JAKE
Después de unos minutos nos metemos en la cama acurrucados.
-¿Qué harás el miércoles?- le pregunto al recordar lo que me contó.
-Me quedaré en casa- contesta mientras se aferra más a mi pecho.
-Estaré contigo- respondo.
-No, tienes que ir a clase- me dice después de levantar el rostro para mirarme.
-Pero quiero estar contigo- contesto. No quiero que este sola en un día tan importante.
-No puedo dejar que hagas eso- responde.
-No lo puedes impedir- contesto y se queda unos minutos callada mirándome.
-Vamos a hacer un trato- dice y yo la miro con atención- Cuando acabes las clases vienes a mi casa- me ofrece y me quepo pensando- Si no lo aceptas no te abriré la puerta- me informa.
-Está bien, pero si necesitas algo me llamas- contesto.
-El martes compraré todo el chocolate del supermercado de al lado de mi casa- me informa y yo me río- Después necesitaré un medicamento para la tripa, pero me lo traerá mi madre así que… Creo que solo necesitaré estar en tus brazos- comenta haciendo que una calidez me invada por completo.
-¿Y tu madre?- le pregunto. Me imagino que estará con ella.
-Va a ir a Galicia- me informa triste- Yo no puedo ir.
-¿Por?
-Porque yo hago todo lo contrario. Cada vez que llegaba ese día viajaba a Barcelona y me quedaba en casa de Jordi- me explica- No podía estar en el mismo sitio donde sucedió todo.
-Yo estaré contigo- le informo y me sonríe- Ahora duérmete princesa.
-Buenas noches príncipe azul- comenta y después me da un beso.
Sigo sin ver que me vea como un príncipe azul. No soy tan bueno.
-Buenas noches princesa- contesto.
LAURA
Los dos primeros días de la semana han pasado muy rápido. Mi madre se marchó el lunes, Jordi se vino a casa y ha estado conmigo casi todo el rato. Les dije a las chicas que hoy no iría a clase porque iba a ir al médico, aún no estoy preparada para decirles la verdad. Jake ha estado todo el rato intentando convencerme de que le deja venir todo el día, pero me he negado.
Estos días también ha sucedido algo extraño. El director ha estado muy atento a mí, o eso me ha parecido. No sé por qué se comporta así, aunque me gusta. Me hace sentir como si fuera mi padre y no lo entiendo.
-Cielo- me llama Jordi y levanto un poco el rostro para verlo- ¿Seguro que no quieres que me quede?- me pregunta con su maletín en la mano- Puedo decir en el trabajo que me he puesto malo.
-No tío, ves- contesto y me levanto del sofá- No te quiero ver hasta la hora de cenar- le informo, ya que es la hora a la que sale.
-Está bien, pero llámame a la mínima que necesites algo- me dice y yo asiento para después darle un abrazo fuerte. Cuando me separo deja un beso en mi frente y se va.
Solo quedan dos horas para que acaban las clases. Así que estaré sola todo ese tiempo.
Cojo mi móvil y pongo la playlist con canciones que me recuerdan a mi abuela y me vuelvo a estirar en el sofá abrazando un cojín. No sé cuánto pasa hasta que me quedo dormida.
¡Riiing! Me despierta el timbre.
Me levanto de mala gana mientras me froto los ojos.
-Hola- saludo a Jake cuando abro la puerta.
Sin decir nada me rodea con sus brazos, me coge y vuelve al sofá sin soltarme. Agradezco que no diga nada. Se sienta en el sofá conmigo en sus piernas y solo me acaricia la espalda hasta quedarme dormida.
JAKE
¡Riing! Por fin han acabado las clases.
Salgo corriendo y después de coger el casco de mi taquilla voy a casa de Laura. Bajo de la moto y llamo al timbre. Espero unos minutos hasta que me abre una Laura con un aspecto desastroso, pero igual de hermosa que siempre. Lleva unas mallas de voleibol y una de mis sudaderas con un moño medio desecho y los ojos hinchados, rojos y con ojeras.
-Hola- me dice, pero yo solo la abrazo.
La llevo hasta el salón sin soltarla y la siento en mi regazo acariciando su pelo y espalda hasta que se duerme.
Después de un rato observando cómo duerme la recuesto en el sofá y voy a la cocina. Voy a prepararle algo de comer. Estoy haciendo un trozo de pechuga a la plancha cuando Laura grita.
-¡Nooo!- chilla y quito la sartén del fuego para salir corriendo.
-Princesa- digo y la abrazo mientras llora.
-Es una mierda- mustia- Ojala no tener esto- dice y no la entiendo.
-¿De qué hablas?- pregunto extrañado.
-Desde que tengo 4 años recuerdo a la perfección todo lo que leo, veo o escucho- responde.
-¿Tienes memoria fotográfica?- pregunto sorprendido.
-No sé lo que es- contesta restándole importancia.
-Eso es muy guay- le digo y ella sonríe- Eres mi pequeña genio.
-Déjalo- contesta riéndose.
-Solo porque he preparado comida- le informo y la cojo en brazos.
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Por fin es sábado y hace un mes que salgo con mi princesa. Las cosas han ido genial, parece que la conozco desde siempre, y eso me gusta. Tamara le ha cogido mucho cariño y alguna vez cuando llego de los entrenos las encuentro cocinando. Me gusta la sensación de tener a mi lado a Laura.
-Entonces esta noche la vas a llevar al hotel Vela- cuestiona Tamara mientras desayunamos.
-Sí, tengo todo preparado con el cuadro- le informo.
-Dibujas muy bien- comenta Tamara- ¿No has pensado dedicarte a eso?
-Ya sabes que no puedo- respondo.
-Claro que sí. Eres libre de elegir tu futuro- me anima.
-Nana, sabes que eso no es cierto- contesto y veo cómo va decir algo pero me adelanto- Déjalo por favor- le pido y asiente no muy convencida.
Tamara se levanta y se pone a limpiar la cocina.
-Nana- la llamo- ¿Cuándo sabes que estás enamorado de alguien?- le pregunto.
Hace dos años pensé que estaba enamorado de una chica que me rompió el corazón, pero lo que siento por Laura es muchísimo más fuerte y eso me asusta mucho.