Thiago camina por los pasillos del colegio.
—No puedo creer que hayan faltado los tres, mierda, me siento solo, ¿No habrán querido entrar? No, no creo que Delfina haga eso. Voy a tener que comer solo, mejor voy a comer arriba así nadie me molesta.
Sube las escaleras y llega al último piso, busca un lugar cómodo para sentarse a comer, su vista es atraída por la figura de una chica que estaba apoyada en la ventana, esa muchacha sostenía un jugo en la mano mientras miraba hacía afuera, era una chica muy linda y la luz del sol que brillaba sobre su pelo castaño y en sus ojos miel la hacían más hermosa de lo que era, queda plasmado ante su belleza y su cabeza se imaginaba que era protagonista de una película, con mucha timidez se acerca a ella en silencio.
—H-Hola.
—¿Que quieres?.
—Nada, solo hablar contigo, te vi sola y quise acercarme.
—Ya hablaste, ahora lárgate.
—¿Eh? Pero si solo hablamos tres palabras.
—Creo que es suficiente.
Ella guarda el envase de jugo vacío en su mochila.
—Mejor me voy yo.
Le da la espalda sin decir una palabra más.
—Pero dime tu nombre.
—No necesitas saberlo.
—Que chica tan ruda, pero me puede tanto que sea tan fría.
Al día siguiente en el colegio, Thiago entra al curso y ve que Joel y Jessica habían llegado, se pone feliz al notar su presencia, pero se fastidia al recordar que ayer había estado solo y su humor cambia.
—¿Porque no vinieron hoy?.
—¿Hoy?.
—No, ayer, ¿Porque faltaron?.
—Yo tuve que ir a ver el vestido para mis quince y a ver el salón.
—¿Enserio van a ser tus quince?.
—Si, estoy emocionada.
Thiago y Jessica se abrazan de una manera muy tierna.
—¿Porque cambia tan rápido de emociones?.
—¿Vas a venir a mis quince verdad Joy?.
—No.
—Oh vamos, ¿Porqué no?.
—Porque no me gustan las fiestas, además se que me estás invitando solo por que sacaste el tema sin querer, te hago un favor al rechazarte ya que no quedarás como la mala de la película.
—Hablando de Delfi, todavía no llego.
—Nadie habló de ella Jessica.
—¿Llegara tarde?.
—Me ignoró.
—Espero que no le haya pasado nada malo.
—Seguro debe estar enferma.
—Ademas no tengo el número de ella para llamarla, ¿Me lo pasarías Thiago?.
—Me volvió a ignorar.
Jessica se recuesta en el banco de Joel.
—¿Joy que debería hacer?.
Él le da un golpe con el dedo en la frente al oír que lo llamaba Joy.
—No me llames así.
—Eso me dolió, ¿Que dices? ¿La llamo?.
—No soy bueno para dar consejos.
—No te pedí un consejo, solo te pedí una sugerencia.
—¿Porque no la llamarías?.
—Por que tal vez no quiso entrar esta mañana y se fue por ahí, yo la puedo meter en problemas al preguntar.
—Si que hablas difícil, estamos hablando de Díaz, ella no sale sin permiso ni si quiera al baño.
—Tienes razón, pero no sé qué hacer.
Thiago se acerca a Joel y le hablaba en voz baja al oído.
—Ayer conocí a una chica, era muy linda, llegamos a hablar en la hora del almuerzo.
Jessica se une a la conversación.
—¿Hablando de amor?.
—¿Recién no estabas preocupada por Díaz?.
—No es amor, solo le estaba contando que ayer hablé con una chica muy linda, era igual a Joel.
Jessica deja volar su imaginación y piensa en Joel con pelo largo, los labios pintados y con un vestido.
—Hey, hey, no te imagines cosas raras.
—Esta bien, perdón Joy, es que me causa gracia solo pensarlo. Thiago, no dejes que eso te impide hablarle, seguí intentando, como yo.
Trata de recostarse en el hombro de Joel pero al sentir el tacto con ella se aleja de inmediato haciendo que ella casi se caiga.
—Que malo eres.
Haz como yo, no te rindas tan fácil, que ella te llegue a conocer más que tu mismo, si eso no funciona, ignorala como lo hago con él.
—¡¿Lo hacías a propósito?!.
Ella se queda en silencio mirando fijamente los ojos de él.
—¿Ves? Como si no lo escucharas y ella vendrá por ti.
Ella vuelve a mirar a Joel y él estaba ignorándola mirando por la ventana.
—Joel, tenías que preguntarme de nuevo, métete en el papel.
Él hace de cuenta que no existe y sigue mirando por la ventana convenciéndose que estaba solo.
—¡No me ignores!.
Ella comienza a molestarlo para que note su presencia, pero él está firme con su idea.
Delfina estaba acostada deprimida viendo tele, ella baja el volumen al ver que su madre entraba con el teléfono en la mano.
—Toma.
Su madre estira su brazo para alcanzarla y entregarle el teléfono de una manera cómoda y educada.
—Es tu compañera.
Delfina toma el teléfono con una sonrisa enorme que resaltaba en su pequeño rostro.
—¿Si?.
Ella se asusta al escuchar el volumen con que Jessica hablaba.
—¿HOLA? SOY JESSICA, DIOS ESTABA MUY NERVIOSA, NO SABÍA QUE DECIRLE A TU MADRE ¿COMO ESTÁS?.
—H-Hola Jessi, estoy un poco mejor, ¿Y tu?.
—NO IMPORTA, QUERIA... Estoy gritando, ¿Verdad?.
—Solo un poco.
—Queria preguntarte por que faltaste dos días seguidos al colegio ¿Está todo bien?.