La Odisea de Datura

Capítulo 1

Siento una fuerte sacudida haciéndome caer de mi cama, aún un poco desubicada por la caída escucho, demasiado cerca para mi gusto, gritos de terror que de inmediato que me hacen entrar en razón y alertarme,

Enseguida me levanto del suelo donde aún me encontraba y a gran velocidad tomo mi arma en mi mano derecha y una mochila que previamente había preparado para este tipo de emergencias, sin pensarlo un segundo más salgo de la habitación y corro lo más rápido que puedo por el pasillo que da a la salida de el pequeño departamento, si se le puede llamar así a la antigua edificación desgastada por los años y las continuas peleas donde las armas figuran como las estrellas principales, bajo lo más rápido que me es posible casi tropezado como mis propios pies por las desgastadas escaleras sosteniendo de vez en cuanto mi cuerpo contra las agrietadas paredes, las sacudidas y gritos aún no cesan me gustaría mencionar que no se que es lo que ocurre, que es un hecho aislado que no suele suceder, pero lamentablemente es una situación de lo más común hoy en día, en realidad es de extrañar cuando no sucede nada, al salir del antiguo edificio, las calles se encuentran atestadas de personas, tanto hombres como mujeres con niños que corren lo más rápido que pueden por sus vidas, yo sin dudar me uno a esa gran muchedumbre que huye sin ver atrás, ejerciendo fuerza y con agilidad me abro camino entre las personas, cuando desembocó en la primera intersección tomó sin dudar la derecha  mientras observo a los demás tomar la izquierda, los miró con cierta lástima porque se lo que les espera, tan solo segundos después mientras continuaba corriendo en dirección contraria de la muchedumbre escuchó gran cantidad de detonaciones consecutivas, me detengo de golpe y giro sobre mis talones solo para ver como la carretera se había convertido en un río de sangre y cadáveres, mientras hombres y mujeres vestidos completamente de negro sostenían en sus manos ametralladoras y miraban con indiferencia todos los cadáveres frente a ellos, no me quede a presenciar por más tiempo aquella masacre, seguí mi camino a un corriendo entre edificios abandonados y calles desoladas, pasados cerca de unos diez kilómetros después por fin llegué a mi destino un edificio de ladrillos antiguo que apenas se mantenía en pie, de inmediato toque la puerta trasera metálica tres veces seguidas me espere un minuto hasta que escuche como una secuencia de cuatro toques consecutivos, al concluir me abrieron la pesada puerta, de inmediato me adentre a la edificación mire al hombre alto y fornido frente a mi con un arma en la mano, asentí con mi cabeza en modo de saludo recibiendo el mismo saludo de su parte, con voz gruesa menciono, 

- Eric te está esperando en la tercera planta - 

Sin responder continúe mi camino a la tercera planta donde esperaban por mí, subí los escalones con cansancio en cuanto lleve abrí la puerta sin tocar, mire con indiferencia a los cinco pares de ojos que se detuvieron a mirar a mi dirección, camine con pesadez hasta un mullido sillón que se encontraba frente a mi sin esperar ni un segundo más dejé caer mi cuerpo sobre él dejando salir un suspiro de mi boca, cerré mis ojos tan solo un segundo relajando mis músculos, volví a abrir mis ojos cuando una voz menciono mi nombre con suavidad levanté la vista observando a todos frente a mi, 

- Fue una enorme masacre, nadie sobrevivió - mencione con pesadez, todos a la vez suspiraron, Charlotte una mujer en sus treinta de compleccion delgada con la tez morena y un cabello castaño rizado que caía a sus hombros mencionó, 

- Era algo que esperamos, siempre es lo mismo-

Ronald un hombre alto y fornido de piel trigueña esposo de Charlotte dijo 

- Cada vez es más, hace un año atrás no se deban tan seguidos las masacres se están intensificando - 

- Si esto sigue así pronto no va a quedar nada ni nadie - menciono con rencor Max un hombre con poco más de veinte años uno de los más jóvenes del grupo de piel blanca y una complexión delgada. 

- Es eso lo que quieren, exterminarnos a todos- dije con enojo 

- No les vamos a dar el gusto de acabar con nosotros, primero me disparó a mi misma antes que dejar que alguno de eso imbéciles me mate a mí -

Dijo con decisión y molestia  Cassandra una de las mayores del grupo con poco más de cuarenta años de edad era una de las mujeres más valientes que había conocido en mi vida es una mujer decidida y sabía de primera mano que no le tenía miedo a la muerte y si tenía la opción de acabar con su propia vida no dudaría en hacerlo, ladie una pequeña sonrisa al escucharla. 

- Todos tenemos la seguridad que lo harías Cassandra, nadie en esta habitación duda de tú valentía, pero el hecho que las masacres se encuentren en aumento es algo por lo que debemos de preocuparnos, los días están contados para todos nosotros este planeta tiene fecha de caducidad y sin duda alguna no creo que ninguno de nosotros quiera estar aquí para ver el final -

Eric como siempre dandonos apoyo emocional ante la situación, rodé los ojos, 

- Siempre tan inspirador Eric, claro que ninguno quiere estar aquí para cuando todo se vaya a la mierda pero cómo diablos vamos a hacer para irnos no creo que ninguno tenga una nave espacial -

El sarcasmo es en definitiva algo muy propio de mí, él me miró con reproche por el modo en el que le hable pero ni para qué discutir igual no voy a cambiar y él lo sabe, pasó su mano por su cara y cabello para después suspirar. 



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En el texto hay: celos, secretos, apocaliptico

Editado: 16.11.2019

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