«Amber, Amber... Amber...
Sigo escuchando esa voz llamándome en mis sueños. Repite mi nombre una y otra vez…
Apenas como, apenas bebo, apenas logro levantarme de esta cama y aún más, salir de esta habitación. Han pasado solo unos días, pero el tiempo que llevo en esta habitación me hace sentir que han pasado meses.
Al despertar... estaba recostada sobre una cama suave, tenía ropa limpia y no tenía ni una sola herida encima. Me levanté enseguida, creí que estaba en el castillo, pero no resultó ser así. Estaba en otro lugar, lejos del único hogar que he conocido, en un lugar que creí que era maldito.
Luego, conocí a un hombre de mediana edad llamado Aidan Dawson, un hombre alto y fornido, de ojos oscuros y barba del mismo castaño oscuro que su cabello. Creí que sería un contrabandista o un cazafortunas que buscaría sacarme en el mejor provecho, pero no fue así. Me explicó cómo me encontró, dijo que no debía tener miedo, que estaba de nuestro lado, e incluso mencionó que conoce a mi maestro Amice, al igual que a mi familia. Dijo que estaba a salvo, pero, aunque Aidan no parecía ser el tipo de hombre que anda en oscuros negocios, no puedo todavía confiar en él.
También mencionó que pronto aclararía toda la situación, pero esperaría hasta que pudiera calmarme y hablar. Luego de eso, yo le pregunté dónde estaba Jase, y las noticias no me alentaron. Al parecer, desapareció. No saben si fue devorado por los Greinlods o si logró huir, de modo que no hay certeza de si está muerto o no.
Aidan dijo que podríamos hablar cuando quisiera hacerlo, así que, aunque todavía tengo miedo, si estas personas quisieran hacerme daño, seguramente ya lo habrían hecho, ya que, según parece, son una familia de tres hombres y una mujer.
El lugar en donde estoy es enorme, y aunque no he visitado más que este pasillo, parece que es una enorme casa. Ahora mismo estoy en el pasillo, así que camino hacia el fondo de este y abro la puerta. Espero encontrar un estudio, pero no es así. Es una habitación.
Hay una cama, una chimenea, unas ventanas enormes y un escritorio desordenado con un montón de libros, tinta y papel. Decido acercarme, y cuando tomo algunos de los libros, puedo notar que son de origen jirllentoniano y eucraniano en su mayoría, hasta que encuentro un libro en particular que me llama la atención debido a su estética. Es un diario, del tamaño de un libro de bolsillo. Se supone que estos tipos de diarios pueden extraer tus recuerdos y plasmarlos en dibujos, se trata de un hechizo eucraniano bastante simple, por lo que fue famoso hace ya bastantes años.
Abro el pequeño diario y cuando leo la nota en las primeras páginas, algo me atraviesa el pecho:
«Feliz décimo cumpleaños, hijo.
«Con amor,
«Madeleine Steel
—No creí que fueras demasiado lista, pero al menos sí un poco educada.
Cuando me giro, veo delante de mí a un hombre mucho más grande y alto que yo. Sus ojos son como el verde del bosque y sus pestañas son oscuras y espesas al igual que sus cejas. Viendo a este hombre de cerca tiene parecido al príncipe Demián Steel en ciertos rasgos, salvo por el color de ojos y el cabello, el cual es más largo y ondulado. Sin embargo, fuera de eso, su mirada es similar, al igual que sus labios, a excepción por la anchura de la mandíbula, la cual es tanto más grande que la del príncipe Demián Steel.
—Eres... Hayden Steel —su nombre sale de mis labios —, eres su hermano.
Cuando lo dice, su expresión se endurece y de un tirón me quita el libro de las manos.
—Sal de aquí —pide, con dureza —. Quiero que te vayas ahora.
Bajo las escaleras y sigo mi camino junto a David Dawson, el hijo mayor de Aidan Dawson, el hombre que me recibió. Después del incidente con ese chico... he tenido que cuidar mejor a dónde voy. Todavía no sé si de verdad estoy a salvo, pero este chico llamado David ha sido bastante buen hospedador. Se parece a su padre y no sólo por el cabello oscuro y los ojos castaños, sino por su amabilidad y cordialidad.
En cuanto al resto de la familia Dawson, he notado que Hayden me ha evitado desde lo que pasó y en cuanto a Emma, la única de las mujeres de esta familia, apenas me mira y mucho menos me habla. Es una mujer joven, quizás un par de años mayor que yo, pero debo admitir que es muy bella. Sus ojos son de un azul pálido y su cabello es largo, negro y liso, de modo que casi siempre lo peina en una coleta alta.
Aidan me pidió que fuese a la biblioteca para hablar con todos ellos, ya que, ya no es posible esperar más, después de todo, ha pasado poco más de una semana desde que llegué a esta casa y a los territorios del temido Bosque del Reflejo.
Finalmente, cuando David y yo entramos a la biblioteca, caminamos hasta llegar a una enorme mesa donde se hallan Aidan Dawson, Hayden y Emma. Sin embargo, eso no es todo, sobre la mesa hay un enorme mapa y, en el medio se encuentra el Gran Libro de la Creación, una de las Cuatro Reliquias de Ervania. Se supone que este libro es resguardado por Amice, mi viejo Maestro, debido a su antigüedad e importancia. Al mismo tiempo, alrededor de este hay tres gemas de diferentes colores. Escarlata, verde esmeralda y rosa.
— ¿Qué hace el Libro de la Creación aquí? —pregunto.
—Estaba empacado en tus cosas —responde Emma, la joven de cabello negro y ojos de un azul pálido—, lamento no habértelo dicho.
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Editado: 18.07.2024