La expedición para encontrar la llave de la caja de metal había transcurrido viento en popa, es decir, como se había planeado, salvo la primera pequeña batalla con los bandidos, habían logrado entrar en la misteriosa antigua cámara subterranea y obtenido la misteriosa llave para abrir la caja de metal, y Perseo, su esposa y sus soldados, subieron de regreso a la superficie usando un arpon para poder subir a el y a su esposa, los soldados subieron sin contratiempos pero cuando observaron sintieron un nudo en el estómago mas fuerte que un amarre de un galeón a un muelle, se les fueron de inmediato y sin dilación sus esperanzas.
No estaban los caballos. y en su lugar no quedaba sino mas que polvo.
Buscaron pistas, tal ves hubiesen ido al rio cercano a tomar agua, o a pastar en las lejanías, pero no había ni rastro o huellas de los caballos, trataron de buscarlas pero habían sido borradas por la lluvia y el lodo, era un golpe devastador para el ánimo, sin caballos era poco probable que regresaran a casa sanos y salvos, parecía que los diosee tenían un sentido del humor bastante agrio
En ese momento en el que se sentía una ventisca de aire muy fuerte les salieron de un grupo de matorrales y árboles un grupo de hombres que tenían en sus manos espadas desenvainadas con tierra en sus ropajes como si estuvieran mucho tiempo a la interperie, eran un grupo de diez soldados, de manera inmediata los ballesteros y el mismo Perseo se dispusieron a proteger a la esposa de éste mismo y rodearon para evitar que le hiciera daño, disparando sus flechas hasta los enemigos, derribando unos cinco, dejando cinco que se acercaban peligrosamente , no había tiempo para volver a recargar y disparar las ballestas, rápidamente como pudieron desenvainaron las espadas que tenían y comenzaron a pelear encarnizadamente contra los bandoleros, deteniendo las espadas enemigas, Perseo desvió un contundente golpe que le iba dirigido a la cabeza, mientras un soldado del el era atravesado por un bandolero, otro soldado de Perseo remataba a este ladron vengando inmediatamente a su amigo, se escuchaban el choque metalico en los aires, Perseo fue herido con un tajo en el pecho, que le dejó una herida como un pez abierto, pero se las ingenió para con un amague hacer creer al bandido que oba a atacar por la derecha pero ataco por el centro rematandolo, al final sobrevivieron Perseo, dos ballesteros suyos, y su esposa, pero Perseo estaba gravemente herido, no había heridas profundas pero estaba perdiendo mucha sangre y la herida era muy grande, de la base del cuello hasta el estomago, maldijo el momento en el que decidio venir sin una armadura pesada para viajar mas ágilmente, rapidamente su esposa ayudo a desinfectarle la herida con agua hirviendo y a hacerle un torniquete para evitar la perdida de sangre que sería letal, y apresuradamente, un ballestero encontro los caballos que habían robado los bandidos, estaban escondidos en la maleza detras de los arboles, ahí encontraron un cobertizo con comida y agua que les ayudo a abastecerse, ademas tenia alcohol de caña que sirvió como desinfectante, y pusieron a Perseo en un caballo mientras su esposa, ya mas recuperada de sus propias heridas de ella, junto con dos de los soldados sirvientes de Perseo se enfilaron cabalgando de regreso a la ciudad de Karión a través de los bosques de abetos y abedules, atravesando un camino más libre de bandidos para no tener que toparse de nuevo con ladrones o asesinos decidieron atravesar el camino al este que lleva atravesando un bosque de altos árboles, ahí aprovecharon para recojer frutos y bayas silvestres y para tomar agua de los arroyos que estaban por la zona, despues de atravesar el bosque continuaron la cabalgata a través de las pequeñas granjas con molinos y las aldeas de camino para desenmarañar el misterio y abrir la caja de una vez por todas, Viajaron atravesando bosques, humedales y aldeas de campesinos iluminadas con antorchas y con algunas pocas lámparas de aceite, siguieron el camino atravesando feudos y campos ganaderos, ríos, durante varios días hasta que por fin llegaron a las puertas de Karión mientras las campanas de las Iglesias resonaban en la lejanía, anunciando la temporada de festejos, cuando comenzaron a entrar en la ciudad la parte de la ciudad que estaba bajo reparacion, la vieja herreria Thorsson, mientras había personas trabajando y mujeres vendiendo pan en sus tiendas iluminadas con antorchas, y carpinteros y constructores trabajando en las reparaciones de la ciudad y en las factorías pasaron de camino a su casa antes de ir al castillo pasando afuera de la costureria y del cuartel del ejército de caballeros de Karión donde había algunos guardias haciendo labor de patrullaje mientras caminaban muchos gatos se metían en los callejones al verles pasar, poco antes de llegar contemplaron la imponente Universidad de la Eminente Sabiduría iluminada con varias lámparas de aceite, famosa por sus doctorados en Alquimia y estudios de la lengua Friria, además de tener especializacion en estudios religiosos, astronomía, metalurgia, Química, además contaban con un departamento especializado en descifrar antiguas reliquias arqueologicas, era un campus de gran longitud con sus caracteristicas murallas y torres al estilo arquitectónico Ranwico, la universidad además contaba oon su propia guardia formada por mercenarios a sueldo, entre arqueros y ballesteros, continuaron caminando mientras ellos seguían sin imaginarse lo que había acontecido apenas unos días atrás corceniente a la caja de metal que había dejado bajo resguardo en una torre del castillo de la ciudad, alejado del barullo de la plaza de la ciudad y la curiosidad de los campesinos, había elegido ese lugar a propósito para evitar un posible robo por parte de algún rival político de la ciudad de Karión, o de un simple cazador de fortunas, hasta ese momento Perseo que ya estaba más sano de sus heridas ignoraba la verdadera naturaleza de lo que contenía la caja, puesto que el no había tenido contacto o había leído el misterioso libro que hablaba de magia y los poderes de la alquimia, de manera que solo sabía que pudiese ser un artefacto de oro o posiblemente algo que subastaría al mejor postor en la subasta anual de artículos históricos de la ciudad en la plaza comercial de la ciduad, cerca de las casas con tejados de tres pisos, sin sospechar que cuatro reinos se estaban disputando la posesión del contenido de esa caja misteriosa, entonces salio de su casa rumbo a la torre del Castillo donde estaba escondida la caja, pero alguien cuando estaba en camino junto con sus esposa y dos ballesteros, caminando tratando de no llamar la atención, se le acercaron tres soldados misteriosos sin emblema o distintivo que delatase a que gremio de caballeros servían o a que reino servían.,