Hoy tengo 15 años. Por fin estoy de vuelta en casa. Pero no es una casa, es un castillo.
El duque cumplió su palabra. Nos dio todo, pero a costa de nuestra libertad.
Para ser sinceros, no me llevo bien con mis hermanas mayores, salvo con Foreza, Griselda y Mariana. Ellas son mis cómplices. Las cuatro pasamos la mayor parte del tiempo en las calles, corriendo entre los puestos, escapando de los insultos y esquivando la basura que nos lanzan. Para la gente del pueblo, seguimos siendo las "hijas de la maldición".
Pero no todo es malo. Hay 12 chicos con los que siempre estamos.
Ellos nos protegen, nos enseñan a defendernos, y no nos ven como niñas débiles que deben casarse y tener hijos.
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mentiras, misterio demonios y siniestra locura, amor puro . sufrimiento
Editado: 12.12.2024