El gran día llegó, era el inicio de la semana de la moda en Nueva York y todos se encontraban expectantes sobre los resultados; desde temprano Alma se mantuvo ocupada para evitar pasar cualquier instante a solas con Mauricio y cada vez que se encontraba con él, la joven solo hablaba del trabajo y se ocupaba de hasta lo más insignificante para el desfile, buscando esquivar todos los intentos de Nico de dejarla a solas con el italiano.
Si le había resultado extraño ver a Bracco durante la producción de la colección, le fue aún más raro tenerlo tras bambalinas durante la presentación de la misma; había momentos en que deseaba salir corriendo, se sentía avergonzada y sobre todo nerviosa, la noche anterior se la pasó en vela, pensando en el incidente que protagonizó con su jefe, su jefe, debía recordarlo siempre, se dijo en el silencio de su recámara, Mauricio era su jefe y no podía pasar nada con él, aunque fuera cierto que ella estuviera muriendo por lo contrario.
La realidad era que, aunque Alma tenía en su lista escrito que deseaba dar su primer beso, quería que este fuera especial, tanto para ella como para la persona que se lo diera, sabía que no había tiempo para escoger, pero de verdad quería que ese beso fuera uno de amo, ya que, en lo más profundo de su ser, ella deseaba que ese beso la pudiera salvar, quería creer que era una versión de Blancanieves, quería soñar con ser salvada por un beso.
Cuando Mauricio llegó, el desfile ya había comenzado y al ubicarse entre los presentes, pudo escuchar los comentarios de algunos espectadores que mostraban su conformidad con los primeros atuendos presentados hasta ese momento, sin pensarlo mucho, se dirigió tras vestidores con la esperanza de observar al motivo de su desvelo, la noche anterior se la había pasado pensado en como acercarse a la joven sin asustarla, sabía por experiencia que con ella debía ir con cuidado.
Al llegar detrás del escenario y conociendo de antemano todo el alboroto que se armaba durante un desfile, el italiano buscó a la castaña con la mirada entre toda la multitud, cuando la divisó, la vio alborotada entre vestidos y cuerpos, sabía que no tendría ninguna oportunidad de conversar con ella, pero necesitaba, ¡no! Deseaba estar allí y observarla en acción, verla en su ambiente; al llegar junto a ella, la notó tensa en cuanto sus miradas se cruzaron, había visto a Nico pululando al alrededor de ambos y se dio cuenta de los intentos del rubio por aligerar el trabajo que venía realizando Alma con total minuciosidad.
La había percibido nerviosa, más aún cuando él no se retiró después de saludar a todos y felicitarlos por el trabajo que venían realizando, se mantuvo cerca de ellos, utilizando de excusa la supervisión de los detalles; a Mauricio le había servido de mucho estar tras vestidores, observar el arduo trabajo que la joven realizaba para el desarrollo de toda la actividad, todo en general, lo hacía sentir realmente satisfecho y contento con su decisión de apoyar la labor de una diseñadora novata.
Tras ese primer día, los modelos de Alma resaltaron por su belleza y sencillez, los días pasaron sin mayores contratiempos y Alma no paraba en sus esfuerzos por evitar estar a solas con su jefe, Mauricio al notar el comportamiento distante de la castaña, decidió darle su espacio, ya habría oportunidad, se dijo, todavía quedaban muchos días para que este calendario finalizara, había buscado de excusa comunicar a Nico y a Alma sobre el viaje a la siguiente sede del calendario de la moda al finalizar esta semana, Alma al estar tan concentrada en la presentación y en la ardua tarea de huir de Bracco, no había tomado importancia a sus palabras.
La semana de la moda en Nueva York pasó, al final de la presentación Alma fue elogiada por el estupendo trabajo realizado en el diseño de su nueva colección; ya estando en la fiesta de despedida, Mauricio se acercó a ella para felicitarla y tratar de conversar sobre algo que lo venía molestando, durante los días que pasaron no pudieron conversar sobre lo que había pasado antes de que iniciara la semana y aunque se dio cuenta sobre el esfuerzo que puso Nico en quitarle trabajo extra a Alma, ella había hecho todo lo posible por alejarse lo más que pudo de él.
Al llegar junto a ella, la encontró rodeada de muchas personalidades de la moda, algunos modelos que participaron con ella y otros diseñadores con mucha más experiencia, Mauricio la tomó del codo para llamar su atención y cuando ella volteó, la sonrisa que tenía en el rostro desapareció como por arte de magia, el moreno al notar el cambio drástico en su semblante, solo atinó a comentar que dentro de unas horas partirían para Londres, que era la siguiente sede de las presentaciones.
Al oír esto, la chica se excusó con todos alegando que debía prepararse para el viaje, buscó a Nico que se había alejado en compañía de un modelo, al ver que no lo encontraba, lo llamó al celular y logró dar con él al tercer intento, Alma le explicó lo que Mauricio había mencionado y le pidió que la llevara de regreso a casa; el moreno que la había estado siguiendo de cerca, escuchó la petición y pensó en que él podría ayudarla para así aprovechar la oportunidad de conversar.
Cuando Alma colgó tenía el ceño fruncido, Nico le había pedido que lo esperara un par de horas y ella no estaba a gusto con eso, cuando volteó a seguir buscando a Nico, se dio contra alguien y antes de caer al suelo fue sujeta por un par de brazos, al levantar la vista se encontró con la sonrisa de Mauricio, al principio se le quedó mirando embobada por la sorpresa, pero cuando Mauricio amplió su sonrisa, ella se abochornó y se separó de él lo más que pudo al recuperar la cordura.