La Venganza De Shophia

Capítulo 1

    ¡¡¡Esto es de locos, no puede ser, me miro en el espejo, y no lo puedo creer, que es lo que está pasando!!! Parece que retrocedí en el tiempo, pero eso no puede ser verdad, me parezco como cuando cumplí catorce años, nunca podré olvidar ese día, ya que quede con una cicatriz en mi abdomen queriendo alcanzar el regalo de cumpleaños que había escondido mi madre y que me lo daría durante la noche, pero yo no quería esperar por lo que fui a buscarlo, estaba escondido en su vestidor y yo no podía alcanzarlo, por lo que me subí a una silla, y no me pregunte como me termine cayendo, con la mala suerte, que en mi intento de no caer, tiró un adorno de mi mamá que al caer al suelo termino hecho añicos y al no poder detener mi caída, termine sobre los restos rotos provocando una pequeña herida en mi abdomen, que por más pequeña que fuera y que no fuera necesario ningún punto me dolió por varios días, y en su proceso dejo una pequeña cicatriz. Ahora que me miro es como si la herida me la hubiera hecho hoy, y me duele como en aquel momento, y como si fuera poco, mi imagen en el espejo es de una adolescente. No sé cómo pasó, algo en mi mente me dice que me estoy olvidando de algo muy importante, pero no puedo recordar qué puede ser. Con todo lo que está pasando, no es de extrañar que haya cosas que no pueda recordar, mi mente está a mil, no solo me despierto en este cuerpo, las últimas 24 horas fueron de locos…

    Hasta ayer, o hasta lo último que recuerdo, tenía 24 años. Lo último que recuerdo es a mi hermanastra Clara, apuñalándome en la yugular haciendo que en  30 segundos me quedara inconsciente y en unos pocos minutos más me termina de desangrar, quedando mi cuerpo inerte, sin vida. Mientras que mi alma viajaba hacia una luz tan brillante que cegaría a cualquier persona, eso me sucedió, la luz no me dejo ver más allá, todo estaba negro.

Yo creí que desde ese momento que mi vida ya estaría terminada, y me juntaría por fin con mi madre, dándonos ese abrazo que durante años estuve esperando, pero parece que el destino tenía planeado otro futuro para mí, el de la venganza, porque después de todas las verdades que descubrí en ese terrible día es lo único que me queda. 

Mi madre era la única en la familia Rossi que me amaba, pues el hombre que dice ser mi padre nunca me amo, no es que antes de este día no me haya dado cuenta, siempre lo dejo muy en claro, cuando hacía diferencias muy marcadas entre mi hermanastra y yo, pero ahora al haberlo escuchado directamente desde su boca, fue una puñalada en el corazón, hay palabra que pueden dañar más que una bala, fueron muchas las cosas que me entere en solo un día. 

No puedo negar que en un tiempo deseaba que mi padre me amara y me cuidara como lo hacía con mi hermanastra, quería que él fuera mi héroe. Pero desde hoy quiero  que vean el monstruo que crearon, en especial  que él lo vea, que mi padre sea testigo, porque él será el último en caer. Tengo que planear muy bien  mi venganza.

Dicen por ahí que las circunstancias de la vida no nos definen, que somos nosotros los que decidimos, qué hacemos con ellas, y en que nos convertimos, si elegimos el bien y  el mal, tal vez tengan razón,  tal vez no, yo no me voy a justificar. He decidido ser el juez y verdugo de todos los que me hicieron daño.    

***24 horas antes***

-Ayuda, por favor.- ¿Dónde estoy? ¿Por qué estoy encadenada a esta silla? Estoy en una habitación o  más precisamente en un sótano, por la  apariencia  del lugar, es húmedo y no contiene ninguna ventana. No es que haya visto ninguno en mis 24 años de vida, pero en las películas siempre lo retratan así. No sé dónde estoy, ni quién me trajo. 

Lo último que recuerdo es que salí de trabajar y mientras esperaba a mi chofer - el cual por cierto debería haberme esperado él a mí, y no al revés-  de repente alguien se acercó y me golpeó en la nuca, y de repente todo a mi alrededor  se volvió negro. 

-Ayuda.- Vuelvo a gritar, provocando un eco. 

-Ya cállate, que arruina mi buen humor.- Escucho una voz muy conocida, que de repente me  hiela la  sangre, si estoy en estas circunstancias, y es su voz la que escucho, esto no puede ser nada bueno. 

-¿Clara?.

-Me has reconocido hermanita.- comienza a reír como una lunática. Estaba en lo cierto, es mi “querida” hermanastra, la que siempre me ha invadido todo. La que cada vez que nos quedamos solas en casa, y nos cruzábamos, tenía en su mirada un dejo de locura y de maldad que me producía escalofríos, por ello siempre intentaba no quedar en casa con ella a solas, siempre me iba de una amiga. No me da vergüenza admitir que ella me producía terror, por más que fuera 5 años menor que yo. 

-¿Dónde estoy? ¿Por qué estoy encadenada a la silla? .- el miedo me invade, estoy indefensa y al parecer sola en este lugar, si me guio por el silencio que se produce  cada vez que se calla, con ella.

Clara se va acercando a mí, con pasos lentos y decididos, con una mirada vacía de alma, con algo en su mano que no logro distinguir desde este ángulo. 

-Tú me has quitado algo.- se calla y me sonríe.- Y lo quiero de vuelta. 

Está más loca de lo que pensaba ¿Qué yo le quité algo, que ella quería? No puedo imaginar de lo que está hablando. 

-¿Estás loca? Yo no te robe nada a ti.- Intenté soltarme de estas cadenas, mientras pienso de lo que está hablando, que podrá ser. 

-Por supuesto que me quitaste.  Me robaste todo lo que debería de haber sido mío desde el momento en que nací. Tu vida es perfecta. Eres la primogénita de los Rossi, tienes todo el dinero y poder que ese apellido te puede dar. Tuviste los mejores juguetes, la mejor ropa. Viviste desde tu nacimiento en la mansión en la que yo me debería haber criado.



#5590 en Fantasía

En el texto hay: venganza, renacer

Editado: 23.08.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.