Capítulo 5

Nos separaron de inmediato, fui llevada por pasillos interminables mientras protestaba por la fuerza que ejercían en mi brazos, se dedicaron a ignorar mis quejas, siguieron avanzando con rapidez hasta que llegamos a una habitación en particular, uno de los tres guardias que me escoltaban abrió las puertas dobles y de inmediato, con exceso de fuerza me lanzaron dentro, provocando que cayera al suelo de rodillas, levanté mi vista para darme cuenta que no me encontraba sola en la habitación, alrededor de cinco mujeres, vestidas de manera peculiar me miraban con atención, una de ellas suponía la mayor por las evidentes canas que abundaban en su cabello me gritó 

- ¡Que esperas mocosa, no tenemos todo el día!- 

Se acercó a mí con molestia y me tiró del brazo con una fuerza que no creía que podía poseer 

- Pasen las tijeras inútiles, realicen sus trabajos o yo misma me encargaré de que limpien los chiqueros - ante la evidente amenaza de la mujer a la cual le diré "bruja" , todas se apuraron acercándose a mi con diferentes implementos en las manos, cuando reaccione la bruja había cortado los tirantes gruesos de mi camisa verde musgo, me removí con fuerza soltandome del agarre de la vieja bruja. 

- ¡Qué le pasa bruja! , que cree que hace - sostuve con mis manos la destrozada camisa a la altura de mis pecho, evitando quedar al descubierto de estas mujeres. 

- Mira mocosa insolente no tengo ni el tiempo, ni la paciencia para tratar con una inepta como tú, así que más te vale cooperar - la bruja me gritó molesta me señalaba con las tijeras que aun conservaba en las manos, la mire con el mayor desprecio que me fue posible demostrar. 

- ¿Que es lo que quieren hacer? - la vieja loca sonrió 

- Lo que se me dé la gana - 

Me gustaría decir que no pudieron conmigo, pero eso sería una gran mentira, a pesar de mis continuos intentos me superan en número, rompieron toda mi ropa, obligando a quedar completamente desnuda frente a ellas, como si eso no fuera suficiente humillación, lavaron mi cuerpo, mojandome con una manera de presión, me vistieron con ropas de Akendras, lo peor fue su intento por cortar mi cabello, eso si que no lo permití, mi cabello era algo sagrado para mi, y luche por evitar que me lo cortaran golpeando con fuerza a la vieja bruja, ganando que me utilizará de saco de boxeo, mientras ella golpeaba mi rostro las otras cuatro me sujetaban, a pesar de la golpiza que me dio donde dejó como evidencia mi labio inferior reventado, mi pómulo rojo e inflamado y ni hablar de varios hematomas que tomarían más color con el pasar de las horas, logré salvar mi amado cabello, fui nuevamente arrastrada hacia lo que parecía un campo de entrenamiento, en cuanto observé a Eric y los chicos no dude en correr hacia ellos y abrazar a Eric con fuerza ocultando mi rostro contra su pecho, suspiré con alivio, temía no volver a verlos. 

- Joder pensé que los había perdido chicos - levanté la vista observando a todos, grave error en cuanto Eric miró mi rostro transformó el suyo en uno enojado muy evidente, 

- ¡Que maldita mierda te hicieron! - suspiré tomándolo de los brazos, evitando que golpeara a alguien 

- Ellas querían cortar mi cabello y no se los permití, estas son las consecuencias de no dejarme - trate de tranquilizarlo 

- Estoy bien, nada que no sane con un poco de descanso - me abrazó con fuerza 

- No voy a permitir que te lastimen así otra vez - - Lo sé tranquilo, ya paso, mejor cuénteme qué mierda vamos a hacer ahora -

 - Yo no sé lo que vamos a hacer, pero sea lo que sea que planeen, por favor incluyan quitarnos estos espantosos uniformes, no lo soporto ni un minuto más ¿De qué carajos está hecho de plástico? - asentí de acuerdo a las palabras de Cassandra 

- Creo que es látex, no estoy segura pero es horrible -

- Chicas los uniformes es lo de menos, ¡nos reclutaron! , tenemos que salir de aquí lo más pronto posible - sí Max tienen razón, recuerden a lo que se dedican los Akendras, nos obligarán a matar a todas esas personas inocentes, yo no puedo vivir con eso en mi mente, solo de pensarlo me enferma - Charlotte tenía razón yo tampoco podía vivir, si me obligaban a matar a esas personas, antes de que pudiéramos seguir hablando una pareja nos gritó 

- Hoy tenemos reclutas nuevos, muchos de usted habrán escuchado de ellos, fueron responsables de la masacre y los robos de la base A - todos a nuestro alrededor gritaron y nos abuchearon. 

- Señores creo que este grupito merece una gran bienvenida no creen, porque no los llevamos a la fase tres de entrenamiento - no me gusto para nada el tono con el que dijeron eso, algo me decía que hoy sería un día más que largo 

- Mierda - escuche a Eric mencionar cuando nos detuvimos frente a lo que creo es la fase tres, era algo monstruoso a decir verdad, asemejaba una pista de obstáculos, una pistas de carreras de lodo pecho a tierra, paredes de escalar, largos y altos pasamanos, una baranda delgada con una especie de bolas gigantes que la atravesaban, era una pista de los más larga y complicada solo de verla me dolía el cuerpo. 

- Muy bien burros quién será el primero - Eric dio un paso al frente, el hombre lo miró con indiferencia. 

- No tú no me pareces para iniciar, mejor yo lo escogeré - se paseó frente a nosotros, mientras todos a nuestro alrededor nos miraban como la atracción principal de un zoológico, se detuvo frente a Max 

- Tú serás el primero mariquita, que esperas adelante - Max no se esperó más y avanzó, la primera fase no tuvo problema alguno pero en la baranda con las pelota fallo en cuanto callo, todos a nuestro alrededor rompieron en carcajadas, uno a uno tomamos nuestro turno, en diferentes fases fallamos resibiendo burlas de parte del resto presentes, nos masacraron hasta que cayó el sol, sólo en ese momento nos dejaron ir, fuimos guiados primero a duchas después a lo que serían nuestras habitaciones donde consistía en camarotes de tres por fortuna nos dejaron a todos en la misma habitación que compartimos con otros cincuenta Akendras, nos llevaron al comedor, donde la comida parecía vómito con un olor espantoso.