Aquel hombre salió del restaurante tambaleándose y ebrio. Tras él salió el dueño del local, que lo despidió de muy mala manera. El hombre respondió maldiciendo entre susurros.
No quería volver a su casa. Alzó la vista hacia el callejón de enfrente y una sombra llamo su atención. Era una figura frágil que caminaba a paso lento.
Resultaba difícil no quedarse mirando. Una mujer alta, morena, vestida con un abrigo negro. Parecía muy bonita, a pesar de que su rostro apenas se podía ver ya que llevaba una máscara.
Dejándose llevar por un impulso, el hombre empezó a seguirla por el callejón. No sabía por qué además no iba a presentarse en el estado lamentable en el que estaba, seguro que ella saldría corriendo asustada. Simplemente estaba haciendo tiempo antes de volver a casa.