Recuerdo ese día como si hubiese sido ayer, recuerdo que me levanté, desayuné un pan con queso y jamón, fui a la escuela, obtuve excelentes notas, el profesor de educación física vió mi desempeño y me invitó a formar parte del equipo de futbol de la escuela, participé y pase un buen rato; y saliendo de la escuela, me pareció haber visto a un chico llorando en las escaleras, pero al revisar de nuevo no vi a nadie, decidí subir las escaleras y en el techo de la escuela se encontraba el chico a punto de saltar, corrí e impedí que el chico saltara.
-¿¡Por qué quieres suicidarte!?
¿?-¿Por qué me salvaste?
-¿Por qué no lo haría?
¿?-Si sintieras lo mismo que yo siento, si solo sufrieras una pizca de lo mismo que yo sufro, me hubieras dejado saltar.
-No existe sufrimiento que no pueda ser soportado, el suicidio nunca es la solución; ¿Qué te hace sufrir al punto de llegar a esto?
¿?-¿Acaso no escuchas los gritos?, ¿acaso no escuchas las suplicas por un héroe o salvador?, no existe la paz en esta vida porque el sufrimiento nunca desaparece.
-¿Acaso la paz se forja sin esfuerzo, ¿acaso el sufrimiento es tan poderoso que es imposible derrotarlo?, ¿acaso no seria mejor dar un intento a arrebatar todas las posiblidades por el suicidio?
¿?-Hmmm, tienes razón, me he dejado llevar por las emociones y he perdidó la esperanza.
-¿Cuál es tu nombre?
¿?-Me llamo Kazumi, ¿cuál es el tuyo?
-Mi nombre es Alfonso.