Amber…
Amber…
Amber…
Sigo sin poder quitarme de la mente esa voz delicada que escuché en mis sueños, una voz que he escuchado desde que era una niña.
Desde que regresó mi mamá no hemos hablado del tema, pero puedo entender por qué. Seguramente debe haber personas que siguen de cerca a mi madre, así que no pudimos discutir nada de esto.
Fuera del tema, recibí un vestido de gala rojo por parte del príncipe Demián por motivo de su coronación. El regalo me sorprendió, pero cuando supe que envío uno a cada dama sin casar de la Corte... me sentí más tranquila. Ahora mismo, toda Ervania está aquí. Los líderes de las naciones y los altos miembros de cada nación están reunidos aquí hoy. Hay música en el salón, es suave y calmada, pero cada sonido me parece un tambor que retumba cerca de mis oídos. Mi madre está al frente de sus soldados, al igual que Lyla Carder y el general Dayron, al igual que Jane y Nathaly a excepción de Jase y de mí, quienes estamos en medio de toda la Corte.
Miembros de alto rango y alcurnia están aquí reunidos. Tanto de la nación del Viento, como de Eralia y Jirllenton. Sin embargo... no hay un solo representante de la nación de Fuego, pero, al parecer, a nadie le ha importado su ausencia, o al menos, no lo hacen evidente.
Hace mucho que no veía una celebración en el castillo así de grande, pero ver a tantas personas reunidas me hace ver lo peculiar de cada nación y es que, aunque nos hemos mezclado entre naciones desde hace más de tres siglos, conservamos rasgos distintivos. Por ejemplo, los eralianos (nacidos de la nación de Agua) suelen tener los ojos negros, grises o de azules brillantes; en cuanto a los eucranianos (nacidos de la nación del Viento), las mujeres suelen tener rizos muy marcados, además de espesas cabelleras pelirrojas. En cuanto a los arquidianos (nacidos de la nación de Fuego), sus ciudadanos, al igual que los ciudadanos jirllentonianos (nacidos de la nación de la Tierra), son quienes van variedad estética tienen, ya que sus colores en ojos y cabello pueden ir desde los castaños más oscuros hasta los verdes, avellanas y azules más claros.
Fuera de eso, cada nación tiene en lo alto su emblema. Los eralianos tienen al Gran León de Occidente, un león de melena azul azabache con decoraciones en dorado y plata. En cuanto a Jirllenton, dado a que es la nación Madre, lleva consigo en lo alto la imagen del Gran Ciervo Blanco de enormes astas, por lo que sus colores son el verde bosque, la plata y el bronce. En cuanto a los eucranianos, ellos portan con orgullo el emblema del Halcón Dorado, un ave majestuosa con las alas extendidas, de modo que sus colores son el dorado y el blanco. En cuanto a Arquidia, si la nación del Fuego estuviese aquí, su emblema reluciría la imagen del Gran León Oriental, el hermano gemelo del León Occidental, por lo que sus colores y esencia son contrarios, por lo que los representa el rojo carmesí, el negro y el dorado.
Cada nación tiene Casas nobles, al igual que hay aristócratas, comerciantes y personas de las más comunes; sin embargo, en celebraciones como estas, sólo las Casas de mayor importancia, al igual que miembros de alto rango fueron invitados a la noche del futuro rey.
— ¿Estás lista? —pregunta Jase, sacándome de mis pensamientos. Luce un traje bastante lindo, de un azul oscuro con detalles en dorado en la parte superior.
—No —me sincero —, pero estaremos bien, quiero pensar en ello.
— ¿Qué es lo que traes puesto? —pregunta —. El plan es mantener el perfil bajo, pero ese rojo escarlata llama la atención de todo el que lo ve.
—El príncipe lo mandó como un presente, lo hizo para todas las damas de la Corte—digo, mientras caminamos —, no pude negarme a usarlo.
Seguimos caminando entre la gente, la ceremonia todavía no empieza, así que debemos aprovechar la oportunidad. Cuando estamos en los pasillos que llevan hacia el ala oeste, nos detenemos en una habitación, ya que Amice se encargó de empacar algunas cuantas cosas en caso de que las necesitáramos y según lo que traigo puesto, sin duda voy a necesitarlo. Una vez en la habitación voy directo al armario, de modo que encontramos la dichosa maleta.
Guardamos silencio cuando escuchamos voces desde el exterior, por lo que, una vez se alejan lo suficiente, Jase menciona que eran hombres del príncipe. Jase sube las luces de las lámparas y yo inspecciono lo que hay dentro de la maleta, por lo que no sólo encuentro ropa femenina, sino armas, medicina y otras más cosas.
—Deberías cambiarte rápido —sugiere.
Se da la vuelta, de modo que yo puedo cambiarme de ropa. Intento hacerlo tan rápido como puedo, pero tardo un poco más de lo que me gustaría. Esta ropa está hecha de la mejor calidad, es cómoda y por la textura del algodón y del cuero, esta clase de ropa podría resistir ambientes duros y poco favorables. Una vez lista, Jase extrae las armas y entre ellas, veo el arco y la daga que me dio Jane como regalo de cumpleaños.
—¿Qué hace esto aquí? —pregunto.
—Por si acaso —responde, llevándolos a mi dirección.
Luego de eso, lleva la maleta consigo y salimos de la habitación para seguir nuestro camino. Tardamos alrededor de treinta minutos para cuando llegamos a las salas privadas del príncipe, las cuales siempre están custodiadas, pero dada la celebración, la mayoría de los soldados se hallan alrededor de los terrenos del castillo y sobre el salón principal, así como sus alrededores y jardines, por lo que hemos intentado ser tan cuidadosos como sea posible.
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Editado: 18.07.2024