La problemática llegada del amor

Capítulo 2:

Giré dándole la espalda a la barra para echarle un vistazo al lugar. Había diferentes personas; algunos venían acompañados y otros se encontraban solos. Alguien en particular robó mi atención. Traía una cara de pocos amigos que opacaba su perfecto físico, parecía ser un modelo que acababa de hacer su mejor presentación del año, pero que fue mal compensado. Se movía hecho una completa furia de frustración e ira, sin ninguna otra emoción más que aquel descaro primitivo de mandar a volar todo lo que tuviese enfrente. Empujaba a algunos transeúntes y se detenía en ocasiones a saludar a quienes parecían ser conocidos, luego seguía su curso con una mirada de soslayo envuelta en llamas. No podía dejar de mirarlo. Tuve unas inmensas ganas de preguntarle el porqué de su mal humor. Aun con todo su mal genio, caminaba con la cabeza bien en alto, desprendía elegancia, y las miradas coquetas de las féminas que ganaba no eran pocas. Arrebatado y dando un empujón fuerte, llegó frente a la barra tomando asiento a mi lado. Se sentó con toda su imponente presencia, golpeando fuertemente una caja aterciopelada contra el mostrador de mármol, llamando con esa acción la atención del mesero.

Volví a estar frente a la barra. Bajé la cabeza y solté aire, tomando la botella de whisky.

El mesero, quien seguía con una mirada de preocupación dirigida hacia mí, pareció captar con una simple ojeada lo que quería aquel desconocido.

Volví mi mirada a mis propios asuntos y tragué hasta el fondo de mi bebida. Sí, empezaba a sentir los efectos del alcohol. Era ilógico, ¿no?, que a pesar de ser prácticamente mi primera vez sintiera los efectos de la ebriedad después de tan grande cantidad de alcohol. Así seguí hasta regresar la atención a quien tenía al lado. A los pocos segundos de estar ahí, fue puesto frente a él un vaso con hielo y una botella de un costoso y pulcro tequila. Miró el tequila con desaprobación sin comentar nada al respecto, procedió a servirse una considerable cantidad en el vaso mientras dejaba que los shots le quemaran al bajar con tanta furia, siendo empujado y adormecido por más alcohol que siguió al tomar de aquel vaso del que se había servido. Suspiró haciendo una pequeña mueca mientras se limpiaba la boca con la manga de su traje; en el proceso, dejó entrever tintado su piel, cosa que no se podía observar en su total esplendor por el traje y por la tenue luz del lugar.

Yo seguía reflexionando sobre mi situación dando vueltas en mi asiento, girando en el taburete de frente a espaldas de la barra, así sucesivamente. Terminé quedándome de espaldas al igual que aquel extraño hombre que en ese momento parecía querer calmarse, ya tomando con más bonanza los siguientes shots. Tenía todo el poder existente del mundo sobre sus hombros o era alcohólico.

De repente, volteó sobre su hombro para verme y, ante eso, giré con prontitud en dirección contraria. Chasqueó la lengua en desaprobación. Yo, por mi parte, tras unos instantes lo volví a mirar; en serio no sabía por qué lo hacía, pero algo en él llamaba mi atención. Podía jurar que no solo era por su físico, sino que me generaba cierta curiosidad la exorbitante cantidad de alcohol que tomaba.

Me debatía en si consolarlo o no para que se calmara al tomar tan desmedidamente. Entre hacer o no hacer, caí en cuenta de la pequeña caja aterciopelada sobre la madera; con sutileza la tomé para ver qué dentro de dicha caja aguardaba un anillo de compromiso que, por más que quería, no llegué a palpar. Me detuvieron.

— ¿Qué mierda crees que haces? — Murmuró con los dientes apretados. Subió pliegue por pliegue de mi brazo captando mis intentos fallidos de escape. Sentí sudor recorrer mi espalda ante el miedo. Su mirada me intimidaba; las personas que alrededor nos miraban no hacían más que avergonzarme. Apretó mi mano con más fuerza, duro. Jadeé de dolor y eso pareció satisfacerlo; entonces se alejó lentamente mirándome con soslayo. — ¿Qué? ¿Te gusta?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.