facilmente armas usando materiales sencillos, la gente estaba movilizándose para poder preparar lo mejor posible la situación, el agujero ocasionado por la explosión fue debidamente reparado y el sistema de alcantarillas y acueducto de la ciudad fue también rápidamente reparado para evitar un desastre o una peste, y para garantizar el suministro de agua a la población, y se reclutaron nuevos centinelas para poder vigilar las murallas de la ciudad, de manera que ningún espía se colase usando arpones o vigilar al campamento enemigo desde lo alto.
El ejército del Norte, se formó en posicion de media luna aprovechando que el terreno estaba empinado y ellos estaban en la parte alta aprovechando al máximo las ventajas que les proporcionaba el terreno, luchando sin miedo al dolor, en un estado de trance, el cual se llamaban los berserk, que significa en trance o en un éxtasis de combate, a pesar de que de tanto esfuerzo se sentían cortadas dentro de los músculos de brazos y piernas seguían en pie repatiendo hachazos además sin duda era una ventaja el estar en terreno elevado, es por ello que los aluces y los nuevos e inesperados refuerzos Mevtli habían tratado de arrastrarlos fuera de su posicion ventajosa pero no lo lograron, entonces Fasir Mutamer ordenó replegarse, y acampar para alimentar a sus hombres, tendría que cambiar de estrategia una vez más, mientras tanto Nelson y sus amigos y amigas, en medio de la madrugada prendieron fuego y se pusieron a platicar entre ellos, contaron viejas anécdotas y compartieron un poco de agua y pan, que les había suministrado los habitantes de la ciudad, Nelson comenzaba a extrañar su hogar, y comenzaba a preguntarse si tenía realmente sentido pelear una guerra que no era por su propia nacion sino para ayudar a un país amigo, pero de inmediato hizo a un lado esas ideas, por sobre todas las cosas un guerrero alfgardiano debe ser leal y honorable, y proteger tanto a los suyos como a aliados, sin embargo las perdidas del escuadron de Nelson eran bastante grandes, solo eran una fraccion de los que llegaron, muchos amigos y amigas perdieron la vida en la primera batalla en la ciudad, eso le daba un gran pesar en el corazon a los que sobrevivieron, Eleleth, una guerrera entrenada se sento junto a el enfrente de la fogata para poder conversar un momento sobre la vida, y sobre la infancia, para distraerse un poco de la batalla real que se presentaría en unas horas, dado que se habia regresado a su campamento el rey aluz, despues de que el contingente de los tres paises del norte no cayera en la trampa, la batalla había caído en un punto muerto, no quedaba claro cual sería el siguiente paso a tomar., dado que los dos bandos se rehusaban a caer en las trampas del otro, la situación del enfrentamiento entre ambos bandos se estancó.