Por más que lo pienso no tengo más elección que esta. Quedarme con los Dawson es la mejor carta que tengo.
Podría irme, podría incluso quedarme aquí sin hacer nada, pero el precio de cualquier decisión costaría la vida de mi familia y su sacrificio. Todavía no hay certeza de lo que les pasó, pero Aidan me dijo algo que también dijo Jase y es que el rey Demián no les hará daño, no hasta tenerme a mí. Todavía me cuesta pensar en todo lo que ha pasado, mi madre ha sido parte de esta Rebelión, así que... esté viva o no... he decidido honrarla a través de mi vida.
Pronto, Aidan, David y los demás irán de cacería para llevar comida, y demás víveres para los sobrevivientes en Arquidia. Supe que el rey Demián está dejando que un número determinado de barcos comerciales viajen a Arquidia para ayudar a los civiles sobrevivientes con alimento, sin embargo, nada se ha hablado para sacar a los sobrevivientes de la nación de Fuego y llevarlos a un lugar seguro. Es por es que la familia Dawson ha decidido ir, ya que ven posible poder encontrar respuestas en medio de la situación. He pensado en pedirle a Aidan que me lleve con él, al igual que ya le he pedido a David que me enseñe a usar las armas que me dio Jane. Sin embargo, antes de cualquier cosa, quiero hablar con Hayden y pedirle una disculpa.
Si algo no quiero, es tener más problemas, así que, si no podemos ser amigos, al menos quiero que no haya tensiones entre ambos.
— Hayden... —Grito, mientras me encamino hacia él —, ¿podemos hablar un momento?
Cuando se detiene, puedo notar que mi presencia no le es agradable. Sé que ha estado evitándome, pero si se ha enojado tanto por el incidente pasado... creo que es posible que podamos solucionarlo.
— Sé que te debo una disculpa —continúo —. No quise entrar así a tu habitación, y tampoco debí tomar tus cosas, así que lo lamento—hago una pausa —. En otras palabras... no pretendo hacer nada o divulgar nada acerca de ti, así que, mientras viva aquí... podemos ser compañeros, incluso amigos.
— No entiendo por qué me dices esto — responde, con dureza—. Quizá la distancia que he marcado no ha sido suficiente evidencia de lo que siento, así que será mejor que te lo diga de una vez: No me interesa nada que tenga que ver contigo. No necesito tus disculpas. Quiero que te mantengas lo más alejada de mí como sea posible.
— ¿Qué?... —quiero hacer sonar mi voz más profunda, pero parece apenas un susurro.
—Creo que me escuchaste bien. No sé qué te has metido en la cabeza, niña, pero sácalo de una vez —continúa en la misma postura autoritaria —. No te acerques a mí, no sé lo que creas que pasará entre los dos, pero no tengo la intención de que seamos compañeros, mucho menos amigos.
Me siento avergonzada, enojada, humillada...
—Entonces, ¿por qué me trajiste aquí? —las palabras salen de mi boca —. Aidan me dijo que tú y él me salvaron esa noche, dijo que tú me trajiste aquí —hago una pausa —. ¿Sólo sigues órdenes servilmente y luego te arrepientes?
—Hice lo que debía hacer —responde, finalmente —. Si hubiese sido mi elección, te habría dejado ahí —declara sin mayor culpa—. No te traje aquí porque lo hubiese querido, ¿tienes más dudas todavía?
—No, ninguna —respondo con dureza —, sólo me diste más respuestas. Sigues ciegamente a otros en contra de tu voluntad, eso dice mucho de ti.
Con el tiempo, las cosas que nunca pude ver… finalmente están saliendo a la luz. Nunca creí que valoraría tanto un hogar, jamás creí que la rutina de mis días se volvería algo que extrañaría. Ahora, los recuerdos de mi niñez y mi adolescencia se han vuelto lejanos, como sueños que cada vez de desvanecen más y más.
Antes solía preocuparme por cosas insignificante, pero ahora mismo... sólo puedo pensar en una cosa: sobrevivir.
— Veo que has leído los estudios de campo que mi padre escribió — salgo de mis pensamientos cuando lo escucho.
Cuando me vuelvo, miro los ojos oscuros de David, al igual que esa característica sonrisa.
—Quiero conocer acerca de este lugar—explico —. El Gran Bosque del Reflejo ha sido objeto de especulaciones e historias por siglos; la mayoría de cuentos aterradores, así que... cada vez me sorprende más que no sea así.
— ¿Por qué te sorprende? —pregunta.
—Porque nadie que haya entrado ha salido como entró —digo, como si fuese algo obvio.
—El Gran Bosque del Reflejo obtuvo su nombre debido a que sólo te mostrará lo que buscas y lo que hay dentro de ti —explica él —. Es como un espejismo, un reflejo de lo que buscas y necesitas, es por eso que quienes han entrado... dicen volverse locos, porque en realidad... sus intenciones no son descansar o tomar un poco de lo que encuentren, sino tomar todo lo que hallen, sin importar si es valioso o no para sí mismos.
— ¿Por qué ustedes se han quedado aquí? —pregunto —. Están alejados de todo y todos. ¿Cómo han logrado sobrevivir todo este tiempo?
—Nuestras razones son algo complicadas, pero mi padre es un hombre demasiado terco como para echarse atrás después de haber tomado una decisión —sonríe —. Construyó este lugar hace bastante tiempo, lo hizo con mi madre y poco a poco, se acostumbraron a este ritmo de vida rural y alejada de la sociedad en común. Vivimos de la caza principalmente, pero solemos visitar los pueblos aledaños a las ciudades principales para comprar comida, ropa, utensilios domésticos.
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Editado: 18.07.2024