En medio de una lluvia ligera, en un clima nublado, esperaba con gran paciencia, a que Nelson y sus hombres salieran con los desconocidos sospechosos hechos prisioneros, Valiquia había vivido con gran lucidez las ultimas semanas, pasando a ser una simple hija de un importante funcionario del estado a ser comandante de caballería del reino de Purias por sus grandes dotes de estratega que a la postre habían contribuido enormemente a impedir un desastre militar en la Batalla de Carianis, acaecida apenas hace unos pocos días, pero no solo eso, sino que se le confió participar en una de las misiones de espionaje más importantes de los ultimos tiempos, era algo sin precedentes en la historia del Reino de Purias , dado que las mujeres no solían trabajar en el ámbito de la guerra, era mucho más comun que hilaran, ayudaran a los hombres en trabajos de panadería o hicieran labores de limpieza si es que no eran integrantes de la realeza, e incluso las hijas de los nolbres solo servían como matrimonios políticos, pero gracias a sus extraordinarios talentos para la estrategia militar, le fue concecido el mando de la cabellería del reino por el rey de Purias, quien impresionado por sus maniobras durante el asedio de Carianis y la posterior Batalla, había dejado favorablemente en cuestiones estratégicas a los tres reinos del norte, aunque a un costo enorme. Muchas vidas se perdieron, la ciudad estaba en llamas, la muralla tennía bastantes agujeros que reparar en un periodo corto de tiempo, y el ejército de la ciudad estado había sufrido muchisimas perdidas.
Ahora junto con la misión por delante de los reinos del norte para poder conseguir el misterioso artefacto secreto antes de los emisarios de Fäsir, era la prerrogativa común conseguir las pistas que llevasen a la obtención de manera urgente, era prioridad máxima en los palacios reales de las tres naciones del norte, para poder garantizar la misma existencia misma ante una posible cambio en la balanza de la situación, el juego diplomatico se estaba debilitando de nuevo entre Aluz y los reinos del norte, y aún mas después de que ninguno hubiese logrado una victoria contundente que dejase al enemigo totalmente fuera de combate, ambos bandos estaban aún vivos, vapuleados pero no muertos, jugando sus cartas en una partida donde se jugaba no solo la existencia de las monarquias norteñas sino toda su cultura y modo de vida, dado que los salvajes del sur eran diametralmente opuestos en cuanto a filosofía, religion y costumbres, era necesario preservar la vida de las naciones del norte del continente
Habían viajado desde las afueras de la ciudad donde se llevó a cabo la batalla que aconteció en las afueras de la ciudad amurallada que habían evitado tajantemente su caída frente a las fuerzas del desierto de Fäsir Mutamer, esa batalla consiguió el objetivo principal que era evitar que la ciudad de Carianis junto con todo su patrimonio cultural y sus personas cayeran en manos de los aluces del desierto, pero había fallado en la otra parte fundamental de la tarea, y era conseguir derrotar de manera ferviente y efectiva a Fäsir Mutamer y a su ejercito, para eliminar al enemigo a toda costa antes de que volviese a intentar otra arremetida contra los reinos del Norte, pero fue imposible, y en cambio la batalla había culminado solo con un logro grande pero fallo en el otro punto a completar, de manera que ahora tenían que competir ahora a manera de espionaje contra los emisarios de los aluces, en la lejana ciudad portuaria de Porteu Karión, los caminos estaban cenagosos llenos de lodo puesto que habían acaecido sendas lluvias y tormentas llenas de truenos y relámpagos que caían muchas veces en casas de granjeros y campesinos quemándo las estructuras de madera, para cuando llegaron en cabalgata a Karión, donde supuestamente se hallaba el misterioso artefacto poderoso descrito en el libro de Fadric, habían descubierto un grupo de inflitrados sospechosos presuntamente serían un comando especial de espionaje que servían al rey Fäsir, para dar con la misteriosa cosa y usarla a su favor como un arma excepcional, así que ellos estaban ahí junto con emisarios especiales de los tres reinos del norte para impedirlo, ahora ella junto con Stella, la reina de Carianis estaban esperando al comandante Nelson que capturase a los prófugos y les entregase la informacion sobre el paradero del misterioso aparato que estaba escondido en la caja de una misteriosa alecacion que era imposible de romper, e incluso refundir, su composicion era un misterio total, era posible que la aleacion fuera reforzada con alguna clase de magia de tiempos inmemoriales,
Valiquia en ese momento estaba esperando ansiosa que capturasen a los sospechosos para dar los más rápido posible con las pistas que les llevarían a la caja metalica
Nelson salió del sistema de Alcantarillado y atrás venía uno de sus soldados, los dos venían con heridas, detras venían cuatro encapuchados misteriosos, les dijo que permaneciesen bajo proteccion de dos soldados de Valiquia, mientras se dirigía a hablar en privado en un jardín floral público donde por el momento no se hallaba mucha gente que pudiese escucharlos.
La situación se sentía especialmente tensa, por la aparente expresión de incredulidad de la general de caballería de Purias y la reina de Carianis
Nelson tenía una actitud relajada clasica de los hombres del norte, trasnmitiendo bastante tranquilidad en medio de lo que el preveía seria una discusión de un nivel moderado
-Han solicitado un salvoconducto- escuchó decir a Nelson- No podemos hacerles prisioneros, han invocado a las antiguas leyes de honor
-¿Esto es una broma?- Le espetó Stella- Estos tipos no tienen ningún honor, os están engañando maestre Nelson, estos tipos le querían engañar para poder escapar y lo han conseguido
-Con todo respeto, Su majestad, no es manera de hablarle a un comandante que os prestó servicios de defensa para su ciudad- le respondió Nelson