Pasaron dos días después de la salida, Diana no le había dado la oportunidad a Abraham de hablar con ella a solas. Procuraba siempre estar metida entre sus amigas.
Recién empezaba el semestre. Así que aún no tenían mucho trabajo y tareas, Diana se había enfocado en tener un buen promedio. Ya que le interesaba obtener una beca para la universidad. Quería estudiar Psiquiatría y sus padres no podrían apoyarla durante toda la carrera pues Paula estaría entrando a la preparatoria.
Esa tarde estaba encerrada en su cuarto leyendo un libro, era sobre ciencia ficción. Su celular estaba a un lado de ella y no la había molestado en toda la tarde. De repente sonó para avisarle que tenía una notificación en Facebook. No le hizo mucho caso hasta unos minutos después, Cerro el libro y comenzó a revisar sus notificaciones. “Espera, ¿qué?” Era una solicitud de Ángel Ruiz, el cual se le hizo muy conocido. Entro a su perfil para asegurarse de quien era y, si… era quien ella creía.
¿Por qué Ángel le mandaba solicitud? Después de la graduación dejo de hablar con ella, incluso la elimino de sus amigos. ¿Y ahora esto? Seguramente se habría equivocado. O sencillamente se había olvidado de lo que paso entre ellos. Si, eso era. Había varias fotos de él con su novia. Se la acepto, total, ¿Qué podía pasar si hablaban de vez en cuando?
-Hola, que bueno que me hayas aceptado la solicitud- le llego inmediatamente un mensaje de él.
-Hola, si, ya no había visto desde la graduación- contesto dudosa sobre como responderle.
- Y cuéntame, ¿Cómo te va en la preparatoria en la que vas?-
-Muy bien, mis calificaciones subieron-
-¡que bien! veo en tu perfil que ya tienes amigos y hasta un novio nuevo- respondió el con un emoji riendo. ¿A qué se refería?
-¿Qué? ¿Cómo que novio?-
-Pues el tal Abraham que se ve siempre muy cerca de ti en las fotos-
Si, había notado lo cerca que estaba Abraham de ella. Pero no creyó que alguien fuera a pensar que son novios, mucho menos Ángel.
-Va, no somos novios. Solo soy su amor imposible- contestó con un emoji guiñando el ojo.
Luego de eso siguió la conversación por una hora.
“Hasta que serviste para algo, Abraham” pensó Diana al ver que gracias a esa confusión había iniciado una conversación con Ángel.