Eli no pudo dormir, su piel se veía bastante reseca, tenía grandes ojeras que cubrían la parte inferior de sus ojos y se le veía mucho más demacrada, no solo era por el hecho de cuidar a Alan quien llevaba varios días sin despertar, también, por su falta de alimentación, aquello poco a poco se estaba robando su vitalidad.
Eli dedicaba su tiempo a la recuperación de Alan y la cafetería era cuidada únicamente por Lys, ya qué Elisabeth había viajado hacía algún lado poco después de enterarse del accidente de su nieto.
A Lys también se le notaba un poco su falta de cuidado, pues, aquel brillo que la caracteriza se había apagado, la cafetería estaba mucho más solitaria de lo normal, se notaba la ausencia de Alan.
-¿Por qué todavía no despierta?- Eli no soportaba ver a su chico postrado en una cama respirando gracias a unos tubos conectados.
-Es difícil de decir, hacía tiempo debería despertar, él no quiere hacerlo, no está luchando- Habló el médico, Eli quiso llorar, sin embargo, aquello era algo que no se permitiría y mucho menos delante del doctor de apariencia joven, el anterior señor de mayor edad había dejado de atenderlos y en su reemplazo llegó un joven de mejor edad y porte elegante.
-¿Qué?- Eli tuvo que tomar unas cuantas respiraciones ondas, no creía lo que aquel le había dicho.
- Ahora, si me disculpa, tengo que atender otros pacientes-Eli casi hierve de la rabia, cuando el doctor salió miró a "Su novio" se acercó un poco a él y dejó un beso en su frente.
- Levántate, por favor- Eli soltó una silenciosa lágrima, sabía que su humano la estaba escuchando.
- Tienes que despertar, Lys está muy preocupada, yo estoy muy preocupada, Alan Jones, levántate- Habló con él, el doctor le había recomendado hacerlo, hablar como si realmente tuvieran una conversación cara a cara.
-Por cierto, Jones es un lindo apellido, no tenía ni idea, te ves más como un Edwards- la chica peinó los cabellos desordenados del chico.
«Joder, Alan deja de torturarme así» reprochó, incluso hizo un puchero que nadie pudo ver.
Eli se sobresaltó cuando Lys ingresó a la habitación con unas notarias ojeras y un poco de comida para Eli, la anteriormente mencionada se lo agradeció enormemente.
- ¿Cómo está?- preguntó Lys mientras tomaba una cucharada de la comida y la ingresaba a su boca.
-No despierta, deberías hablarle- Lys asintió y se levantó del sofá, camino hasta donde su amigo.
-¿Puedes dejarnos solos?- interrogó, Eli encarnó la ceja, sin embargo, salió en silencio.
Después de unos minutos bastantes largo para Eli, la chica salió con una gran sonrisa, aquel brillo de sus ojos había vuelto y Eli podía morir de la dicha, en realidad no podía, era inmortal, pero aquel dicho era uno de sus favoritos.
-¿Quieres ir a comer?- Preguntó Lys, sin dejarla contestar la tomó de la mano y arrastró hacia las afueras del lugar, Eli la miraba con enojo, ella tendría que estar cuidando a su humano, no estar con la chica tierna.
-¡Lys! Tendría que estar cuidando a Alan, no estar aquí contigo- Lys dio un pequeño salto por la fuerte voz de su amiga.
-Él está bien- Eli la miró mal, ¿Acaso hay algo que la chica no supiera?
-Deja de arrugar tu cara, te vas a poner viejo rápido, así decía mi mamá- Habló y puso una mano en su cadera mientras imitaba la irritante voz de su madre, la extrañaba, si, su perdida fue fuerte, la pobre chica cargaba con un gran secreto, un secreto que se llevaría a la tumba.
-¿Cómo sabes que está bien?- Preguntó Eli intentando cambiar de tema, era claro que algo en aquel dicho estaba mal, pues, había vivido 500 años y todavía su rostro no había envejecido, al menos no de mala manera.
-Solo lo sé, tranquila, Eli, tu galán está bien- La vampira extrañaba con todas sus fuerzas a la chica no tan habladora.
-Lys, por favor- la chica no la dejo terminar.
-Tu tranqui, yo nerviosa- Soltó una pequeña carcajada, Eli se sorprendió, fue la primera sonrisa de Lys después del accidente.
-Claro, yo tranquila- ironizó, la chica la tomó de los hombros y la estremeció.
- tranquila, Eli, ¡ahora! A comer- Habló y entró al restaurante al lado del hospital, era bastante cálido y elegante, tenía grandes ventanales, sus mesas, luces, colores, meseros, todo gritaba «Costoso» el bolsillo de Eli lloró, no había ni siquiera recibido su primer pago y en ese lugar se llevaría como 10.
-Lys, ¿Qué hacemos aquí? - Lys la miró con obviedad.
-Comer- soltó un «Dahh»
-¿Con qué dinero?- Lys toció mientras sacaba de su bolsillo una cartera, a Eli se le hizo conocida, sin embargo no recordaba de dónde.
- Tú solo comes, puede decirse que hice un trato con un enfermo- dijo con una pizca de diversión Lys.
-¿Un enfermo?- Eli solía ser bastante despistada, y las vueltas que aquella joven estaba dando le causaban dolor de cabeza.
-¡Eli! Deja de hacer preguntas, por favor-Eli decide callar, sin embargo, no se salvaría del interrogatorio que la chica le hará.
-Entonces, ¿Sabes cuándo lo dan de alta?- preguntó Lys, Eli la miró y negó sin hablar.
- Todavía no ha despertado, ¿Cómo quieres que salga?- Lys quiso morder su lengua por ser tan imprudente, pues, había algo que ella sabía y la vampira no.
— Vas a ver qué el va a despertar, Ahora comamos, muero de hambre— Tal vez para otros aquellas insinuaciones estarían más que claras, pero para Eli todo era una completa confusión, ¿Cómo Lys podría estar más preocupada por su comida que por su amigo?
—No tengo hambre— murmuró la vampira, no era mentira, su estómago se revolvía de solo pensar en aquella pasta, por otra parte a Lys, se le hacía agua la boca de pensar en esa pasta, a Eli solo le dolía un poco el bolsillo.
— Come un poco— Eli suspiró irritada, Lys miraba la comida como si su vida dependiera de ello.
—Hola— Eli alzó la mirada al oír la voz de Rebeca, quien guiñó un ojo a Lys, la mencionada se sonrojó y tosió ferozmente.