La Mitad Del Cuento

Exámenes. Parte. – 1

Thiago está acostado dando vueltas en la cama buscando una posición cómoda, pero el calor lo hacía sentir incómodo.
 

     —No aguanto estos días.
 

Seguía girando en la cama, no llegaba a estar un minuto en esa posición que ya estaba cambiando, decide levantarse y mirar por la ventana para que el aire refresque su cuerpo, al escuchar el sonido de la puerta gira en si en su misma posición.
 

     —¿Si? Pasa.
 

Su madrastra abre la puerta e inclina su cuerpo hacia adentro.
 

     —Solo quería avisarte que ya va a estar la comida.
 

     —Despues bajo.
 

Ella se va del lugar cerrando la puerta despacio, Thiago se aleja de la ventana y se acuesta en la cama, saca su teléfono y mira la hora, al prestarle atención se da cuenta de la fecha que era, se levanta rápido y mira en su calendario, las fechas coincidían, era 22 de Diciembre.
 

     —Hoy tengo que ver la foto.
 

Se vuelve acostar en su cama, comienza a mirar las fotos que había en su galería, hasta encontrar una foto que estaba bloqueada, sigue mirando y termina encontrando una foto donde salía Karen mostrando un papel que contenía números, el se pone a pensar y se le cruza la idea que esos números podrían ser la contraseña de la foto bloqueada, su curiosidad termina venciendo y prueba, luego de poner los números se muestra la foto, aparecía Karen con un papel en la mano que decía su número de teléfono y la fecha de cuando tenía que llamarla.
 

     —¡Bien! Qué bien, estoy feliz.
 

En casa de Jessica, ella estaba acostada en el sillón de su living, el ambiente estaba fresco gracias al aire acondicionado que había en su casa, Sofía entra y la encuentra en silencio mirando a la nada.
 

     —¿Que haces?.
 

     —Nada, estoy tan aburrida.
 

     —¿Por que no sales con tus compañeros?.
 

     —No, seguro todos están con los preparativos para Navidad, así que no quiero molestar.
 

     —¿Y cuando los vas a volver a ver?.
 

     —El año que viene recién.
 

Ella se esconde debajo de la almohada mientras gritaba para sacar toda su furia.
 

     —Solo faltan como dos semanas, no es mucho.
 

     —Pero igual es mucho tiempo, nunca estuve tanto tiempo sin ellos, no había dejado de ver a Joel por tantos días.
 

     —Soportaste tres años, no te quejes.
 

En casa de Delfina, ella estaba caminando dentro de la pieza de punta a punta con su celular en la mano, pensando si estaba bien llamar a Jessica para invitarla a salir, estaba nerviosa, su mente trabajaba buscando excusas para invitarla.
 

     —¿Que debo hacer? Tengo muchas ganas de salir con ella, ¿Pero si está ocupada? ¿Pero si ella está esperando mi llamado? No, vamos hacerlo, lo voy hacer, vamos Delfina, no seas tonta.
 

Ella marca el número de Jessica y llama, estaba muy segura, hasta que empezó a tomar tono.
 

     —No puedo hacerlo, seguro la voy a molestar.
 

     —Ho...-.
 

Ella pega un grito al escuchar que Jessica había atendido y corta. Delfina se tira sobre su cama frustrada, enojada con ella misma.
 

     —¿Por que no me animo? ¿Ella es mi amiga, no? Me cuesta tanto tomar este papel.
 

Suspira para aliviar el estrés que le había provocado el acto de valentía, al calmarse sus sentidos resaltan al escuchar que su celular sonaba, se sienta en la cama y mira de quién era la llamada, los nervios volvieron a florecer al ver que era Jessica quien le estaba devolviendo la llamada, cierra los ojos y atiende, estaba asustada e incómoda.
 

     —¿H-H-H-HOLA?.
 

     —¿Por que me llamaste? ¿Pasó algo? ¿Estás bien? ¿Necesitas que llame a la policía? ¿A los bomberos? ¿Necesitas un paramedico? ¿Te están por entrar a robar?.
 

     —N-N-No nada de eso, estoy bien, están mis padres en casa, no te preocupes.
 

     —Gritaste cuando cortaste, pensé que estaban robando en tu casa y te escondiste para llamar a alguien, pero te terminaron descubriendo.
 

     —Que imaginación que tienes, no, estoy perfecta, quédate tranquila.
 

     —¿Entonces porqué me llamaste? ¿Me querías hacer una broma?.
 

     —No, y-y-yo no te llame.
 

     —Pero tengo una llamada tuya, osea, te tengo agendada.
 

     —Bueno, está bien, me rindo, si te llamé, perdón, no quería molestarte, es que quería salir contigo, hace días que no te veo, quería llamarte y preguntarte si querias salir, pero me sentía algo rara, no sabía si te estaba molestando, por eso.
 

     —Si, ¿Quieres que nos juntemos hoy a la tarde?.
 

     —¿Enserio?.
 

     —Si, yo te paso a buscar como a las siete, casi de noche, por el calor, ¿Te parece?.
 

     —Esta bien, te espero.
 

     —Bueno, nos vemos a esa hora, ¡ah! Otra cosa.
 

     —¿Que?.
 

     —Déjate de esas ideas tontas, somos amigas, si necesitas algo o quieres juntarte conmigo, solo pídelo.
 

     —Bien, perdón, lo haré.
 

     —Acostúmbrate a ser mi mejor amiga, no te preocupes por nada, voy a estar para ti siempre que pueda, te dejo un beso, acuérdate de hoy.
 

Jessica corta la llamada y Delfina se queda en silencio mirando a la nada, su mente procesaba la palabra "mejor amiga", los segundos hicieron crecer esa sonrisa, no podía creer el puesto que había ganado por mérito propio en la vida de Jessica, tenía un peso enorme, nuca nadie llegó a llamarla con esa etiqueta, nunca pudo sentir el orgullo de haberse ganado su amistad, que alguien se sintiera feliz por pasar unas cuantas horas a su lado, siempre pensó que era aburrida, que todo el mundo que pasara tiempo con ella se cansaría, que ella no aportaba nada, pero su simple amistad cambio la vida de Jessica. 
Delfina se tira sobre la cama y comenzaba a girar de un lado a otro, era su forma de festejar que hoy tendría una salida con su amiga.
Luego de unas cuantas horas, Jessica llega a casa de Delfina, toca el timbre una sola vez y espera en silencio mirando hacia sus costados, una sonrisa picarona aparece en un instante en su rostro y comienza a tocar seguido el timbre, golpe tras golpe hasta que escucha abrirse la puerta.
 




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