La maldición de la niña dorada.

Tan oscuro que hipnotiza.

Capítulo externo

Ambos se encontraban en un lugar extraño, sin duda alguna había magia en él, Bell la logró sentir en cada parte del pasillo, pero no era magia común, se sentía muy poderosa, casi como la de su maestro Izaro o incluso más poderosa que la de él. Quien había creado ese lugar era un brujo o bruja muy poderoso, tal vez un hechicero o hechicera, en medio del análisis de la habitación, Elyiza se empezó a mover, y en el instante que Bell se percató la tomó del brazo.

- ¿Qué crees que haces? – Dijo él.

- Se supone que aquí está el anillo, vamos a buscarlo.

- Espera un momento, siento magia muy poderosa, tal vez la de un hechicero o hechicera.

- Con mucha más razón, vamos.

Sin previo aviso solo ella siguió caminando, ignorando todas las palabras de Bell, sin más que hacer, él la siguió, al llegar al final del pasillo con paredes blancas, había dos puertas, pero no había ningún indicativo de cuál era en la que había que entrar, pero, algo le dijo a Elyiza la respuesta, miró a la puerta de la derecha. La abrió y entró en ella, Bell la siguió de igual manera que antes, pero esta vez, la puerta se cerró de golpe en su cara.

- ¡Elyiza! – Gritó, golpeando la puerta - ¡Elyiza! – Cuando golpeó esta vez, la puerta esta se abrió y casi se cae de frente.

-Lo siento, me pidieron saber si realmente quería que estuvieras conmigo.

-Está bien. -La habitación era grande, blanca, con muebles de madera oscura y fuego, que no provenía de ningún lugar específico como iluminación era bastante elegante, justo en ese momento apareció un joven en frente de ellos, ambos dieron unos pasos hacia atrás por el sobresalto.

-Hola pequeños-grandes – Dijo el joven frente a ellos. Tenía heterocromía, solo que un ojo era café y el otro amarillo, tenía una mirada perdida, una mirada loca, su piel era un poco bronceada y su cabello despeinado lo hacía lucir cansado.

-Hola ¿Quién eres tú? – Preguntó Elyiza.

-Hola Elyiza, hola Bell me llamo Kaul. -Dijo el joven con la mirada perdida.

- ¿Cómo sabes nuestros nombres? – Preguntó Elyiza

- Es un elión, sabe mucho sobre muchas cosas. – Dijo Bell con un poco de intriga.

- Claro, claro, él sí hizo su tarea, básicamente soy alguien que ligó su alma a una persona o cosa, si eso sigue existiendo yo igual, solo que no fui yo quien lo hizo, por eso tengo un ojo amarillo.

-Ah, mucho gusto Kaul. – Dijo Elyiza con una sonrisa.

-Sí, sí, mucha charla, tienes que responder 3 preguntas.

- ¿Qué preguntas?

- ¿Quién eres? – Elyiza no respondió, no sabía cómo pero luego después de pensarlo, tuvo una idea.

- Emm soy muy joven para responder eso, jamás realmente una persona sabe quién es, sin embargo, sé que quieres una respuesta, concreta, pero solo puedo decir, que soy alguien que duda mucho de sí misma, intrépida pero que siempre duda mucho porque siempre cometo errores, todo el tiempo y alguien que siempre tiene miedo de su pasado, porque no sé cuál es, pero creo que esa tampoco es la respuesta que quieres... - Kaul estaba un poco decepcionado por otro lado Bell sintió como su corazón se estrujaba, al ver a Elyiza, sí era una niña pero igual, entendía más de lo que él imaginaba. – la única respuesta verdadera que te puedo dar – continuó – soy Elyiza y todo lo que conlleva ser yo, no sé qué es con exactitud, pero, sé que siempre seré yo misma de alguna forma. – Al fin Kaul quedó feliz con una sonrisa asintió.

- Es excelente que sepas que no sabes quién eres, a pesar de también saber quién eres, pero vamos con la siguiente pregunta. ¿hacia dónde te diriges con esta misión?

Elyiza dudó, no sabía ni siquiera qué estaba haciendo, tampoco por qué lo hacía, sí no quería morir, pero podía simplemente no usar el vestido, pero de pronto, se le ocurrió algo.

-Solo quiero ayudar, confío en Bell y Mart a pesar de no conocerlos, sé que hay algo que tal vez no me puedan decir sobre lo que hacemos, pero por alguna razón lo hacen y son mis amigos, de una forma extraña y muy poco convencional y yo haré lo que sea por mis amigos. – Kaul rio entre dientes y luego aplaudió.

- Contestaste dos preguntas en una, felicidades, puedes tomar el anillo, claro, primero debes pasar por el pozo, si tu alma enserio cree lo que acabas de decir, estarás bien, si no, morirás, también él – dijo señalando con la cabeza a Bell y con una mirada seria.

- Espera ¿qué? – Dijo Bell en protesta.

- Como lo oíste, la pregunta tres era si se creía buena persona, pero esas no existen, tampoco las malas, solo las honorables, leales, las que hacen buenas cosas, incluso sin conocer realmente por qué ni cómo las harán, que confían, esas sí existen, generalmente se les llama buenas personas porque en el trayecto hacen cosas buenas, así que, si ella no lo es, se ahogará.

-Está bien Bell, pero por cualquier cosa ¿cuáles son sus nombres reales, sé que Bell y Mart son diminutivos...-Dijo juguetonamente.

- Sabía que algún día preguntarías eso, Asbellder Boris y Martiano Alexei, pero no vas a saber nuestros apellidos a menos de que vivas, así que, por favor, hazlo. -Dijo y puso un mechón de cabello detrás de su oreja, acarició su mejilla y luego se apartó.

Kaul le tomó la mano a Elyiza y la llevó a lo que parecía ser un balcón o jardín, Bell los siguió y efectivamente era un bosque, él conocía el mundo mágico debajo de ese bosque en el que todo el tiempo estaban, pero parecía como si la bruja del vestido hubiese creado otra capa, otro mundo, uno en el que nadie podía entrar, los mundos mágicos son capas del mismo mundo, creadas por la magia, una muy poderosa, los mundos mágicos eran como un mundo alterno o paralelo, en el que había las mismas superficies, clima, montañas, todo era igual, pero sin la influencia de las personas, al principio no habían casas ni edificios, hasta muchos años después, ahí habitaban todas las creaturas que querían vivir en paz, todos los siete reinos estaban ahí, pero tres veces al año el velo entre ambos mundo se debilita, gracias a eso, muchas personas que tienen una conexión con el mundo mágico podían ver a las creaturas, muchas veces de ahí venían ciertas leyendas y cuentos, solo que se necesitaba por lo menos siete brujos o hechiceros muy poderosos para hacer un mundo mágico, uno por cada continente y a veces necesitaban más, cada año en esas tres ocasiones el velo se fortalece, pero la primera vez que se creó fue al inicio de la edad media y fueron veinte brujos y hechiceros de todo el mundo los que lo crearon, en resumen, la bruja que creó el vestido era increíblemente poderosa o recibió mucha ayuda de los suyos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.