La maldición de la niña dorada.

Las escrituras de la bruja

Capítulo de Bell.

 

 

Había una capa roja tirada al lado de Elyiza, pero en ese momento, su cuerpo empezó a desprender una luz blanca y ahora, en vez de estar el cuerpo de Elyiza había una gardenia blanca que de su tallo caían gotas de sangre, cuando dejaron de caer las gotas ya habían pasado unos cuarenta minutos, la gardenia empezó a irradiar la misma luz blanca, solo que cada segundo se volvía más y más fuerte, hasta volverse cegadora, luego después de unos veinte segundos, estaba Elyiza ahí otra vez, la luz se había ido. Corrí hacia ella a abrazarla, cuando terminé de abrazarla me di cuenta que ahora utilizaba un vestido blanco transparente, sin nada abajo, básicamente, estaba desnuda, semejaban pétalos de gardenia en la falda. No tenía cicatrices ni nada, era como si nunca hubiese pasado, como si nunca hubiese muerto.

- ¿volví a morir? -Preguntó ella mirándome.

- ¿volviste? – Pregunté con cautela, solo faltaba que de hecho recordara lo que pasó hace diez años, cosa que yo sí recuerdo. Realmente creo que jamás olvidaré eso, Mart había cumplido recién veintiún años y yo apenas estaba empezando en la brujería, nací con magia, por lo tanto soy un hechicero, solo que a diferencia de los magos, no la podía usar sin hechizos, comencé a utilizar la magia, cuando conocí a Izaro, estábamos fuera de la fiesta de Mart, hicimos la fiesta en la casa que estaba detrás de la de los Alton, resultó que mientras estábamos tirando hechizos, una pequeña niña nos estaba observando desde los arbustos, Izaro tiró un hechizo para matar, pensando que era un animal, quería mostrarme ese hechizo, pero cuando fuimos, había una pequeña niña, en vez de un animal, le dije a Izaro que se metiera en la casa y que llamara a Mart, pero cuando el salió lo que pasó es justo lo que acaba de pasar, en vez de tener a una niña en mis brazos tenía una pequeña gardenia, una pequeña flor blanca, al cabo de una hora más o menos volvía a ser una niña, le dijimos que se había caído y desmayado y al día siguiente en la base, preguntamos sobre personas que se convertían en gardenias, nos contaron la historia, también la razón de las cruzada y al final del día, prometimos Mart y yo, que siempre protegeríamos a esa niña. Desde ese momento hemos vigilado a Elyiza, haciendo hechizos de protección y resguardándola. Pero bueno, volviendo a este momento, en que la tengo en frente.

-No soy tonta, sé que tu amigo hace diez años me mató con un hechizo, reconocería esa sonrisa de medio lado y esos ojos grises en cualquier momento y lugar, además, los ojos de oro de Mart y esa altura no la tiene cualquiera.

-Lo... lo siento, yo no quería, Izaro es un idiota, enserio, no quería.

-Lo sé, no te culpo, él me confundió con algo, después de morir, voy a un lugar con luz blanca, es difícil de explicar, pero me dicen cosas, mis familiares, mis antepasados.

- ¿Qué te dijeron?

- Que te has preocupado por mí desde entonces, pues, también me dijeron algo más, pero lo hablamos más tarde. -Ella se vio un poco nerviosa al decir eso último, pero después de morir y resucitar, no iba a esperar que estuviera como recién levantada.

-Claro, ahora vámonos. - Puse mi brazo rodeándola, la acerqué a mí y le di un beso en la frente, caminamos así hasta llegar a la cabaña. Realmente, me gusta estar así, a pesar de tener bastante diferencia de altura, realmente, es bastante cómodo que los zapatos de Elyiza la hagan mucho más alta, aunque estoy seguro de que deben ser una molestia para ella, pero yo no la obligo a ponérselos, cuando llegamos a la cabaña Mart y Alabaster nos dieron privacidad, claro, después de las bromas inapropiadas de Alabaster, Elyiza se cambió y empezó a preparar té, yo hice lo mismo y tomé galletas y fresas que sé que le encantan, realmente me está sorprendiendo lo mucho que estoy conociéndola, pero claro, básicamente, vivo con ella. Cuando el té estuvo listo se sentó y me pidió que hiciera lo mismo.

- ¿por qué tanto misterio, qué crimen me vas a llevar a cometer? – Dije intentando provocarla un poco, sé que ella es mayor de edad, así que tampoco es nada realmente malo, pero tengo que seguir firme a que realmente no podemos ser nada, la última vez, Lorina, la madre Elyiza me dirigió una mirada bastante significativa, cuando habló conmigo, o, mejor dicho, me amenazó sobre su hija, me pidió que la cuidara y lo dejó en "O si no..." También, es divertido verla intentando responder esa clase de comentarios, pero nunca se queja así que voy a seguir haciéndolos. Empecé a sonreír cuando comenzó a pensar qué decir, pero su cara se veía extraña, angustiada - ¿qué te pasa, al fin estás considerándolo? -Dije con una sonrisa de medio lado.

-Bell... no sé realmente como decirte esto...- Empezó a decir, me aburrían los rodeos... Y eso le dije.

-Solo dilo.

-Está bien, cuando estuve muerta vi varias cosas, te vi más joven, tenías dieciséis, vi quién era mi padre, mi padre biológico...

-Lo siento, sé que puede ser difícil y si quieres podemos encontrar...- Interrumpí, pero ella me cortó.

-No, no es eso, solo vi su rostro y realmente no me interesa que pasa con mis padres biológicos, es sobre lo que vi... sobre ti.

- ¿Qué viste Elyiza? – Pregunté, por primera vez tenía nervios por lo que iba a decir ella.

-Creo que vi a tu madre...

- ¿Mi madre? – Si lo que dice es cierto, ya no tengo ni idea para donde se dirige esta conversación, ni si quiero seguir en ella. ¿Cómo sabe quién es mi madre, en primer lugar?

-Bueno, no estoy segura si es ella, no la he visto, pero estoy casi segura, vi a un pequeño igual que tú, solo que, sin tu cabello, estaban en una cena, era la media noche, se escuchó el reloj y la mujer disparó a su esposo...

-Sí lo sé, creo que sí, era ella... pero ¿Qué pasa? Ya sé que mató a mi padre y luego se suicidó, no es tema nuevo, sé lo que la maldición hace. -Dije evasivamente, no, ya no me estaba gustando esta conversación.




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