La Lista

Capítulo 12

La semana pasó y la presentación de la colección en Londres fue un éxito, de nuevo el trabajo de Alma y de todo el equipo fue elogiado, después del desfile, todos se retiraron al hotel a alistarse para la fiesta de esa noche.

Ya en el edificio, Nico dispuso que una de las maquilladoras que fue con la delegación, ayudara a la castaña con su arreglo para esa noche, quería que ella se convirtiera en el centro de atención y que fuera notada por todos, en especial por su jefe, esta noche el blanco era Mauricio Bracco.

El rubio supervisó, personalmente, toda la transformación de la nueva diseñadora, a pesar de las protestas de Alma, escogió el vestido, los zapatos e incluso la ropa interior, la dejó con la maquillista para los últimos detalles, maquillaje y peinado.

Bracco se había adelantado a la gala y se centró en cerrar tratos con diferentes boutiques de la ciudad para la venta de las prendas, se encontraba conversando con un grupo de inversores y diseñadores acerca de la nueva colección, cuando un grupo de modelos se ubicaron alrededor tratando de llamar su atención.

Cuando charlaba, Mauricio sintió el celular vibrar en el saco, se disculpó con los presentes y procedió a apartarse de la multitud para tener privacidad, cogió el aparato y al ver que era quien desde hacía semanas trataba de comunicarse con él, decidió no contestar, se dijo que faltaba poco para que arribara a donde ella se encontraba, que lo mejor era llegar calmado hasta allí, esta vez, Milán debía significar algo mejor que amargos recuerdos.

Mientras Mauricio devolvía el artefacto al interior de su traje, Nico y Alma hacían su entrada a la fiesta, muchos de los presentes voltearon a ver de quienes se trataba, varios reconocieron al rubio, pero era la joven que iba con él la sensación del momento, ella llevaba un vestido largo de encaje en color rojo, en corte sirena con un escote en V en la parte trasera que hacía a Alma sentirse desnuda, acompañaba al atuendo unos zapatos de tacón alto en el mismo tono del vestido.

Avanzaron por entre la multitud, mientras Nico saludaba con cuanta persona se cruzaba, Alma se sostenía fuertemente a él, tenía problemas con los tacones, así que trataba de dar pasos firmes para no desequilibrarse. Desde que Nico había llegado al local, había vislumbrado a su jefe, así que sin decir nada a Alma, comenzó a avanzar hacia la zona en cuestión.

Saludaban a todo aquel que se acercaba a ellos mientras seguían su camino, cuando Mauricio notó cierto alboroto entre los presentes, dirigió su mirada hacia donde veía que muchos, por no decir todos, miraban; grande fue su sorpresa al ver a Nico acompañado de una bella mujer, al principio el moreno no reconoció a la joven, creía que era una nueva modelo, aunque no recordaba haberla visto durante los días de los desfiles.

Ya cuando ambos se encontraban a solo un par de metros del moreno, pudo reconocer con claridad de quien se trataba, Mauricio se quedó boquiabierto al vislumbrar a Alma, si en la fiesta de año nuevo ella le había parecido hermosa, ahora le parecía fuera de este mundo, el vestido que llevaba le marcaba las zonas adecuadas de su cuerpo y hacía que su belleza natural resaltara.

—Buenas noches a todos —habló Nico—, quiero presentarles a la nueva figura de Colorato, la diseñadora Alma Aguirre —presentó, tomando a Alma de la cintura.

—Un gusto conocerlos —dijo Alma, un poco avergonzada por todas las miradas sobre ella.

—Pero suelta a la chica, Nicólas —expresó un diseñador que acompañaba al grupo—, si no conociera tu condición estaría preocupado porque te llevaras a tan hermosa mujer —concluyó, con una sonrisa sardónica.

—No estés muy confiado, Fabrizio —respondió el rubio, sonriendo—, tú más que nadie debería saber que las apariencias engañan —terminó, apretando el abrazo alrededor de Alma.

La castaña evitaba mirar hacia Mauricio, se sentía cohibida, se sentía fuera de su piel, aún le costaba llamar tanto la atención, más aún con los atuendos que Nico escogía para ella, respiró hondo y dibujó una sonrisa en su rostro.

Bracco había notado la incomodidad de la joven y decidió salir en su ayuda, fue y se paró junto a ella, evitando que cualquiera pudiera estar demasiado cerca.

—Te ves hermosa —susurró Mauricio, cerca del rostro de la joven cuando un camarero se acercó con copas sobre una charola.

El rostro de la joven se tiñó de rojo, la declaración de Bracco la tomó desprevenida, se sintió avergonzada, pero a la vez feliz al escucharlo decir eso; ella levantó la vista hacia el italiano y le regalo una sonrisa deslumbrante, llena de ilusión y añoranza.

Ambos se quedaron mirando sin decir nada, atrapados en su burbuja no notaron como Nico sonreía al mirarlos con disimulo, fue una modelo quien acabo con la magia que se había armado.

—Y dime, Mauricio, ¿cuándo habrá nuevo llamado para algún desfile de Colorato en Milán? —expresó la rubio, acariciando el brazo de Mauricio con mucha coquetería.

—No tengo autoridad en esa sede, Katrina —respondió él, quitando el brazo sin esconder su malestar, volviendo a centrar su atención en Alma.

La rubia al notarlo se puso roja, pero de cólera, la habían menospreciado por una recién aparecida y cuando estaba a punto de replicar, fue interrumpida por Nico que la llevó con disimulo para prometerle que sería él, personalmente, quien averiguaría lo que ella deseaba.




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