Jessica se encontraba sentada junto a Thiago afuera del colegio.
—¿Como pasaste tus vacaciones Jessi?.
—La pase super bien, me quedé a dormir en la casa de Joel, pasamos mucho tiempo juntos.
—¿Enserio? Es un gran paso
—Me hizo muy feliz, también me hubiera gustado pasar tiempo con Delfi.
—Es una lastima que aún no se hablen.
—¡Como la extraño!..
—No te pongas así, cambiemos de tema. ¿Como reaccionó Joel con mi regalo?.
—Estaba super feliz, le encantó, lo dejo en su estante, no quiere que nadie lo toque, menos yo, imagínate.
—Creo que Joel nunca te dejaría nada acargo, me alegro que le haya gustado, es gracias a ti.
—Por nada.
—¿Jessi, por que no te hablas con Delfina?.
Jessica se incómoda ante la pregunta de él, era obvia su preocupación, ya no era lo mismo de siempre, desde que no se hablan no pasan mucho tiempo juntos, esto le provocó una ira dentro de él que esperaba salir pronto.
—Bueno... Perdón, no puedo decirlo, si te cuento tal vez Delfina se enoje aún más, si ella quiere contártelo yo lo haré.
—Esta bien, no importa, solo no me gusta ser el único que no lo sepa.
—Perdon Thiago, no te enojes.
—No lo estoy, cuando puedan me contaran, puedo esperar, pero por favor arreglen las cosas.
Delfina se aparece en el lugar vestida de la manera más común ya que este día no había asistido a clases, al acercarse con la timidez que la caracterizaba saluda a ambos amigablemente. Cuando terminó se sienta al lado de Thiago, pasan los segundos y los tres se queda en un silencio incómodo.
—¿Delfi, por que no pudiste venir al cumpleaños de Joel?.
Jessica rompía el silencio con mucha valentía, apesar de hablar entre cortado Delfina logro entenderla.
—P-P-Por que estuve ayudando en casa.
—Ah, que mal, espero que te haya ido bien.
—Si.
—¿Que pasa? ¿Por que estamos así ahora?.
—No sé.
A Jessica le suena el teléfono cortando las palabras que quería decirle a su amiga inspiradas en ella.
—Perdon, tengo que contestar.
—¿Por que tu? Eres mi amiga.
Delfina observaba como ella hablaba con una sonrisa por teléfono.
—¿Delfi, que pasa?.
—¿Joel?.
—No tengo idea, creo que está en el patio buscando...-.
—Me tengo que ir, chau.
Delfina se pone de pie mientras se toma firmemente de la mochila que se encontraba detrás de ella para irse. Cuando Jessica terminó de hablar vuelve al mismo sitio, se lleva una gran sorpresa al ver que Delfina se había ido del lugar.
—¿Delfina?.
—Se fue hacia adentro, estaba muy mal. Odio está situación.
—Yo también.
Joel salía de la sala de profesores, comienza a caminar solo bajo el silencio, no había ninguna conversación que llenara el ambiente, no había nadie, excepto él, a lo lejos ve que venía Delfina en la misma dirección, sigue su paso para acortar más rápido la distancia que había entre ambos.
—¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!!.
Su voz era rasposa, sus ojos parecían hinchados por las lágrimas que estaban a punto de derramarse, al llegar hasta él lo abraza con fuerza dejando descansar sus brazos en su espalda y su cara en su pecho, Joel se incómoda, no sabía qué hacer ante esta situación tan incómoda, en el instante que ella logro abrazarlo comenzó a llorar con ganas, necesitaba de él para desahogarse. Estuvieron en esa posición varios minutos hasta que ella logro calmarse, al despegarse de él nota que había mojado su remera con sus lágrimas.
—Perdon, te ensucie.
—No te preocupes, no es nada. ¿Mejor?
—Perdon por no ir a tu cumpleaños, no me odies por favor.
—Ya deja de llorar.
—Perdon.
—Tambien deja de estar pidiendo perdón.
—Si, lo siento.
—No uses sinónimos.
—Esta bien.
Ella se limpia la cara con mucha delicadeza con un pañuelo que cargaba.
—Ya estoy bien.
—¿Que quieres hacer? No voy a dejarte así.
Ella lo ignora por completo para prestar atención para buscar algo en su mochila.
—¡Hey! Delfina.
Ella le entrega una bolsa bastante colorida, Joel lo toma con desconfianza y timidez, al tenerlo en su posesión observa a Delfina que mantenía una hermosa sonrisa.
—¿Puedo abrirlo ahora?.
—S-Si, si quieres puedo abrirlo por ti.
—No te preocupes, puedo hacerlo solo, estuve entrenando.
Comienza a romper el envoltorio con delicadeza, al tenerlo descubierto ve que era dos remeras con el diseño grabado de su propios gustos.
—Espero que te guste, tenemos gustos parecido, así que me la jugué por estos.
Joel se queda en silencio observando su regalo, le fascina, amaba el diseño de ambas remeras.
—¿N-No te gusta? Perdón, no sabía que comprarte y terminé haciendo ese pedido, debí haberte consultado.
—Si me preguntabas hubiera perdido el efecto sorpresa.
—Pero así te hubiera gustado.
—Yo nunca dije que no me gustará.
—¿Eso quiere decir que te gusta?.
—Si, me gusta mucho.
—Menos mal, me siento tranquila, estaba tan asustada que no te gustará.
—Descuidá, otra cosa, ¿Por que faltaste estos días?.
—Por que estoy enferma.
—¿Lo estás?.
—Si, aún sigo enferma.
—¿Por que viniste entonces si aún estás mal?.
—Para darte el regalo, estaba ansiosa por ver tu reacción, también me sentía muy culpable por no poder ir, no soportaba sentirme así.
—Si que eres tonta.
—Perdon.
—Deja de pedir perdón por cosas incesarias.
—Si, está bien.
—¿Hablaste con Jessica?.
—No, bueno si, solo un poco, aún me siento incómoda cuando estoy cerca de ella.